IX. HOW IT ALL WORKS OUT

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HOW IT ALL WORKS OUT

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HOW IT ALL WORKS OUT

CAPÍTULO IX

Why

Why do you go wasting your time on me
You're so beautiful,
There's so much that's left for you now

And why
Why do you go flashing those eyes at me

And I'm scared that you're gonna slip away
And you, you've got this wide-eyed gaze
And a smile that you'll carry through your days
The feelings I used to have
They're changing, they're changing now...


La película iba por la mitad, pero para Baek la trama había pasado a segundo plano desde hace varios minutos; en cambio, su atención se centraba únicamente en los rasgos y expresiones que el bonito rostro de Sehun hacía cada que cambiaba una escena o daba un nuevo bocado a su comida.

Sí, desde el momento en que lo conoció su cerebro captó la idea de cuan atractivo era, aun así, nunca se había dado el tiempo para apreciarlo. No realmente. A fondo, frente a frente y sin la incesante necesidad de avergonzarse por pasar demasiado tiempo mirando.

Baek estaba tan ensimismado que, cuando de la nada el tono de llamada entrante vibró en su bolsillo, saltó de su lugar, levantándose abruptamente y saliendo de su trance en un movimiento agreste que terminó derramando la totalidad del contenido líquido en su vaso sobre Sehun.

—¡Oh, mierda! Lo siento, lo siento, lo siento... —exclamó, disculpándose repetidamente, tratando de limpiar con su manga las gotas cafés oscuro que habían salpicado a lo largo del edredón.

—No hay problema, parece que Steve Jobs absorbió todo el café —replicó Sehun, haciendo referencia al estampado de su playera.

Baek asintió, ofreciéndole una sonrisilla incómoda a modo de perdón.

Sehun se levantó de la cama y se dirigió hacia el armario para cambiarse, olvidando cerrar la puerta.

Baek se enderezó, planeando hacer una revisión cautelosa de su espalda y abdominales. Ya saben... aprovechar el accidente para crearse una buena fotografía mental, no muy seguro de si volvería a tener la oportunidad alguna otra vez en el futuro.

Sin embargo, de un segundo a otro, el ambiente cambió por completo.

Baek miró las cicatrices. Y Sehun lo vio mirar. Gruesos patrones sin forma que marcaban su piel de a lo largo de los antebrazos, mostrando un antiguo y brutal historial de daño.

Ambos se quedaron en silencio mientras Sehun se apresuraba a acomodar una nueva playera para volverse a cubrir. Sus ojos observando a Baek fijamente, retándolo a preguntar.

Baek no era estúpido. Sabía exactamente cómo fue que Sehun obtuvo esas heridas. Eran cicatrices de aguja y, basándose en el estrago, difícilmente provocadas por un médico.

Tell me you love me | SeBaek  (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora