Realmente siento la demora jeje En fin, advertencia: LEMON, para los no familiarizados -Escenas sexuales - Así que sobre aviso no hay engaño. Disfruten :)
CAPÍTULO 4. FELICIDAD.
-¿Shukaku? –
-¿Sí? –
-¿Qué crees que nos pasa al morir? –
-...-
El regordete demonio mapache bostezó perezosamente, sin mucho ánimo para contestar. Desde que podía recordar, odiaba las tediosas intrigas existenciales de los seres humanos. Especialmente lo relacionado a su propia mortalidad. Casi todos los seres humanos creían que en su condición de bijuu el quizás tenía algunas respuestas, pero ciertamente no era así ¿Qué podía saber él como un ser milenario de la muerte? Esas preguntas tan estúpidas sólo reflejaban el inminente miedo de los humanos a lo desconocido, a su propia fragilidad ¿Tenía él la culpa de que sus vidas fueran tan cortas y endebles? Con el pasar de los años se había hecho menos tolerante a sus preguntas absurdas y más hosco para responder.
- No tengo idea –
Gaara suspiró mirando a un lado suyo al demonio tanuki. Cuando ambos dormían se rompía la frágil brecha entre sus mentes, siendo capaces de ser más cercanos, incluso de conversar frente a frente, sin ningún aparente riesgo para el chico ojiverde. Después de todo, el joven Kaze había crecido con la constante presencia de Shukaku. Bueno o malo siempre estaba a su lado y en cierta forma, el pelirrojo nunca había estado realmente solo.
-Pensé... Que tú tendrías alguna idea, alguna noción de que le pasa un alma al dejar este mundo –
Shukaku abrió uno de sus ojos dorados, contemplando fijamente al chico. Se sorprendía un poco por su necedad de preguntar. De todos sus hospederos, Gaara sin duda alguna era el más interesante. Todos antes de él, lo habían tratado como lo que se suponía que era: un demonio sediento de sangre al cual era mejor no molestar, digno temer y respetar. Ese chico Sabaku sin embargo nunca le había temido lo suficiente, aún cuando el demonio mapache le había mostrado de sobra lo terrible de su ser y lo había impulsado a hacer cosas espantosas en su niñez y adolescencia. Pese a ello, Gaara seguía sin estar lo suficientemente atemorizado. Lo trataba con una familiaridad que lo desconcertaba e incluso lo aturdía. Al mirarlo tan cerca como ahora, sólo podía pensar en sus antepasados, especifícamente en el cuarto Kazekage, el padre de Gaara. Se parecían más de lo que todos pensaban.
-¿Qué parte de "inmortal" no comprendes Gaara? ¿Cómo se supone que puedo saber de eso? Si sufres por ese chico, recuerda que logre extraer la mayor parte de ese chakra maligno. Así que no morirá – El demonio se acomodó para dormitar – Y estoy exhausto, así que dormiré un par de días. Eso si no te molesta... – susurró irritado el demonio Ichibi antes de cerrar los ojos
-¡Shukaku espera! – El ojiverde intentó llamar su atención, pero fue tarde. En un abrir y cerrar de ojos el monje se había sumido en un profundo sueño del que era imposible que el mismo Gaara lo despertará.
Hubiera querido discutir los términos de su trato con el demonio tanuki, aún cuando la petición del demonio mapache había sido simplista y al alcance de Gaara: "Un cuerpo"
Si bien Shukaku parecía mostrar un infinito desprecio por los seres humanos, le era necesario un cuerpo de ese tipo para poder moverse libremente por el mundo, al menos hasta que recobrará sus habilidades mágicas del todo. El largo periodo en la habitación donde el joven Kazekage lo había confinado había disminuido su poder y lo había hecho vulnerable a otros bijuus. Su única alternativa había sido ocultarse en el cuerpo de su anterior jinchuuriki, esperando el momento en que tuviera las fuerzas para valerse por sí mismo.
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Innocent
Fanfiction"Cuidado con lo que pides, a veces tus mejores deseos pueden volverse una dolorosa realidad" Una situación de gran riesgo lleva a Gaara a tomar una decisión precipitada y eventualmente errónea. Sin saberlo la persona que más quiere será la que más l...