La copa vacía y sin nadie al rededor, esa era el signo de una mala noche. Era la primera que salía después de 7 meses encerrado a causa de un corazón roto. Especifico, a causa de mi corazón roto. Hace 7 meses, era un tonto enamorado, de esos que piensan que el amor dura para siempre, de esos que compraba rosas y bombones el día de San Valentín. Hace 7 meses me sentía el hombre más afortunado del mundo, hasta que lo vi. Vi como la mujer de mis sueños estaba acostada en aquella cama que compartíamos desde que nos mudamos juntos, vi su figura encima del cuerpo de otro hombre, vi como mis sueños de casarme, formar una familia se iban con ella y sus maletas.
Ahora 7 meses después ya no creo en el amor, no creo en los cuentos de hadas ni en los finales felices. Mis amigos e han convencido de salir esta noche, de encontrar alguna chica con la que rehacer mi vida, pero aquí estoy, solo.
Hasta que la veo. La veo riéndose con unas amigas, con un vaso de lo que puedo suponer que es Wishky, y una sonrisa abrumadora. No sé si es por el efecto de las copas que llevo encima o por mi soledad latente, pero me voy acercando a ella. Puedo contemplar su rostro, esos rasgos extranjeros son los que más me llaman la atención, esos ojos redondos, esa boca gruesa y ese cabello rizado. Nunca había encontrado una mujer así, nunca me habría fijado en una chica así.
Pero hay algo, hay algo en ella que me atrae, que me hace querer acercarme y querer conocer de donde viene, que hace aquí, que comida le gusta, y sobre todo, escuchar su tono de voz. Siempre he tenido un fetiche con la voz de las mujeres.
Sin dudarlo la saludo, ella se gira y me devuelve el saludo con una sonrisa, una sonrisa que sería capaz de conquistar a cualquiera, hasta mi, el chico de corazón roto que ya no cree en el amor. Sin embargo, mi corazón no es reacio a volver a enamorarse.
2 horas, 2 horas en las que estuve hablando con ella, sus amigas decidieron irse tras ver, supongo, mi exclusivo interés hacia ella. Conocí a una chica española, interesada por el arte y la pintura, una chica llamada Jade, una chica a la que también le habían roto el corazón.
Unos meses bastaron para que ella se convirtiese en mi nueva atracción. Ella fue capaz de sanar mi corazón, ella hizo que me olvidase de lo que era sentirse solo y no querido. Ella volvió a traerme felicidad, a ayudarme a conocer lo que era el amor de nuevo, me ayudó a olvidar.
Pero sol había un fallo, ella no sabía todo lo que había logrado en mi. Jade no sabía lo que provocaba en mi, no sabía las noches en las que no paraba de pensar en ella, esas noches en las que me imaginaba como sería hacerle el amor, como sería vivir con ella, como sería casarme con ella. Poco a poco, me fui enamorando, y ella seguía sin darse cuenta.
Un día lluvioso, ella apareció en mi casa, mojada hasta los huesos. Pude verla nerviosa, pude contemplar algo en sus ojos que jamás había visto. No tardo en empujarme dentro de mi casa y abalanzarse llorando sobre mi. Me temí lo peor, pensé que me dejaría solo otra vez.
Pero de sus labios escapó "lo siento Jungkook, pero no puedo ocultar más mis sentimientos hacia ti. Estoy locamente enamorada de ti, comprendo que tu no sientas lo mismo, pero por favor no me dejes sola porque terminaría loca". Ella se separó de mi, me miró fijamente a los ojos y después a los labios.
No supe contenerme, la besé, la besé como tantas veces me había imaginado. Saboree ese dulce sabor que emanaba de su boca. La desvestí suavemente, mientras ella soltaba pequeños suspiros. Dejé su boca para poder saborear su cuello, dejando marcas para que después supiesen que ella era mía ahora. Le quité sus sujetador, le comí suavemente sus pezones, mirándolos para poder guardar esa imagen siempre en mi cabeza.
La llevé hasta mi habitación, la recosté para poder quitarle el resto de su ropa y tirarla por algún lado de mi habitación. Su vagina estaba allí, rosada y húmeda, esperando mi toque. No supe como termine comiendo su bonito monte de venus, mientras dos de mis dedos la penetraban rápidamente. De su boca solo podía escuchar sus gemidos fuertes, como gritaba mi nombre, y como suplicaba que la penetrase. Aún no quería hacerla mía, quería que se corriese miles de veces antes de eso, que recordase como fue esta noche, como la hice mía. Pero eso no entraba en los planes de Jade, ella me empujó suavemente hacia un lado para luego ponerse encima de mi y levantarme la camiseta. Besó mi torso pasando su lengua por él, fue bajando lentamente hasta mis pantalones, los cuales quitó rápidamente para coger mi erección entre sus manos.
Su boca acogió a mi pene, fue subiendo y bajando a lo largo de este, mientras que me masturbaba con su mano. Nunca me había sentido tan bien, nunca me habían llevado al cielo con una simple felación. En cuanto sentía que su boca había abandonado mi pene, miré en su dirección, "Kookie, quiero que me la metas ya".
No esperó un segundo más para volver a coger mi pene entre sus manos y posicionarse encima de este, lo introdujo dentro de ella de una sola estocada, susurrando un "joder , que bien se siente". A ese punto yo perdí todo mi control, y la comencé a penetrar de manera fuerte y rápida agarrándome a su cadera. Sus pechos revotando al compás de mis embestidas, nuestras pieles chocando, su cara de placer, sus gemidos se combinaban a la perfección con lo que nuestros cuerpos sentían el uno por el otro, como si estuviesen hechos el uno para el otro.
Cuando ella estuvo debajo de mi, no evité volver a comerme esos pezones mientras manoseaba el que estaba desatendido, así mientras las penetraba suavemente.De nuevo, besé sus labios, agarrándola esta vez de sus manos.
Comencé otra vez un ritmo rápido, me sentía cerca y sabía que ella también por la manera en la que sus paredes comenzaron a apretar mi pene. No faltó poco para que ella se corriera gritando mi nombre mientras me clavaba sus uñas en las manos, y tampoco yo pude contenerme más, salí de ella y esparcí mi semen en sus pechos.
A ambos se nos escapó un " te amo".
1 año después de mi corazón conocí de nuevo la palabra amor, me volví a enamorar, volví a ser ese chico que creía que el amor dura para siempre cuando es mutuo, volví a comprar flores y bombones por San Valentín, me sentí de nuevo el chico más afortunado del mundo. Desee otra vez poder casarme y formar una familia, pero esta vez junto a Jade, junto a una chica extranjera, junto a la chica que sé que fue hecha para mi y para la cual fui hecho.
International girl, thank you for making me believe in love again. I will love you till the end
