Uno

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Después de un lustro de la coronación del hijo de Bella y Bestia, una nueva historia comenzaba a escribirse, y los autores de ésta serían los mismísimos Reyes.

El casamiento de Mal y Ben había sido la mayor festividad en la historia del Reino, sobrepasando los 6,000 invitados que hubo en la boda de sus padres e incluso superando el número de pisos del pastel. Por suerte —o gracias a la barrera mágica y que la madre de Mal ahora era un lagarto— Maléfica no pudo hacer su aparición y arruinar la fiesta. 






—Mal, mira esto —la nombró Evie, mostrándole una pijama de bebé de sola pieza y de color morado que tenía entre el montón de sus diseños preliminares—. ¿Acaso no es lindo?

—E, es muy tierno —agradeció Mal, tomándolo en sus manos—. ¡Es diminuto!

—Será un regalo para ti cuando esté listo. No veo la hora de que pasen los meses —dijo Evie abrazándola, tratando de no estrecharla tan fuerte—. Quiero que tenga tu cabello.

—Evie...

—No, mejor tus ojos —fantaseó.

—Basta —la calló. En realidad no quería realmente que parara: le fascinaba escuchar las opciones que daba su mejor amiga, pero empezar a imaginar el futuro con su mejor amiga sólo haría más larga la espera.

—¡Imagina que tenga los ojos de Ben pero que se enciendan como los tuyos!

—Apenas pasó mes y medio, tal vez menos. No sabemos aún nada de él.

—O ella —susurró la peli-azul—. Puede ser una ella.

—Tal vez ni siquiera herede mis poderes del dragón —mencionó la hija de Maléfica sin tratar de sonar aguafiestas. Sabía que era difícil que eso ocurriera, puesto que el ADN no muchas veces permitía traspasar la magia.

—Lo sé pero...

La descendiente de Grimhilde se separó de ella y entrelazó las manos en su pecho, encantada, caminando por la amplia sección del castillo. Los Reyes le habían proporcionado un gran espacio para que pudiera seguir con su línea de Evie's 4 hearts sin problemas y ahorrar el suficiente dinero para mudarse pronto a su propio castillo. Según las cuentas de Doug, era un sueño que ambos veían cada vez más cerca.

—Pero... —la animó a terminar.

—No puedo creer que Ben y tú por fin tendrán un bebé.

—Tampoco yo —reconoció la chica de cabello púrpura sentándose en uno de los sillones del estudio de diseño, mirando por la ventana.

En cuanto cuanto Mal dedujo que tal vez podría estar esperando a su primer hijo, comenzó la emoción, pero no fue hasta ver las dos franjas en la prueba de embarazo cuando se dio cuenta del cambio que le esperaba en su vida. Al principio, todo se suponía sería un secreto entre la familia Real hasta que el estómago de Mal los delatara; pero accidentalmente Bestia lo había mencionado en voz alta durante el discurso del Baile para los chicos de nuevo ingreso a la preparatoria de Auradon, encargándose de informar la noticia a todos probablemente dos meses antes de lo planeado.

—Quiero diseñarle toda su ropa desde el momento que nazca. Tengo cientos y cientos de ideas —mencionó Evie dirigiéndose a su escritorio para sacar de éste un libro de bocetos del cajón, el cual le entregó a Mal.

—Vaya —dijo sorprendida, hojeándolo.

—Los primeros cinco dibujos son diseños de niño, los veinticinco que quedan son de niña. Creo que sabes lo que me gustaría que fuera.

—¿Desde hace cuánto hiciste esto?

—Tenía varios diseños ya hechos, sólo los adapté a su estilo —aclaró—. Me hace mucha ilusión sostenerlo en brazos, seguro será lo más lindo del mundo.

—¿Cómo va todo con Doug? ¿Nada nuevo que contar? —preguntó Mal levantando una ceja y sonrió, casi burlándose, esperando que captara la indirecta.

—Bien, bastante bien. ¿Por qué? —esclareció mientras se acercaba a unos vestidos que tenía colgados y así ordenarlos según el orden de entrega.

—No será que la razón por la que estás tan emocionada es porque está en tus planes ser más de dos también?

—No, ¿qué dices? —dijo en un titubeo, deteniendo lo que estaba haciendo por unos segundos— No.

—Ay, por dios, es cierto —dijo cubriéndose la expresión de felicidad con sus mano—. ¿Qué están esperando?

—M, no es verdad. Sólo estoy muy feliz por ustedes dos.



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Inside you | DescendientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora