Capítulo 2: Su delicadeza.

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Me encontraba sentada hasta el final del salón, la clase comenzó. Una de las pocas materias que toleraba en el colegio, Artes. Él problema no era la clase, era el profesor, un completo tirano que en lugar de disfrutar el arte, lo veía como una forma de corregir tu ser y aprobecharse de su autoridad para atormentar a los demás.

-—¿Puedo pasar? —un chico irrumpió en la clase, asomando su cabeza.

—Tarde de nuevo, Louis, ya sabe cómo es esto, quiero una razón. —ya comenzaba con su tiranía temprano.

—De seguro estaba haciendo cosas con una chicapor ahi, como de costumbre, ¿o no? —todos rieron, yo no. Louis negó con la cabeza.

—Me quedé dormido, eso es todo. —todos rieron de nuevo.

—Pase, Tomlinson. —dijo el tirano y el chico pasó, revisó todo el salón y notó que no había lugar. A excepción del que estaba a lado mío.

Me moví un poco cuando tomó asiento a mi lado. No quería tener ningún contacto con él, nunca lo haría.

El profesor hablaba acerca del arte barroco y perdí el sentido de lo que decía en ese momento. La persona a mi lado tomo mi muñeca y levantó la manga de mi sudadera, quedando al descubierto mis cortes.

"Ríete de una vez, has mi día peor de lo que ha sido", pensé.

Nada.

Soltó mi muñeca con delicadeza, muy parecida a la delicadeza con la que me trataba mi papá.

Tapé inmediatamente mi muñeca y él me pasó un papel que contenía algo en bolígrafo azul.

«¿Por qué

Pude haberle contado lo miserable que había sido mi vida, pero no iba a dejar que una de esas personas en esa maldita escuela descubriera todo eso.

«No te incumbe»

Volví mi vista hacia el profesor y solo noté como su boca se movía, emitiendo ruidos que no comprendía, como un extraterrestre. La verdad era que no podía concentrarme en lo que decía, ¿Cómo se habrá dado cuenta de mis cortes? ¿Qué más sabe?

El timbre sonó y sorprendentemente fui la primera en salir.

Caminé muy rápido, lo único que quería era salir de ese infierno llamado "escuela" e ir al otro infierno que erróneamene se llama "mi hogar", pero algo detubo mi paso. Escuché que alguien me llamó. Volteé mi vista hacia el camino que ya había recorrido y me encontré con Tomlinson.

—Espera...

—¿Qué? —dije bruscamente. Trataba de salir de ese lugar y él me detenía.

—¿Lo olvidaste? Tenemos que hacer el proyecto de artes.

—¿Qué proyecto?

—Esto. —me pasó una hoja de papel con garabatos, al parecer sí era un proyecto. Algo acerca de una pintura, escultura o fotografía.

—Ah, esto —hablé como si entendiera lo que decía. Volteé mi mirada a la puerta de salida y suspiré. Dejar la cárcel tendrá que esperar. —¿Tienes tiempo? Podemos ponernos de acuerdo ahora.

—Uhm, sí. —dijo algo confundido. —Pero... ahí dice que el proyecto lo entregamos en dos semanas.

—Vamos. —dije ignorándolo.

Subimos hasta la azotea del colegio, esto era mucho más tranquilo que estar con todas las molestas personas en la cafetería de esta escuela.

—Así que... —se rascó la nuca. —¿Qué es esto?

Scars. LT.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora