Cuando tenia 16 años conocí al extranjero de mis sueños, llegó de intercambio a mediados de septiembre desde Argentina, hicimos una conexión inmediata, compartimos momentos inolvidables. Me abrazaba y yo estaba en el cielo, me cedía el paso al caminar, como todo un caballero me entregaba su sueter al verme titiritar de frio. Me tomaba de la mano aunque no éramos pareja, siempre me considero su amiga, su mejor amiga mexicana.
Fueron los meses que añoro y siempre recordaré. A los 4 meses el se regresó a su país y un tristeza me invadió, no quería ni levantarme de la cama, no tenía motivos para ir a clases y según mi madre "era puro drama adolescente".
Después de casi un mes de su partida (y de mi estado deprimente) alegró nuevamente mi vida cuando empezó a mandarme mensajes muy lindos al teléfono. Todas las mañanas despertaba para leer sus palabras y suspirar por un amor que estaba a mas de mil kilómetros de mí. Con la tecnología existente me mandaba mensajes de voz que nunca borre, para mí esos mensajes eran un tesoro, representaban si bien una amistad también mi amor imposible con un extranjero que estaba segura nunca mas volvería a ver.
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Microcuentos del corazón... Confesiones anónimas
RomanceEstamos hechos de miles de historias, de anécdotas divertidas, de pasajes tristes y dolorosos, momentos que cada cuanto los recordamos y nos volvemos a sentir de la misma forma que en la primera vez... Todas las historias tienen un porqué. Microcuen...