Parte II

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April decidió caminar por la plaza central luego de la hora de almuerzo. Se sentó frente a la fuente de agua, distraída. A su alrededor los Buitres vigilaban y mantenían el orden. De pronto, algo llamó su atención. Un joven, aparentemente de 22 años de edad, pelo corto y negro, alto y de contextura delgada, se sentó cerca de ella. El joven miró hacía los lados y, cuidadosamente, sacó de su bolsillo un papel doblado. Fijó su vista en lo que estaba escrito, y dijo en voz baja, entre suspiros: "al diablo la revolución".

En ese instante, April sintió una corriente por todo su cuerpo; se le vinieron muchas imágenes a la mente, entre borrosas y oscuras. Intentó ponerse de pie mientras escuchaba voces en su cabeza, pero un mareo la invadió.

Antes de que se cayera al suelo, el joven la sostuvo entre sus brazos; al ver que no reaccionaba y que uno de los Buitres empezaba a acercarse, empezó a caminar, llevando arrastras a la pelirroja.

—¿Ha ocurrido algo? —preguntó el buitre, parándose frente a ellos.

—Nada —negó el joven, sonriendo—. Le ha caído mal la comida, es todo. Ya nos vamos a la casa.

El Buitre no pareció muy convencido, pero antes de decir otra cosa, uno de sus compañeros lo llamó para atender un caso de robo. Al parecer, un anciano había intentado robar comida. No conforme con su plato diario, el anciano le arrebató la bandeja a alguien y salió corriendo en vano, porque al instante un Buitre le propuso una patada en la espalda, haciéndolo caer de rodillas. Empezaron a golpearlo sin piedad. El pobre anciano pedía clemencia, diciendo que sólo tenía hambre, que su plato de comida se lo daba a su nieta para que ésta pudiera comer mejor. Evidentemente, los Buitres no pasaban hambre y no entendían aquello, sólo se regían a las normas implementadas por el Estado Mayor. 

El joven no quiso observar más esa escena, porque lo llenaba de impotencia y nada podía hacer. En ese momento, estaba preocupado por la joven. Salió de entre la multitud que se concentró para ver cómo golpeaban al hombre. Nadie podía decir nada, ni ayudarlo, o acabaría en las mismas que el anciano. 


***

Espero que les haya gustado. Irán conociendo, a medida que avance la lectura, a la protagonista y todo lo que la rodea. 

La Resistencia (TERMINADA)Where stories live. Discover now