Le mandé una carta y una última rosa. Me despedí de ella con la esperanza de que algún día estaríamos juntos de nuevo, pero estaba lleno de miedos y dudas de que nunca regresaría a mi, que ella encontraría algo mejor que yo. No dudaba de mi amor por ella, pero al no poder ofrecerle lo que merecía lo mejor era dejarla ir.
Y mientras yo me preparaba para poder darle lo mejor, quería que ella tuviera la oportunidad de vivir, que sintiera libertad y aprendiera lo que era la vida. Así cuando regresara no se sintiera prisionera ni atada. También quería que se diera la oportunidad de enamorarse, que besara otros labios para que extrañara los míos y finalmente que fuera feliz lejos de mi, y a su regreso conmigo llegara realmente a conocer el amor, o al menos eso deseaba, que regresara a mi lado.
Los años pasaron, las responsabilidades cada día me dejaban agotado, pero ni un día dejaba de pensar en ella. La observaba de lejos, nos "encontrábamos" en algunos lados. Ella nunca supo que intentaba aparecerme y hacer de una coincidencia el encuentro, solo por verla e intercambiar algunas palabras con ella.
Tuvo parejas, a veces me causaba celos y otras pensaba que tenía que darle la oportunidad de conocer a alguien más.
Después de casi 7 años la sigo esperando como el primer día su regreso, no se que va a pasar entre nosotros, no se si funcionara y terminaremos formando una familia. Pero estoy aquí dispuesto a hacer todo para estar a su lado...
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Microcuentos del corazón... Confesiones anónimas
RomanceEstamos hechos de miles de historias, de anécdotas divertidas, de pasajes tristes y dolorosos, momentos que cada cuanto los recordamos y nos volvemos a sentir de la misma forma que en la primera vez... Todas las historias tienen un porqué. Microcuen...