Soy rara y lo se

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Ser amado es ser destruido dicen y ahora lo confirmo todo pero tú no me destruyes tu me haces estúpida pero aunque lo sé no hago nada por evitarlo.

Si a algunos el amor les hace daño pero a otros nos hace estúpidos.

Pero todo estos pensamientos destructivos son apenas susurros de advertencias que hace mi cerebro cada vez que el está cerca, pero quedan muy pequeños en comparación del sonido de los latidos de mi corazón cosa que solo el provoca.

Por lo tanto estoy haciendo de todas mis fuerzas por controlar ese ataque hormonal.

-ya dime que es lo que tienes ¿sí?- es la quinta vez que hace la misma pregunta y ya me está aburriendo.

-No tengo nada, y ya déjame en paz.

-lo siento ¿si?

-¿Qué?

-¿me perdonas?- dijo haciendo cara de perrito, un muy lindo cachorrito.

«Concéntrate Sam»

-pero ni siquiera sabes que me has hecho- bufe - y ya me tengo que ir- trate de salir de su encierre improvisado pero se quedó en eso en un intento ya que no logre dar ni un solo paso.

-pero si estas así es porque hice algo mal ¿no?

-si eso es cierto, tienes que saberlo tú.

-Yaaa perdóname ¿sí?- intento tomarme la mano pero la aparte rápidamente, no es la primera vez que lo hace y yo siempre se lo impido.

-¿Si te digo que sí, me dejas en paz?

-Tal vez- responde inclinado la cabeza asía un costado.

-Está bien, te perdono- digo apretando la mandíbula está haciendo uso de mi poca paciencia y no le durara por mucho. Se hace a un lado y estira uno de sus brazos para señalarme el camino.

-Muy bien te lo has ganado, puedes pasar.

-Aam ¿gracias?- empiezo a caminar asía el salón mientras trato de ignorarlo pero sé que me viene pisando los talones.

Al llegar al salón me coloco en mi asiento y el hace lo mismo, por suerte el profesor aun no llega así que me salve de un posible regaño por llegar tarde.

Como pueden ver aquí los profesores no son lo más puntuales siempre es lo mismo, lo único bueno de todo esto es que si no han llegado puedo ponerme a leer mientras llega.

La mayoría de mis clases me tocan junto a Nella o alguna de las demás chicas pero matemática es la acepción no me toca con ninguna de ellas, pero no se siente del todo raro o feo ya que les hablo a todos así que siempre encuentro a alguien con quien iniciar platica, pero hoy no tengo nada de ánimos de hablar sobre ningún tema es especifico tratando de que la plática no termine con un silencio incomodo así que me limite a abrir uno de mis libros, pero por más que intentaba no lograba comprender ni lo más mínimo lo que leía mi mente se reusaba a estar al cien porciento en la lectura así que lo cerré, no lograba nada con seguirlo intentando mi mente se encontraba en otro mundo o mejor dicho en otro momento.

¿Qué es exactamente lo que trato de decirme Clay?, aparte de que tengo un corazón muy blando claro está.

-Ho niña de mí no es quien tienes que temer, sino de Chris yo que tu empezaría a cuidar mi débil y sensible corazón, uno nunca sabe.

Sus palabras aun hacían eco en mi cabeza, prácticamente es como si hubiera llamado el enemigo de la película a Christian ¿acaso lo era y yo no me daba cuenta? En fin de cuentas aun tenia duda del porque tan de repente me comenzó a hablar, pero dudo que sea por algo malo.

Unos golpes en mi cabeza me hicieron salir de mis pensamientos, cerré y abrí mis ojos para lograr volver a la realidad, y mi realidad era un Christian con las cejas tan juntos que parecían una sola.

-¡Hey! ¿Me prestas tu algebra?

-Claro tómala- esta estaba en mi mesa, con una sonrisa de agradecimiento la tomo y se volvió a su asiento para comenzar a leerla, en ese momento el profesor hiso su aparición y comenzó con la clase, trate de poner toda mi atención en ella alejando todos aquellos pensamientos que no fueran de monomio por monomio; y así siguió toda la clase hasta que dio por finalizado.

Me levante de mi asiento para empezar a guardar todo lo que había ocupado Christian me extendió mi algebra y la tome con la mirada adentro de mi bolsón.

-Gracias linda- repuso en agradecimiento.

-¿Qué te he dicho sobre decirme así?- bufe.

-okay, okay-respondió levantando las manos-Te veo luego, tengo que ir a hablar con alguien. No me extrañes- repuso guiñando un ojo. No me dio tiempo de responderle ya que cuando levante mi mirada de mi bolsón ya había desaparecido.

Tenía prisa ¿eh? No le di muchas vueltas al asunto me puede gustar y mucho pero lo que haga es muy su problema... ¡Espera! ¿Acabo de admitir que me gusta? Seguramente la falta de alimentos dentro de mi sistema digestivo está haciéndome decir incoherencias.

Me coloque mi bolsón en mis hombros y salí en dirección a la cafetería.

Siempre tomo el camino largo me gusta más (si soy rara) la cafetería está ubicada a uno de los costados del colegio, la mayoría de estudiantes simplemente rodean el colegio y ya llegan pero como dije soy rara y yo me cruzo toda la cancha de futbol para llegar pero es mucho mejor amo el color verde del pasto que esta tiene.

Estaba a punto de salir al patio justo podía ver delante de mí la gran cancha, cuando una conversación (nada discreta para que yo la haiga oído) se estaba dando en uno de los rincones donde eran muy pocos visibles.

Normalmente esto esta totalmente vacío así que es un buen lugar para venir a cobrar cuentas con alguien; retome mi paso y trate de no darle mucha importancia, pero a medida que me acercaba al lugar donde se estaba dando dicha discusión las voces se me hacían más claras, cuando estuve lo suficientemente cerca de la fuente de sonido los propietarios de esa voces me sorprendieron, eran... ¿Christian y Clay?

"No Te Ilusiones"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora