¡Hola! Por aquí la continuación.
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Una semana exacta había pasado desde la explosión. Los habitantes de la ciudad andina se recuperaban del escenario violento provocado por el Estado Mayor. Entre susurro, existía la incertidumbre de un posible ataque terrorista contra el Gobierno. ¿Quién? ¿Cuándo? En el fondo, todos deseaban que ocurriese eso. Estaban cansados de la miseria, y el rumor se estaba convirtiendo en una esperanza en los corazones de las personas. Los Buitres seguían vigilando con más precaución y evitaban que las personas se agruparan para comentar lo sucedido. Sólo las miradas eran cómplices de los ciudadanos.
Días antes del ataque, el presidente, en su hora de almuerzo ostentoso, junto a su séquito malvado, recibió una carta anónima donde se leía simplemente "pronto caerás y nadie te salvará. Todos huirán y tú morirás". Al principio no le dio importancia pero, por lo precavido de su ser, decidió encargarse él mismo de la situación. Nadie supo decirle con certeza cómo llegó la carta, simplemente apareció entre la correspondencia. Su paciencia no duró mucho y, dejándose llevar por la ira del momento, ordenó lanzar una bomba pequeña a cada estado para hacerles recordar quién tenía el poder y alejar de la mente de cualquier rebelde la tonta idea de enfrentarlo. Su sonrisa se anchó al ver, a través de una pantalla, cómo caían las granadas simultáneamente.
No conforme con esto, quiso agrupar alrededor de 10 personas por región para traerlos a la capital y someterlos a un cuestionario. Primero, los mantuvo encerrados dos días, con comida y agua. Al tercer día, fue pasando de a uno a una habitación con un detector de mentiras. Su objetivo era saber si tenían pensado atentar contra su gobierno o si existía algún rebelde entre las sombras. Para su mala suerte, nadie sabía nada. Reclamó a los Buitres el haberles traído personas inútiles. Como no le volvió a llegar otra nota amenazante en los siguientes días, creyó que se trataba de una simple broma, se calmó pero los dejó encerrados.
April no tenía noticias aún sobre su abuela y la zozobra la consumía por dentro. Rogaba que no la estuviesen torturando o haciéndole lo que intentaron con ella. Las noches se le hacían eternas imaginándose lo peor y el nuevo recuerdo que le rondaba por su cabeza no la dejaba tranquila. Esta vez estaba en lo que suponía era la casa presidencial. Todo brillaba por lo lujoso. No sabía exactamente cómo llegó ahí. Traspasó los pasillos, abrió puertas, bajó y subió escaleras y luego, el ambiente había cambiado. Cuadros con figuras grotescas decoraban la pared. El piso relucía y las habitaciones eran enormes. Escuchó voces y se ocultó entre unas cortinas.
—Señor presidente, es mejor que tome en cuenta las recomendaciones del doctor —dijo su secretaria, una mujer alta, rubia y delgada. Sus pestañas eran exageradamente largas. La cola de un gato formaba parte de su peinado.
—No puedo, Patricia, descuidar a toda una nación por una tonta enfermedad.
—No es una indisposición cualquiera, señor. Es la misma que tuvo su hermano. En cualquier momento podría desarrollársele más.
—Hasta el último día seré yo quien gobierne este país. Nadie, mucho menos esto, me quitará el poder —ella rodó los ojos y siguió caminando a su lado, sosteniendo una carpeta y meneando las caderas, hasta que se perdieron de vista.
Eso, hasta ahora, no se lo había contado a Esteban. Estaba esperando el momento exacto para soltarlo. Actualmente, no confiaba del todo en la resistencia. Parecían, de vista, buenas personas. La desconfianza se debía quizá a las secuelas del encarcelamiento.
Esteban había estado comportándose como un verdadero amigo en tan poco tiempo. La acompañó algunos días y siempre la buscaba para ir al búnker. Él sabía lo que era perder a alguien. Su padre fue secuestrado por el Gobierno para nunca más volver. Pero tenían la esperanza que devolverían a la abuela de April.
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La Resistencia (TERMINADA)
Ciencia FicciónEs una historia llena de ficción, que intenta, a su vez, retractar escenas reales sobre Venezuela y la situación que actualmente estamos viviendo. En un país gobernado por la dictadura, un grupo de jóvenes, llamados así mismo la resistencia, intent...