Un amor Diferente [Borrador]

Capítulo 27

Las chicas seguian brincando y gritando que iban a ser tías yo en cambió a mi cuerpo había entrando un temblor horrible y ganas de llorar de frustración, miedo, angustia, y ese miedo que creí había desaparecido, regreso con más fuerza y me azotó el pecho para instalarse ahí cómodamente.

Giro la cabeza en busca de Mariza y ella me ve con cara de horror. Para acercarce a mí y tomarme de los hombros.

-¿No quieres un bebé? ¿Christian no quiere ser padre? ¿Qué sucede Rebeca?-Me muerdo el labio que ahora esta tamblando dando llegada a un mar de emociones.

-No es eso...-me abrazo a ella como una niña pequeña y ella me lleva al sofa seguidas de Lu.

-¿Entonces?-De otro lado me abraza Lucilda.

-Esto solo lo sabemos Ricardo y yo-comienzo a narrar-Tan solo tres años después de que nos casamos buscamos tener un bebé-cierro los ojos y aprieto las manos-Se logró, pero decidimos que todos se dieran cuenta por si mismos-miro mis manos recordando aquellos momentos- nuestros padres no lo sabían incluso, iba a ser un momento solo de nosotros.

>>Entonces durante los primeros dos meses faltaban dos semanas para los 3, era un sueño para ambos ibamos a ser padres por fin estábamos muy emocionados-Mis ojos se llenan de lágrimas al recordar la peor etapa de mi vida-Ricardo incluso llego a comprar un gorrito de bebé...-Ahora si las lágrimas salen, al parecer el recuerdo sigue ahí y el dolor también- y un día, lo recuerdo perfectamente, Ricardo había salido a comprar de cenar y yo estaba recostada en el sofa cuando un tirón en el vientre bajo me hizo soltar las alarmas, inmediatamente me pare y llame a Ricardo el ya estaba por llegar, cuando llegó vio mi cara de terror y rápidamente nos fuimos al médico -Me limpio con el dorso de la mano- al llegar me pasan a urgencias, después el doctor sale y me mira con pena citando la peores palabras que puedes decirle a una mujer que ha esperado con ansias y amor un bebé "ha tenido un aborto natural" ese día llore mucho, me hicieron un lavado para quitar cualquier resto de ese pequeñito que nunca llego a ver la luz. Sé que era un ser inpensante aún, pero su corazón ya latía-doy un suspiro-Y lo queríamos... Fue una época dura para Ricardo y para mi, lloramos solos la pérdida, fue cuando desaparecimos, que nos fuimos a Sinaloa de vacaciones necesitábamos amor y aceptación de que ese bebito no llego y quisimos hacerlo solos.

Término de contar mi peor momento y me abrazo las piernas.

-No le voy a decir a Chris hasta que se concluyan las 12 semanas de gestación y posible peligro de aborto quede descartado...-miro un punto fijo, sin mirar nada en específico.

-No, se lo vas a decir, ese hombre no merece que le mientas, si no se molesto cuando ocultaste lo de la amenaza, el que le ocultes a su propio hijo-el que merece saber-o lo hace enojar o lo decepcionas una de dos Rebeca-Me señala con el dedo Mariza-Así que agarra tu culo y dile, no seas cobarde. Y que ese miedo no se te instale en la mente, porque la mente es muy poderosa.

La miro con ojos brillos y asiento.

-¿Lo amas?-Pregunta mientras se sienta a mi lado.

-Sí mucho...

-Es motivo suficiente para que le digas al güero que va a ser papá. Amiga si este bebé llego ahorita es porque algo significa, vas a ser mamá del hijo del hombre que amas. Piensa en todo lo positivo que es mayor que lo negativo.

Pienso que tiene razón y si Dios decidió esto, le voy a ver el lado positivo y si aquel bebito que no nació es un regalo para nosotros hoy, no puedo estar sumida en una tristeza y miedo siempre.

-Se lo voy a decir...-ellas me miran con una sonrisa.

Después de quitar todo rastro de lágrimas llamó a Chris para que venga a recogerme y dice que llegara en 15 minutos.