capitulo 25:

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-----Narrador Omnisciente-----

  -Aquí vamos- tomó la manija y empujó levemente, adentrándose en esa sombría habitación de sus recuerdos.

        No había cambiado nada, nada a excepción de la persona que ahora habitaba esa pieza. Miró con timidez aquella figura, trayendo con sigo màs recuerdos que atacaron su mente sin piedad, al igual que los sentimientos que salieron a flote tras eso; el mismo sentimiento desgarrador en el pecho, las mismas ganas de vomitar, de hacerse un ovillo hasta desaparecer. Aún a pesar de las lagrimas que recorrían sus mejillas a considerable velocidad, sonrió al enfermo, se adentro tan solo dos pasos màs y dejó sus recuerdos volar mientras observaba aquella habitación, se quedó perdida ante el movimiento dulce de las cortinas producidas por el viento, mientras otro recuerdo pasaba por su mente, esta vez lentamente, casi como una caricia de una tela de seda:

"-No puede ser... por favor no, es lo único que tiene- la voz rota de su abuelo llegó a sus oídos quebrada y débil, aunque no supo decir si era por la pesadumbre y el sueño, por la situación, o la puerta que los separaba. Siguió mirando en dirección a la ventana, concentrada en la conversación que luego deseó no haber escuchado, o mejor, que no haya pasado

 -Lo lamento, pero los resultados son los mismos. No hay nada que hacer, al menos puede agradecer no haber perdido por completo...-"

-¡Mikan!- sus recuerdos fueron obstruidos por un grito- ¡joder! pero... ¡¿A TI QUE TE PASA?! Ni siquiera preguntaste la dirección y...- se quedó callado al observar su rostro, las lagrimas que por el corrían- ¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¿Tienes algo?- esa y mas preguntas del mismo estilo le siguieron mientras la abrazaba protectoramente- estoy aquí, estoy aquí- susurró sobre su cabello y le besó la coronilla- no pasa nada- la estrujó màs fuerte contra su cálido cuerpo, buscando entregarle toda la seguridad que le quería dar-

- Ya encontré la dirección de la habitación de... ¿Mikan? ¿Qué pasó?- la aludida se secó las lagrimas y negó dirgiendose a la salida.

 -Espera, por favor- una débil voz la llamó- ¿Tù eres la Mikan que antes estaba a...?- ella le cortó rápidamente mientras decía un fuerte y cortante "Sì"- ya veo... hace seis años aquí...- ella inmediatamente se tensó- solo quería desearte suerte y que seas feliz, sè lo que es perder...- se calló al notar su mirada de súplica- bueno, me entiendes lo que quiero decir- sonrío débilmente y saludo con la mano mientras los tres salían y antes de cerrar la puerta Mikan lo observó y susurró un débil: "Sè fuerte y feliz" y salió cerrando la madera tras de ella.

   Mientras caminaban Hotaru y Natsume no podían evitar mirarla fijamente, si ya tenían dudas desde antes ahora tenían el triple, sus cabezas creaban teorías y las desechaban; no tenìa sentido, nada de eso lo tenia. Las piezas no encajaban unas con otras y eso les ocasionaba un colapso mental, ¿Jamás lograrían estar tranquilos?. Las distancias entre su destino y ellos se achicaba a medida de la cantidad de pensamientos que recorrían su mente, el camino de la verdad no tenia mas que mentiras atravesadas, piedras de la desesperación abundaban en aquel bosque desolador de la duda y la ignorancia.

    -Nii-chan- las palabras cual exhalación escaparon de sus labios- oh, dios- luchó con fuerzas ante el liquido traicionero de sus ojos y avanzó hasta tomar una de sus manos entre las propias- ¿Cómo estás?- se tragó el nudo que apretaba su garganta y pecho y prosiguió- mira quienes me acompañaron- sonrío mientras Hotaru y Natsume se acercaban, el anciano diò una mirada y una leve sonrisa- hemos venido a verte.

    -Ya lo veo- rió un poco- estoy mejor, demasiado a decir verdad. Tenìas razón, por aquí hay muy lindas señoritas- volvió a reír aunque esta vez un poco màs fuerte, produciendo una tos leve para preocupación de su nieta- ¿Cómo están?

     Se quedaron hablando allí durante hora y media, contando anécdotas divertidas al internado, quien solo sonreía feliz y algunas veces echaba alguna que otra mirada a las manos entrelazadas de su nieta y aquel joven de aspecto desinteresado, pero que bien sabia era un envoltorio mal impreso. Ya cuando vieron la hora, y muy al pesar de todos ellos, se tuvieron que despedir, el hombre ordenó quedarse unos minutos màs con aquel joven, ambos solos; muy extrañadas ambas mujeres se retiraron.

    -Dime muchacho, y quiero la verdad, ¿A qué han venido tù y Hotaru?- el aludido se tensó y lo miró esperando que su mirada no dijese lo aterrado que estaba por dentro, aunque la duda fue visible en sus ojos- sè muy bien que aquella academia es bastante estricta, eso me lo demostraron las cartas que nunca recibì. Ahora quiero saber, ¿Què hacen aquì?- Natsume tartamudeo un poco evaluando lo que iba decir.

    -Mikan jamàs dejó de tener alice, fue un error-¿Què màs daba? pronto lo tendrìa que enfrentar. El otro solo asintió levemente con una mezcla de tristeza y de felicidad, estirò la comisura de sus labios hacia arriba luego de una breve mueca.

-Estoy feliz por ella, se la veìa deprimida. No quiero volverla a ver asì, no luego de lo de hace seis años- al ver la mirada del chico, suspirò- no te lo dijo ¿verdad?- negò ansioso de saber la verdad- no la culpes, ni dudes que te ama- este a contra de su voluntad se sonrojó- lo veo en sus ojos, te ama con todo su corazón, Por eso, no la dejes ir, cuidala y se paciente; sè lo estresante que puede llegar a ser- rieron ambos y se miraron- no la hagas sufrir, ella ya sufriò bastante perdiendo lo que màs amaba.

   -¿Què le pasó?- preguntò rapidamente al ver la oportunidad ante sus ojos.

   -Eso no deberìa decirtelo yo-

   Una enfermera entró interrumpiendo lo que iba a decr, corriendole debido a que el horario de visita habia acabado, Cuando se fue a despedir, el viejo le susurró un "àmala por mì" justo cuando la efermera enfadada lo sacó del brazo.

 Saliò afuera con miles de sentimientos arremolinandose en su interior, no sabìa que pensar sobre aquello.

  -Natsume- reaccionò ante el dulce llamado de su novia y ahì entrò en razòn: no la presionaria, la cuidaria  y amaria hasta que su alma no diera màs, la haria feliz; y si para eso tenìa que averiguar lo que le estaba pasando, lo haria, llegado el momento.

  -¿Vamos?- la apegò a èl y le besò la coronilla mientras caminaba con la mano en su cintura, estrujandola. No la dejarìa, por nada ni nadie del mundo, de eso estaba seguro.

Continuara...

By: Jachu

Lo sè, lo sè soy caca. NO hay excusas... por ello, perdòn.

 Como se habran dado cuenta, tardarè en actualizar (por motivos personales)pero no dejarè la historia.

 Perdon por los acentos al reves y la falta de ellos, el teclado anda mal.

  Total de palabras (sin palabras innecesarias): 1102

 L@s  amo y otra vez pido disculpas por todo.


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