Capítulo 21: Aleshka

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Termino de escribir un email muy importante en mi teléfono móvil y finalmente puedo respirar y dar un sorbo a mi vaso de café, el semáforo marca rojo y Roman detiene el automóvil.

Cierro los ojos para disfrutar el primer sorbo de la gloria líquida y oscura, para cuando ésta toca mi lengua sé que algo anda mal.

¿Qué es esto? -Digo con el seño fruncido mirándolo molesta-

Tu café -Responde con tono de obviedad y pone en marcha el auto nuevamente ante la luz verde del semáforo-

No es lo que te pedí, esto tiene leche y espuma, yo sólo tomo café negro por las mañanas...

Bueno toma el mío -Dice tan tranquilo como siempre sin alguna evidencia de tomar en serio el problema-

No es tan fácil, necesito un vaso lleno, el tuyo está a medias -Me quejo intentando no alterarme-

Bueno, entonces cuando te deje en la oficina compraré otro en la cafetería de al lado y lo subiré hasta tu escritorio ¿te parece?

Sólo tomo el café de Starbucks por las mañanas, tu solución en realidad es inútil..

Aleshka, el café de Starbucks sabe a café instantáneo de supermercado, créeme que no es irremplazable -Dice con tono de estar cansado de escucharme o tal vez de tener que hablar-

¡No te tomas en serio mis problemas! -Grito furiosa, y obviamente todo esto no es por el café, es por Roman y su neutralidad, a veces quiero que me grite para sentir que no soy la única en la relación-

Para este momento ya hemos llegado a mi oficina, el aparca el automóvil cerca a la entrada principal y me mira silenciosamente.

¿Estás bien?, creo que puedo conseguir un conductor de Uber para que vaya por tu café y lo traiga hasta acá -Sugiere mientras explora con la mano derecha el espacio que sigue a la caja de cambios en busca de su teléfono celular-

Descuida, está bien, me quedo con esto -Digo al fin para que se detenga, claramente jamás entenderá que el problema no es el café-

Él asiente mirándome confundido. ¿Estás en tus días? -Pregunta como si Sherlock Holmes estuviera a punto de probar una hipótesis-

Suspiro con resignación. ¿Sabes algo amor?, creo que esta idea de que me traigas al trabajo no es muy buena, sabes que las mañanas son muy estresantes para mí, desde mañana seguiré viniendo sola ¿si? -Palmeo su espalda y me bajo del auto cerrando con un leve portazo y sonriendo forzadamente como despedida. Él sacude su mano despidiéndose y continua su camino-

Cuando entro al edificio subo intentando ordenar mis pensamientos en el largo recorrido del elevador. Las puertas se abren y la recepcionista de mi piso me mira algo asustada, seguro que la cara que traigo no es la mejor, acabo de darme cuenta que al final dejé ambos vasos de café en el auto-

Buenos días señorita Romanov -Saluda justo al tiempo que corta una llamada dejando caer el teléfono sobre su base-

Buenos días Kendall, ¿puedes conseguirme algo de café?, tuve un pequeño problema con mi desayuno hace rato..

Ella me mira un poco incómoda, sé que no es su trabajo pero ¿es tan difícil hacer un favor?.

Claro -Responde asintiendo apresurada-

Le agradezco y continuo el corto camino hacia mi oficina, tan solo unos pasos más allá. Abro la puerta y me doy cuenta de que hay alguien sentado de espaldas a la entrada justo frente al escritorio. ¿Por qué tenemos recepcionista si no es capaz de anunciar cosas tan simples como estas?...

Fire meets gasoline | FutbolistasWhere stories live. Discover now