Capítulo Diez: El amor es maravilloso junto a un secreto.

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— Esta tarde os necesito a todos, Colegas de la Libertad. — Comentaba mentalmente el Profesor T. — Hay una importante misión que resolver.., por cierto, ¿y Herramientas?.

— ¿Una misión?, ¿qué ocurrió? — Preguntó Tupperware mientras terminaba de reparar su traje especial de batallas para momentos bastante importantes. — Oh, ahora que lo dicen.., ¿dónde está?

— Está sufriendo de nuevo una de sus rachas depresivas emo-alcohol, chicos. — Comentó Call Girl negando. — Al parecer recibió.., "calabazas".

— ¿Ca-calabazas?, pero si las calabazas están ricas. — Respondió Wonder T.

— Se refiere a que le rechazaron en una cita, Wonder T. — Calmadamente explicó Mysterion.

— Oh...

— Está bien, de todos modos sabéis que sus rachas de emo-alcohol dura solo un día. — Call Girl añadió a que ya mañana estaría operativo.

— Entonces mañana le comentamos, bueno, cómo iba diciendo, últimamente está habiendo casos de.., robos con hipnotismo.

— ¿Robos con hipnotismo? — Preguntó Wonder T.

— Eso es, varios ciudadanos entran en tiendas de joyerías a robar diamantes, perlas, collares y demás y luego despiertan en el callejón sin saber que hicieron. — Explicó el Profesor T. — Con que mañana por la noche iremos a vigilar las calles a ver si vemos al autor del hipnotismo.., si encontráis a algún ciudadano actuando raro, seguirlo, no despertarle del hipnotismo.

— ¡Entendido! — Afirmaron al unisono terminando la reunión de la madrugada para volver a la Universidad.

Y mientras tanto, en los jardines de la Universidad.., Stan, alias Herramientas, iba de camino a las habitaciones mientras daba tumbos de un lado para otro bastante.., contentillo.

— ¿Poooor qué naaaadie...me quieeere, tío...? — Decía cómo podía en ese tono tan ido y clásico de alguien borracho. — ¡Toooodos son puuuuuuuutos...! — Gritó subiendo los primeros escalones para entrar tropezando en el tercero y cayendo de boca contra la puerta quedando en una postura bastante cómica.

— ...patético. — Se oyó decir detrás de él.

— Oh, Craig.., no seas así con el pobre... — Respondió otra voz.

— ¿Ah...? — Se giró cómo pudo y de manera bastante flexible Stan para quedarse sentado mientras le goteaba ligeramente la nariz de sangre observando a las dos personas que le hablaron. Craig y Kyle los cuáles iban algo arreglados pero con sus típicos gorros dando a entender que venían de una cita.

— Ah.., estás sangrando... — Susurró Kyle agachándose sacando un pañuelo poniéndoselo en la nariz al contrario. — ¿Estás bien?, ¿cómo te llamas...?

— Vamos Kyle.., no pierdas el tiempo con borrachullos y vamos a dormir.

— No puedo dejarle en esta condición, Craig. — Respondió molesto recibiendo la seña del azabache mientras se iba para dentro refunfuñando. — Tsk.., cómo iba diciendo.., ¿estás...bien? — Preguntó eso mirándole extrañado ya que le miraba ahora el chico de vestimentas góticas muy fijo. — Esto.., ¿hola?

Pelo algo ondulado rojizo.., ojos verdes cómo un prado.., piel blanca.., labios rosados y carnosos...

— ¿Dude...?

— ...¿esssssstoy muerto...?

— Ehm.., no, sigues vivo...

— Ennntonces...¿eeeeres un...ángel que...vi-vieeene a llevarme...?

En la Justicia siempre hay lugar para el Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora