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-Ya te he dicho que mi nombre no es Twelve- dije de mala gana-, ¿olvidas que leí tu mente?-dije y sentí un dolor punzante en mi cuello y solté un pequeño gemido de dolor.

-Niña cierra la boca, sólo haz lo que se te pida, nadie pidió tu maldita opinion- dijo uno de los guardias agresivo.

-Bueno, como iba diciendo, hoy las he reunido a ambas ya que tienen poderes extraordinarios: Eleven posee telequinesis y Twelve posee manipulacion molecular y telepatía.

-¿Qué es... manipulacion molecular?- preguntó Eleven con dificultad.

-Basicamente, es que puede hacer que las cosas cambien, puede alterarlas a nivel molecular y hacer, que por ejemplo, se congelen, quemen, teletransporten entre otras cosas- explicó Brenner-. Y como ambos de sus poderes les permiten hacer cosas en común, quiero que los usen juntas, para así llegar a un hombre que necesito encontrar. Ese hombre es muy importante. Lo único que tienen que hacer es entrar en aquel tanque, por así decirlo, y encontrarlo con sus poderes. ¿pueden hacer eso por mí, por favor?- dijo de una manera tan dulce e hipócrita que se me revolvió el estomago.

Miré a Eleven, quien asintió algo insegura y timida, mientras, en mi caso, yo sólo veía la escena con odio. No puedo creer que esté aceptando, no puedo creer que ella le crea... Aunque siendo justas, antes de poder usar bien mis poderes y poder leer la mente de Brenner... yo tambien le creía, es un muy buen actor el maldito.

Yo asentí de mala gana, despues de todo, no tengo otra opcion.

-Ah, por cierto, Twelve, tienes que cambiarte de ropa- dijo Brenner y asentí, otra vez, de mala gana.

Me fui a cambiar de ropa, exactamente lo mismo que traía Eleven.

Nos dirigieron al tanque de agua, nos pusieron cosas extrañas y nos sumergimos en el agua, tomé la mano de Eleven mientras que la luz se desvanecia por medio de algo que la tapaba.

-¿por qué le haces caso a Brenner?- le dije telepáticamente a lo que se sorprendió.

-Es papá- respondió la castaña con timidez.

-No. No lo es. Un padre no hace esto.

-¿Cómo lo sabes? ¿has tenido uno alguna vez?- preguntó curiosa.

-No, pero los he visto- dije y le mostré recuerdos de guardias o del mismo Brenner.

Íbamos a seguir hablando, pero fuimos detenidas por una especie de transición a otro mundo.

Abrí los ojos, encontrandome en un lugar totalmente oscuro, donde todo era de color negro, a excepcion de mí y de Eleven, todo estaba completamente silencioso, a excepcion de la voz de un hombre en un idioma que no pude comprender.

Nosotras nos miramos extrañadas, pero luego, el hombre ya no estaba, solo nosotras. Y eso nos extrañó aun más.

Nos miramos, estuve apunto de decir algo, cuando se volvió a escuchar un ruido, pero no del hombre, era como si algo estuviera gritando. Nos retrocedimos con cuidado, no sabíamos qué era eso, pero lo que sí sabíamos es que era peligroso, los gritos eran desgarradores y llegaban a dolerme los oidos. La miré insegura y traté de guardar la calma, pero fue en vano, los gritos se escuchaban cada vez más fuertes... cada vez más cerca...

-¡Corre!- grité lo más fuerte que pude y huimos, aun de la mano, completamente asustadas por lo que fuera eso.

De un momento a otro, ya no estabamos ahí, sino que estabamos en el tanque, gritando y con lagrimas en los ojos, mientras todo ese fluido proveniente de nuestras narices recorria nuestro rostro.

(...)

Estabamos en la que supongo es la habitación de Eleven, en silencio, hasta que Brenner habló.

-¿Saben por qué las necesitaba a ustedes dos, especificamente?- preguntó Brenner, nosotras lo miramos sin entender-. Porque ambas pueden saber qué ocurre aunque no estén en ese lugar -explicó-. Mañana quiero que hagan lo que hicieron hoy, contacten a lo que sea que hayan escuchado. Busquenlo, lo que sea que fuera, no puede alcanzarlas, no les puede hacer daño. Twelve, hoy te quedarás con Eleven, quiero ver si su lazo de confianza ayuda a que sus poderes trabajen mejor juntas.- dijo y asentimos, aunque no me convence mucho estar junto a otra chica que no conozco.

Estuvimos un largo rato, ambas calladas, sin saber qué decir o hacer.

-¿Qué... qué crees que fue eso?- dije para matar el silencio y el tiempo, esto se estaba volviendo aburrido. Ella sólo se encogió de hombros en señal de que no tenía idea-. Eres callada- comenté y me ignoró-. ¿no te agrado o algo?- dije y negó con la cabeza-, ¿entonces?, ¿por qué no hablas?- dije y se me quedó mirando por unos segundos, seguido de apartar la mirada.

-¿Qué sabes sobre papá?- dijo de repente.

-¿Uh?- dije descorcentada por la pregunta-. Bueno, he leído su mente, así que supongo que... ¿todo?.- dije algo insegura de si estaba en lo correcto.

-¿a qué te refieres con "todo"?-preguntó sin entender.

-Bueno, es un hombre malo, ha hecho cosas muy malas. Supongo que eso es lo unico que necesitas saber- dije con simplicidad-. Por cierto, ¿nunca has pensado en escapar? Quiero decir, tú no tienes un collar como este-dije apuntando mi collar-, que te dan descargas cada vez que usas tus poderes. Podrías huir fácilmente.

-¿escapar? ¿qué es... "escapar"?- preguntó pronunciando la palabra con dificultad.

-Huir, irte de este infierno.- expliqué.

La hermana de Eleven (Will y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora