Las 7 hijas de Eva: Los Inicios. #LDAW2018

Capítulo 4: Una luchadora ¿Portuguesa?

Oxfordshire, Inglaterra 2007

Sykes había insistido en que las Doppelgängers entrenaran distintos tipos de combate: con armas, cuerpo a cuerpo, y hasta con simples objetos; todo con el fin de su mayor sobre-vivencia.

Ya habían pasado 2 años desde que encontraron a Heloisa. Y al tratar de encontrar a la 4 hija, se metieron en problemas muy graves, de una magnitud que casi les cuesta el HCBD (Help Center for Biblical Descendants). Su cede estaba en Oxfordshire, un condado en donde estaba cerca la Universidad de Bryan; por lo que estar ahí y luego trasladarse al HCBD no sería nada difícil. En aquel lugar, no solo ellas entrenaban lucha, idiomas y defensa, si no que a lo largo de los años, habían encontrado descendientes de personajes bíblicos así como fantásticos; descubriendo un mundo totalmente inimaginable.

Observaba a las guerreras desde una ventana en lo alto del salón de entrenamiento. Era una pequeña oficina, (así había querido decirle Bryan a la gran oficina con su escritorio, una sala y un pequeño lugar de refrigerios). Había querido que tuviera una ventana para ver a las hermanas, ya que les gustaba observarlas y decir "Vamos bien al futuro".

Uma le había reclamado a Bryan que ¿como ha podido pagar todo lo que ahora estaba en aquel centro?; para lo que el respondió: "Tenemos unos reyes muy bondadosos querida". Y era cierto, al tener ciertos contactos dentro del circulo Real de Gran Bretaña, tuvo la oportunidad de presentar el caso a la Reina Isabela, para lo que ella se encanto con la idea y se propuso a financiarlo totalmente. Con la única condición de que, cuando encontraran a todas las descendientes de Eva, fueran presentadas ante ella.

Todos sus pensamientos y recuerdos se vieron apagados cuando tuvo que salir corriendo hacia la arena de entrenamiento. Uma y Xena estaban peleando de nuevo. En los 3 años que habían convivido, siempre se peleaban y terminaban enojadas. Tanto que toda esa furia la sacaban en el momento de entrenar, lo que siempre terminaba en verdaderos enfrentamientos.

Ambas peleaban ferozmente con palos y tubos de metal, ya tenian varias heridas sangrantes en la cara y brazos, cuando el anciano apareció.

-¡¿Que esta pasando aquí?!

Eso dio pie a que dos para médicos fueran inmediatamente a parar a aquellas rivales, que ya habían empezado con los golpes con extremidades. Tenían el cabello despeinado pero amarrado en una coleta y ambas sudaban.

-¡Ella empezó!-. Dijeron al unísono.

Heloisa estaba ayudando a curar las heridas mientras todos ellos hablaban.

-¿Qué no puedan estar quietas?, son hermanas, y debemos encontrar a las siguientes de ustedes para prepararnos para la profecía.

"La profecía", un asunto que hizo a las 3 hermanas rodar los ojos. El centro no solo era un refugio, si no también una sede de ramas antiguas: astronomía, antropología, matemáticas y demás. Hace 4 meses, se encontraron unas tablas con símbolos hebreos antiguos, los cuales, al traducirlos, revelaron una profecía:

"Aquellos pecadores temerán, aquellos devotos de lo incorrecto arderán, las almas de la primera se reunirán y todo el mundo salvaran. Más una advertencia esta escrita, un hombre sin dignidad las encontrara, y al acabar con ellas, generación tras generación, su gobierno levantara, y la desgracia reinara. Solo una forma de vencerlo existe, y es que las originales se levanten de nuevo, abran los ojos, y guíense por la séptima estrella del cielo"

No sabían a lo que se referían, ni sabían quien era "la original" ni había ninguna pista sobre el "hombre sin dignidad", o algo parecido a la "séptima estrella del cielo". Sólo se adelantaron y optaron por encontrar las demás Doppelgängers. Pero al parecer, la siguiente hermana las encontró.

-Ella es Virginia Andrade, su nueva entrenadora.

-¿Y supongo que es Portuguesa no?-. Heloisa había acertado.

-Ella es la cuarta hija de Eva, nuestra hermana, nuestra Velda-. Uma entendió a donde Sykes quería llegar.

-¿Y se supone que ustedes son mi familia no?-. Dijo Virginia.

-Esas somos-, Heloisa salió de la bola de paramédicos y fue hacia ella dándole un gran abrazo-. Heloisa Alcalá, de España. La tercera hija.

Virginia se quedó estática ante el gesto amable de su nueva hermana, ya que no estaba acostumbrada a las muestras de afecto, o más bien, los evitaba lo más que podía.

-Perdón si España es asi-, las hermanas acordaron apodarse como los países de donde provenían, una forma de comunicarse muy personal entre ellas-, Yo soy Uma Dimitriou, Grecia; La mayor-. Dijo mientras se limpiaba la última gota de sangre del labio, y Virginia recién liberada le tendió la mano.

Todos los paramédicos y demás espectadores se retiraron para que pudieran seguir con las presentaciones. Xena se había quedado atrás, mirando con detenimiento a la recién llegada.

-Al parecer no te agrado mucho ¿no?-. Virginia se apartó penosamente del círculo de hermanas y se dirigió hacia Xena.

-Me gusta conocer a las personas de lejos-, tendió su mano-. Xena Bogdánov, soy de Rusia y soy la segunda.

Virginia se sentía extraña, no sabía como reaccionar ante la nueva familia que tenía. Siempre había pasado de un lugar adoptivo a otro, con padres malos que no le importaban en lo más mínimo su salud, hasta esposos bondadosos que la habían abrigado bien en tiempos difíciles. Pero ella siempre tuvo la esperanza de hablar con familia de sangre, personas que fueran en parte ella, y ahora las tenía enfrente. No le gustaba mucho sonreír, como lo hacía España, pero si dio una media sonrisa.

-Señor Sykes...

Bryan se estaba acercado cuando Uma se puso a un lado de este y le puso una mano en el hombro.

-Ningún "Señor Sykes"-, Imitó la voz de niña penosa-. Nosotras le llamamos Bryan, nos lo ha pedido y le ha encantado.

Bryan se sonrojó un poco y puso sus ojos en Virginia. Ella al verlos, le dieron confianza y preguntó:

-¿Y este equipo suyo tiene algún nombre?

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Virginia Andrade-Velda- en multimedia.

Espero que la historia les agrade.

Nos leemos. Los quiero..!!