[6] Periodo

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-Entonces... ¿Hace cuánto son vecinos de Edd?- pregunté mientras tomaba una taza de café con azúcar light.

-He perdido la cuenta, colega- contestó Eduardo dando un trago a su taza.

-Veo que no se llevan muy bien- comenté como si no lo supiera ya.

Mark se sentó en el sofá junto a Eduardo. -Han sido un dolor de cabeza- hablaba con propiedad y voz grave.

-Pero no son tanto problema, tal vez nosotros los molestamos a ellos- los otros dos vieron a John con desprecio y ojos de cuchillas. -. . . Quiero decir que ellos son molestos. . . - se corrigió con miedo.

-No se ve que sean malos tipos, son agradables- sonreí dándole un poco de razón a John.

-Pues como gustes verlo, mujer, pero para nosotros siempre seremos los número uno- se aclaró la garganta -Sin embargo, puedes venir cuando gustes-

Acabé mi café y sonreí -Téngalo por seguro, ha sido un gusto estar aquí- Me puse de pie -Pero debo volver a casa, Figo debe estar esperándome para sacarlo a dar una vuelta-

Los tres me acompañaron a la puerta y salí. -Muchísimas gracias por su amabilidad, espero verlos luego-.

-El gustó ha sido nuestro ____, que tengas un buen rato- sonrió Eduardo mientras yo me alejaba haciendo un vaivén con la mano.

De verdad habían sido muy agradables, que lindo era tener vecinos de este tipo, en la armada solo me toca convivir con gente que quiere sacarte del camino cada 10 minutos.

Seguí cruzando la calle hasta que una voz me detuvo. -¿De dónde vienes?- preguntó Edd que estaba regando el jardín con una manguera.

-Yo... sólo fui con Eduardo, Mark y John- me escogí de hombros sin darle importancia. -¿Por qué?-

-No me parece que sea buena idea, son malvados.- comentó mientras yo me acercaba a hablar con él.

-No lo parecen, son amables-

Me miró incrédulo y desvió la mirada. -Supongo que no puedo decirte con quien estar y con quien no, pero de igual modo no se te vaya a ocurrir cambiarnos.-

Reí enternecida -Edd, no prefiero a nadie, ¡Solo llevo 2 semanas aquí!-

-Lo sé, es agradable tenerte por aquí, a tí y a Figo- se acercó a susurrarne -Y le agradas a Tom, eso es extraño-

-Bueno, algo debo estar haciendo bien- me sentía halagada. -¿Harán algo más tarde?-

-Estábamos pensando en ir al cine, ¿Gustas?- asentí -Nos vemos aquí a las 8-

-¡Claro, los veo más tarde!- me despedí y llegué a casa, pero antes de arreglarme saqué a mi perro a pasear, me había estado esperando y no podía dejar esa carita encerrada.

Salí y me topé con una chica llamada Lauren, no sé muy bien quien era pero lucía como una buena persona, se acercó a acariciar a Figo y me comentó que ella no vivía por ahí, pero que conocía a los chicos y a Eduardo y sus amigos, intercambiamos números rápidamente, creí que al fin podría tener una amiga. Di una vuelta y llegué a casa.

Cuando llegué estaba por arreglarme, pero sentí mucha hambre y fui a comer una barra de chocolate que estaba en la cocina, ya luego me metí a bañar con agua caliente. El teléfono empezó a sonar.

"Tord" Leí de corrido abriendo la puerta del baño y colgando el celular para que me dejará escuchar mi música.

Salí de bañarme y me rescosté en mi cama con la toalla puesta mientras buscaba energía para vestirme, el agua caliente me había adormecido un poco. Figo se subió a la cama y empezó a lamerme la cara.

No Soy De Los Que Se Enamoran|| TOMXREADERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora