Un derecho es una prerrogativa. En su propio modo de ser cads cual posee su propia prerrogativa. No subestimemos las prerrogativas de los mediocres. Conforme aumenta la altura, la vida es coda vez más dura: va en aumento el frío, y la responsabilidad. Toda cultura elevada es una pirámide; necesita asentarse en una ancha base; su requisito primordial es una mediocridad fuerte y sanamente consolidada. El artesanado, el comercio, la agricultura, la ciencia, la mayor parte del arte, todo lo que se designs con la palabra "actividad profesional", exige un término medio en las aptitudes y los afanes; todo esto estaría fuera de lugar entre los hombres excepcionales, el correspondiente instinto sería incompatible tanto con el aristocratismo como con el anarquismo. El ser una utilidad pública, una rueda del engranaje, una función, es destino; no la sociedad, sino el tipo de felicidad accesible a los más hace de éstos máquinas inteligentes. Para el mediocre la mediocridad es una felicidad, y la maestría específica, la especialidad, un instinto natural. Sería absolutamente indigno del espíritu profundo considerar la mediocridad en sí como una objeción. Ells es la premisa capital de que pueda haber excepciones; toda cultura elevada está condicionada por eila. Si el hombre excepcional da precisamente a los mediocres un trato más considerado que a sí mismo y a sus congéneres, obra no sólo por cortesía y gentileza, sino en cumplimiento de su deter... ¿Quién me es más odioso entre la chusma de ahora? La chusma socialista, los apóstoles de los tshandalas que ‑socavan el instinto del trabajador, la satisfacción y conformidad del trabajador con su existencia estrecha; que inculcan en él la envidia y le predican la venganza... La injusticia nunca reside en la desigualdad de derechos, sino en la reivindicación de "igualdad" de derechos... ¿Qué es lo malo? Ya lo dije: todo lo que proviene de la debilidad, la envidia y la venganza. El anarquista y el cristiano tienen un mismo origen...
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En efecto, no es lo mismo mentir para conservar que mentir para destruir. Trazando un paralelo entre el cristiano y el anarquista, puede verse que su propósito, su instinto está orientado exclusivamente hacia la destrucción. La prueba de esta tesis no hay más que leerla en el libro de la historic, donde la misma se hace patente con una claridad pavorosa. Si acabamos de conocer una legislación religiosa cuya finalidad suprema era perpetuar la premisa capital de la vida próspera, una gran organización de la sociedad, el cristianismo ha encontrado su misión en poner fin a tal organización porque en ella prosperaba la villa. Allí la cosecha de cordura, de larga experimentación a incertidumbre, debía ser recogida tan abundante a íntegramente como fuera posible y aprovechada al máximo; aquí, por el contrario, se envenenó la cosecha de la noche a la mañana... Lo que estaba aere perennius, el Imperio Romano, la más grandiosa organización que había existido jamás, en comparación con la cual todo lo anterior y todo lo posterior es chapucería y diletantismo, intentaron destruirla esos santos anarquistas con una empress "pía"; intentaron destruir "el mundo", esto es, el Imperio Romano, hasta que todo quedara deshecho; hasta que incluso germanos y otros patanes pudieron dar cuenta de él... El cristiano y el anarquista son décadents, incapaces de hacer otra cosa que disolver, emponzoñar, depauperar, desvitalizar; uno y otro personifican el instinto del odio mortal a todo lo que existe grande y perdurable, henchido de promesas de porvenir... El cristianismo fue el vampiro del Imperio Romano; desbarató de la noche a la mañana la realización tremenda de los romanos: conquistar el terreno para una gran cultura que time tiempo. ¿No se comprende todavía lo que hay en todo esto? El Imperio Romano que conocemos; que la historic de 6a provincia romana nos enseña a conocer cada vez mejor; esta obra de arte más admirable del gran estilo era un comienzo, su construcción debía justificarse en términos de milenios; ¡jamás se ha construido así, ni siquiera soñado con construir así, sub specie aeterni! Esta organización era lo suficientemente sólida para resistir los malos emperadores; el czar de las personas no debe intervenir en cosas semejantes: principio capital de todos los grandes arquitectos. Pero no era lo suficientemente sólida para resistir la forma más carrupta de la corrupción, al cristiano. Estos furtivos gusanos que con sigilo y ambigüedad atacaban a todos los individuos y les chupaban la seriedad para las verdatieras cosas, el instinto de las realidades, estos seres cobardes, afeminados y dulzones enajenaron paso a paso las "almas" a esta construcción ingente; la enajenaron esos elementos valiosos, viriles y aristocráticos que en la causa de Roma sentían su propia causa, su propia seriedad y su propio orgullo. La gazmoñería beata, el sigilo de convento, conceptos sombríos como infierno, sacrificio del inocente, unia mystica en la ingestión de la sangre y, sobre todo, la brasa lentamente atizada de la venganza, de la venganza tshandala‑ esto fue lo que acabó con Roma‑, el mismo tipo de religión que en su forma preexistente se había opuesto a Epicuro. Léase a Lucrecio para comprender qué era lo que combatió Epicuro: no al paganismo, sino al "cristianismo", es decir, la corrupción de las almas por los conceptos de culpa, castigo a inmortalidad. Combatió los cultos clandestinos, todo el cristianismo latente; negar la inmortalidad equivalía en aquel entonces a consumar una verdadera redención. Y Epicuro hubiera triunfado; todos los espíritus respetables del Imperio Romano eran epicúreos; entonces, de pronto, apareció Pablo... Pablo, el odio tshandala a Roma, al "mundo" hecho carne y genio; el judío; el judío eterno por excelencia... Adivinó que con ayuda del pequeño y sectario movimiento cristiano divorciado del judaísmo sería posible provocar una "conflagración"; que por el símbolo "Dios clavado en la Cruz" sería posible galvanizar todo lo subterráneo, furtivo y subversivo, todo el legado de manejos anarquistas dentro del Imperio, en un tremendo poder. "La salvación viene por los judíos". El cristianismo corno fórmula para sobrepujar, y compendiar los cultos clandestinos de toda índole, los de Osiris, la Gran Madre, y de Mithras, por ejemplo: en esta comprensión radica el genio de Pablo. En esto la seguridad de su instinto era tal que haciendo implacable violencia' a la verdad puso los conceptos con los que fascinaban esas religiones para tshandalas en boca, y no sólo en boca del "Salvador" de su propia invención; puesto que hizo de él algo que aun un sacerdote de Mithras era capaz de entender...
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EL ANTICRISTO-Friedrich Nietzsche
Non-FictionEl Anticristo, maldición sobre el cristianismo, es una de las últimas obras del filósofo alemán Friedrich Nietzsche. Aunque fue escrito en 1888, su controvertido contenido hizo que Franz Overbeck y Heinrich Köselitz retrasaran su publicación, junto...