Young min no pudo evitar reír. Hacia unos momentos estaba llorando como un bebe y ahora, estaba sentado frente a ella. Sabiendo que no la perdería esta vez. También le dio risa ver esas vendas en su cara cubriendo su nariz, pobre ahora tenía la nariz rota. Paso varias horas dentro de ese cuarto, al parecer TN____ estaba profundamente dormida.
¿Qué haría con Bora? Esa chica estaba loca. Estaba abrumada por el dinero. Tenía que darle una lección o simplemente dejarla ir. Ella casi manda a TN____ a la muerte, o realmente Young min había exagerado. Cuando Young min volviera a casa, no quería verla allí.
Los ojos de TN____ comenzaron a abrirse de apoco, tenía la vista nublada, no sabía dónde se encontraba. Young min al fin pudo relajarse al verla despertar, la tomo del mentón. La muchacha no entendía, ni lograba comprender que había pasado. Froto sus ojos para luego quitar sus manos, ahí estaba. Ahí estaba Young min, a quien juro entre sueños escuchar gritar y llorar.
-al fin despiertas.-
-¿Young? ¿Dónde estoy? ¿Qué haces aquí?- toco su cara, dándose cuenta de la venda que traía enredada a su cabeza.
-estas en el hospital. Tuviste un pequeño accidente con una loca. No te preocupes, todo está bien, solo te rompiste la nariz al caer al suelo.-
-¡oh! Mi nariz...- se alteró pero volvió a controlarse a los pocos segundos intentando no perder la calma. –oye, Young. ¿No fui clara al decir que no quería volver a verte? Entiende que me haces daño.-
-escúchame. Dije que si arreglaba lo del compromiso volvería por ti. Y aquí estoy.- TN____ quedo perpleja al oír esto.
-¿Qué? ¿Cómo es posible?-
-ahora no puedes negarte. TN____. Te amo, y la única que quiero a mi lado es a ti buena para nada. Entiéndelo de una vez niña tonta.-
Ella tan solo se sonrojo, dando una leve asentida avergonzada. Tenía que aceptarlo, ella también quería estar con él. Despertar con él. Hablar con él. Ser la única para él. Había tomado tiempo pero ahora todo estaba como ella quería, desde que aquel tipo frio le empezó a gustar, nunca llego a imaginar que ahora estaría frente a ella diciéndole "te amo", no él. No ese chico que siempre se burló de ella mientras trabajaba, que siempre la menosprecio. Ahora era muy diferente, podía jurar que Young min había cambiado su forma de ser. Y ella, bueno ella seguía siendo una llorona.
-Young... perdóname por todo, en verdad lo siento.- ella se acercó a abrazarlo a lo que el correspondió.
-descuida, siempre habrá problemas que tengamos que solucionar. Tu perdóname a mi.- se separó luego de unos segundos. Estaba decidido. Saco de su bolsillo una pequeña cajita que había comprado en la mañana, tenía que hacerlo ya, mira si volvía a ocurrir algo como esto y ella no estaría ahí para decir. "si" –TN____. Realmente me disculpo por haber sido ese idiota antes, pero me di cuenta de la gran mujer que tengo enfrente, y quisiera tenerte a mi lado para siempre, protegerte, cuidarte y apoyarte. Así que si perdonas a este estúpido, y realmente me amas, como me he enamorado yo de ti. Hazme el honor de poder llamarte mi esposa.-
TN____ quedo atónita al ver como él ponía enfrente de sus ojos, aquella cajita cristalizada con un hermoso anillo dorado. ¿De verdad estaba pasando? No podía creerlo. Volvió su vista a los ojos de Young min aun anonadada.
-yo... ¡sí!- TN____ salto a abrazarlo desde la camilla, claro sin tirar mucho su peso o ambos caerían al suelo. –Si quiero, quiero ser tu esposa.-
En un abrir de ojos TN____ estaba haciendo los preparativos de la boda, probando colores, comida, música. Su nariz estaba como nueva. Veía revistas de vestidos hermosos, blancos, muy blancos. Que parecían de princesa y su cola se arrastraba por el piso. Habían decidido casarse por iglesia, y dar una fiesta en la gran mansión de los Jo, en su hermoso patio trasero, donde cabía casi todas las personas de la ciudad.
Young min no tuvo más problemas con Bora. Cuando volvió a la mansión aquel día, ella ya no estaba allí, se había marchado dejando una carta de disculpa. Los padres de la mujer, entendieron lo que pasaba y no dijeron nada al respecto sobre cancelar el matrimonio. De hecho se lo habían tomado muy bien, al contrario del pensar de los padres de Young min, que imaginaban que sería un desastre.
Un día antes de aquella gran boda, donde TN____ amablemente pidió invitar a casi toda la ciudad, ambos se encontraban emocionados, se miraban no pudiendo entender como era que habían llegado a ese punto. Si al principio, ambos se detestaban y despreciaban. Ahora estaban sentados en la orilla de la cama, observando fijamente los ojos del otro, donde el brillo se encontraba. Sus grandes sonrisas, amplias, muy amplias de felicidad. La emoción y los nervios los tenían atados, aunque intentaban disimularlo. TN____ se levantó y camino frente al espejo.
Young min pensaba en cuando la conoció. Aquella inservible mujer de al principio, mañana se convertiría en su esposa, para toda la vida. Aquella mujer que fue la primera en levantarle la voz, la primera en golpearlo, la primera en cuidarlo. Fue la primera, la primera en lograr entrar en su corazón.
El rubio se levantó, abrazo a su futura mujer por la espalda. Realmente la quería, la apreciaba, admiraba la clase de chica que era, y por un momento pudo pensar en toda la envidia que tendrían los demás al tener una esposa tan hermosa y de gran corazón. La arrincono en la pared, dándola vuelta, volviendo a mirarla a los ojos al igual que ella.
TN____ se sentía afortunada. ¿Qué tal? Guapo, gracioso, idiota, y un chico anteriormente seco, frio, como un glaciar. Era todo para ella. Solo para ella. Cualquiera lo podría desear, estar en su lugar. Estaba tan enamorada, como cuando empezó a sentirse atraída hacia él, como cuando vio aquella sonrisa, como cuando él le correspondió.
¡Y allí estabas! Realmente estabas ahí, acorralada en la pared. De alguien que pensaste jamás te enamorarías, el silencio ocupaba la sala... su mano apretaba fuerte la tuya contra la pared, podías escuchar su respiración mientras se acercaba más a ti. Te miraba a los ojos con deseo... -Tn___- dijo tiernamente y rompió la tensión con un beso en tus labios
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Un Amor Complicado 《Young Min y tu》
FanfictionJamas pensaste que te fueras a enamorar de el, un tonto enojon. Pensabas que lo odiabas, pero no era así. Se notaba cuando el no estaba en la casa, su presencia era lo único que importaba para ti.