No hay nada mejor que una noche de fiesta para los sentimientos encontrados. El Hallowen llega a Konoha, los adolescentes dejan de lado el pedir dulces en las calles para tener fiestas en esta noche tan peculiar.
Una pareja explosiva que nadie se...
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-¡Estas tan hermoso y sensual!- Tomo el vendado mentón del rubio y ajusto sus miradas.-¿Pero quién te dio permiso de usar tan pocas vendas esta noche? Mi señor.
-Es verdad. Es para mí.- Sonrió, mostrando su peculiar sonrisa.
-¡Puede ser!- Dijo aquello subconscientemente, pues estaba atónitamente impresionado de descubrir quién era su captor. -¿KIBA?- Grito al ver al moreno. Al parecer hace unos instantes se había dejado llevar por la química.
-¡Teniente Inuzuka, para ti esta noche!-
-¿Acaso estás loco?-
-Si. Pero por ti, Naruto- Estaba decidió a todo. -¿Te gusta mi disfraz?-
Naruto miro al castaño. Kiba estaba disfrazado de policía, llevaba una camisa de mangas cortas negra que se pegaba perfectamente a su cuerpo y dejaba ver sus perfectos brazos. El cuello de aquella camisa estaba desabotonado, dejando ver una placa que colgaba de una cadena, y su sexy pelo en pecho castaño hasta donde el grueso chaleco antibalas dejaba ver. En el chaleco relucía la palabra ¡SWAT! justo en el pecho y varias placas de policía, y el clásico radio del lado izquierdo. En el cinturón de su pantalón colgaba un gas pimienta, una macana, unas esposas y una pistola, que parecía real. Kiba llevaba un pegado pantalón negro, el cual dejaba ver lo marcado, perfecto y tonificado que era su trasero. En general, el disfraz de policía dejaba ver su perfecto cuerpo del castaño. Kiba se quitó los lentes negros de estilo aviador que llevaba puesto, para guiñarle un ojo al rubio.
-¡Estoy harto de estas mangas cortas!- Dijo, y seguido de estos hizo fuerza con sus bíceps y rompió por en medio el escudo de policía, que estaba bordado en aquellas mangas cortas, dejando ver aún mejor sus brazos. –¡Mucho mejor!- Trono sus dedos.
Naruto miraba a Kiba, estaba muy, peor muy sexy. No parecía el idiota de su amigo de siempre. Se miraba varonil, y sensual, tan así que antes de darse cuenta su miembro ya se estaba estimulando, su mente ya estaba pensando en fantasías, y su boca ya estaba babeando.
-¡Y, bien mi señor faraón! ¿Qué opina?.-
-Oh por Ramses.- Trago saliva. –Tú ganas, tú ganas. Tú disfraz es simplemente sexy, Kiba.- Sonrió al pronunciar aquello. –¡Arrésteme oficial!- Suplico.
-¿Eso significa que?-
-¡Soy todo tuyo!-
Sonrió pícaramente, como si el viejo Naruto hubiera sido remplazado por un nuevo Naruto, que simplemente se dejó fascinar por el moreno y caía rendido a sus pies. Y, ¿a quién quería engañar?, en verdad Kiba había logrado cautivarlo. Había decidido probar suerte con el moreno.
