Capítulo 47

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Era un día soleado, la bombonera repleta de gente, saltando al ritmo del clásico cantito "la séptima copa es mi obsesión, tenés que dejar el alma y el corazón. Ya vas a ver, no somos como los putos de Riber PlateEn ese instante recordé, hoy jugábamos la final de la copa Libertadores contra el Palmeiras de Brasil, habíamos perdido 1-0 en la ida y necesitábamos mantener nuestro arco en cero. Mire el reloj y transcurrían 30 minutos del segundo tiempo, íbamos ganando 1-0 con gol del Pipa, necesitábamos uno más para no ir a penales, el tiempo pasaba y la pelota no se metía, hasta que logro conectar a Pavón que corre solo contra el arco, pero el arquero sale a presionarlo y le comete falta. ¡PENAL PARA BOCA! Sí, a los 44 del segundo tiempo cobraron un penal a nuestro favor, se lo pedí al Pipa, quería patearlo, necesitaba convertir después de todo lo ocurrido y poder festejar la copa luego de haber vuelto. Me paro frente a la pelota y miles de cosa pasaron por mi cabeza, la segunda lesión en el talón, mi casi retiro, volver, ser campeón con Boca, la selección, otra vez al quirófano pero por la rodilla, otra vez la rehabilitación, la vuelta y acá estaba, por patear el penal que nos podría dar la séptima. Suena el silbato, cierro los ojos, pateó y... ¡¡¡Gooooolllll de Boca!!! Si, yo había hecho el gol que nos iba a dar la copa, mis compañeros me vinieron a abrazar. Los brasileños sacaron rápido, pero se escuchaba la hinchada “Dale campeón, Dale campeón ”. No lo podía creer, el silbato sonó y caí al piso, mis compañeros se vinieron a tirar encima mio, Boca era campeón de la copa Libertadores, después de 11 años habíamos logrado la séptima.

Me extendería contando cuanto festejamos, pero sin dudas podría durar muchos capítulos más.

Julieta, estaba abrazada a mi cuerpo, sonreía y saltaba a mi lado. Cantaba conmigo, me cuidaba.

Me había enamorado en una sala de kinesiologia, la había peleado, la había cagado, miles de idas y vueltas. Pero estamos juntos, una vez más, amándonos. Gracias por acompañarnos en el comienzo de nuestra historia de amor, porque no existirá un final.

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Gracias por acompañarme en todos estos capítulos, llego el final. Gracias, lo tuve que adelantar por cuestiones personales. Pero gracias.

Me verán volver - FERNANDO GAGO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora