Capítulo II

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Jack había cerrado el despacho a las 9 de la noche, y se dirigió a su casa que quedaba a 4 cuadras de su trabajo, era una bella mansión, color azul fuerte con toques blancos, tenía muchas habitaciones muy espaciosas, toda esa mansión para él solo y sus criados.

Las calles estaban cubiertas de nieve y había nevada, la gente que estaba todavía afuera era poca, pero ninguna de esas personas le dirigió la mirada o la palabra a Jack, y él ya estaba acostumbrado, así que no le daba importancia en lo absoluto. Al llegar a las puertas de su casa, buscó sus llaves pero éstas al sacarlas se le cayeron en la nieve

-Qué idiota-susurró y se agachó a recogerlas, mientras las tomaba oyó una voz "Jack" decía la voz, pero al mirar hacia arriba o a los lados no había nadie, al ver la forma que tenía la manija vió el copo de nieve, una sonrisa apareció en su rostro al recordar su pasado, pero de inmediato se esfumó esa alegría al ver que en la puerta aparecían sus iniciales, respiró profundo y cerró los ojos, al abrirlos ya no había nada

-Debo estar cansado-se dijo para sí mismo y entró

-Buenas noches joven Frost-saludó amablemente su criada, la Sra. Potts

-Buenas noches Señora Potts, ¿por qué no se marchó temprano hoy? En la mañana le indiqué que se fuera a su casa y que la veía hasta el 26-dijo extrañado, podía ser cruel con algunas personas, pero no con ella, quien lo cuidó desde que estaba en el vientre de su madre

-No quise que llegara y estuviera solo Señor, me marcharé tan pronto como usted cene y se vaya a acostar-le dijo y el asintió.

La cena transcurrió tranquila y en silencio, como siempre, en la mansión Frost no había árbol de Navidad, él no acostumbraba a celebrarla. Al terminar su cena, subió a darse una ducha, al cambiarse y ponerse su pijama, fue a despedir a la Señora Potts a la entrada, viendo cómo se marchaba en el carruaje que él le había ordenado para que llegara bien a su casa, al entrar comenzó a caminar hacia las escaleras, pero al subir los primeros escalones sintió como si alguien lo siguiera, al girar no había nadie, así que prosiguió su camino a su dormitorio, pero le volvió la extraña sensación de que alguien le seguía, al girarse le pareció ver que una sombra se desvanecía, así que subió más aprisa hasta su cuarto.

Jack tomó un libro y comenzó a leerlo, cuando se oyeron golpes en su puerta, alzó la mirada y tomó un ladrillo suelto de su chimenea

-¿Quién anda ahí?-preguntó tratando de sonar firme y seguro, pero se moría del miedo, de repente oyó como si alguien arrastrara algo, cadenas, para ser más específicos, vió como una alcancía traspasaba la puerta, luego una caja-¡Muéstrate!-gritó a la puerta, entonces, vió como una silueta amarrada a unas cadenas

-Jack-dijo la figura fantasmal, al alzar la cabeza Jack pudo apreciarlo mejor: era Hans, el mismo que había fallecido hace algunos años

-¿Ha-Hans?-preguntó nervioso y sorprendido, el espectro asintió

-Hola Jackson, cuánto tiempo. Te ves bien, viejo amigo-le habló el espectro de un joven alto y pelirrojo

-¿Hans? No entiendo, ¿qué haces aquí?-preguntó todavía con asombro el peliblanco, y el otro rió

-Vengo a advertirte y prevenirte Jack-dijo el fantasma de Hans

-¿Prevenirme? ¿Advertirme? No entiendo-preguntó confuso, el albino tenía un sin fin de dudas

-Jack, sé que te enseñé cómo hacerte un hombre muy muy rico, pero, éste es el precio por ser un hombre tan egoísta y avaro-le explicó el fantasma mostrándole las cadenas

-¿De qué hablas Hans? Tú me enseñaste a ser un hombre inteligente y a saber administrar bien el dinero-le dijo y el otro negó

-¿No lo entiendes? Todo lo que hice en vida está mal, y todo lo que tú haces es aún peor. Éste será tu destino, puede ser así o peor de pesado que el mío, pero es por eso que vine. Tienes la oportunidad de cambiar quién eres, a no ser que...-iba a continuar pero Jack le interrumpió

-No Hans, por favor, realmente no quiero lo mismo que te pasó a tí, ayúdame-le suplicó alarmado

-Ésta noche te van a visitar 3 espíritus, uno a cada hora a partir de las 12, ellos te aconsejaran y si haces lo que ellos te indiquen podrás cambiar tu destino y evitar ésta condena Frost-le dijo-Me tengo que ir, pero te prometo que pronto nos volveremos a ver-le dijo y salió por la puerta, Jack se quedó mirando hacia la puerta por unos segundos hasta que reaccionó, cerró el libro y se fue a su cama, al sentarse miró la pared y suspiró

-Tonterías, debe de haber sido el café que me tomé lo que me hizo tener alucinaciones con fantasmas, y más con Hans-dijo y se acostó, tan pronto como lo hizo se quedó dormido.

Cuento de Navidad (Jelsa) ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora