capítulo 36: danza macabra

211 14 6
                                    

-Necesito que los tutores de ambos niños me acompañen por aquí por favor- extendió un brazo hacia su costado derecho, bajo la asustadiza mirada de todos.

 La madre de Kazune se paró con algo de dificultad de su asiento, después de todo, había estado llorando allí desde hacia horas. El abuelo de Mikan, por el contrario, ni siquiera hizo el intento. Los chicos aún miraban la escena sin poder negarse, con el miedo paralizando sus cuerpos. Sospechaban que lo mismo ocurría con el viejo hombre que seguía sentado mirando atentamente al doctor.

-Si no es molestia- habló después de un carraspeo- me gustaría que nos diera su diagnostico aquí. Como entenderá usted, tengo mis años ya, y hace horas que permanezco sentado, no creo poder con lo que tenga para decirme en cualquier otra posición, a decir verdad. Por otro lado, creo que todos los que estamos aquí presentes merecemos poder escucharlo y hacer las preguntas pertinentes  ¿No le parece?- intentó sonreírle bajo las lágrimas secas y temblores.

-Bien, necesito que todos se sienten, por favor- habló el médico, aún sudado, intentando tranquilizarse después de una dura operación.

-No sé si pueda escuchar esto- Karin habló en un hilo de voz-, y ya no estoy tan segura de que sea tan buena idea el que tú lo escuches- miró a su amiga, a quién todavía le corrían lágrimas silenciosas y pequeños escalofríos. Kazune agarraba su mano mientras la mantenía en esa especie de abrazo por la espalda que habían mantenido durante todo ese tiempo, era todo el apoyo que podía darle- ni tú- esta vez lo miró a él, a pesar de que sabía que su única preocupación era la castaña.

-Vamos a estar bien- Mikan sonrió mirando al rubio fijamente-, yo estaré bien, después de todo llegamos hasta aquí- paseó su mirada por todos los de la academia, deteniéndose más de lo debido en ojos rojos y morados, para finalmente volver al azul mar principal- ¿Tú estarás bien?- al ver que su contrario asentía, sonrío más segura- muy bien, hagamos esto.

Natsume sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal. Había esperado ese momento todo este tiempo, saber qué era lo que le había impedido a su novia decirle la verdad después de que él se hubiera abierto tanto con ella, pero ya no se sentía con el valor suficiente, no después de haber visto lo anterior ¿Qué le podía reclamar, habiendo visto lo poco que había visto? ¿Podría siquiera mirarla después de escuchar el diagnostico? Ni siquiera creía poder hacerlo ahora.

Por otro lado, Hotaru empezaba a atar cabos, cosas que antes no había notado que no encajaban, ahora lo hacían tras lo que había podido observar, y lo que sería el diagnostico ya se lo formulaba. Miró con atención a su mejor amiga, esa chiquilla intensa que al principio le había parecido tan callada como ella, y se preguntó porqué nunca le había notado la cicatriz que seguro le había quedado, o porqué nunca notó ni le dio importancia a lo rasposa que en un principio fue su voz, en lo mucho que le costó participar en aquel concurso de canto que ella le había ofrecido, y tontamente había pensado que era porque simplemente tenía una voz fea (cosa que creyó haber comprobado en aquel concurso, a pesar de haber ganado por tan buen baile). La angustia se instaló en su pecho pensando en lo mucho de lo que no se había percatado por ser tan fría y fingir que no le interesaba nada ni nadie, hasta el punto de creérselo ella misma. Las mismas preguntas y reproches se transmitían por todas las personas allí presentes. Sin embargo, todo ello que pasó en solo segundos por sus cabezas se vio acallado por el habla del doctor en el pasado.

-Voy a empezar por el niño- se fijo un poco en sus papeles- Kazune Kujyou, siete años ¿No?- su madre asintió, y sus amigos contuvieron el aire, Karin cerró fuerte los ojos recordando la mitad de la pantorrilla desprendida del cuerpo de su amigo, se vio cómo intentó contener el vómito- bien, él fue el que salió mejor librado se podría decir, o el más fácil- apretó los labios, sabiendo que estaba divagando y no de una forma amable, carraspeó-. Perdón, lo que quería decir es que, tuvo suerte, con semejante abertura, si la sangre no hubiese sido frenada en ese segundo, corría el riesgo de morir- miró a los chicos que sabía eran causantes de aquel torniquete mal hecho- . Sin embargo- habló deteniendo la emoción que empezaba a presentarse en todos-, debido a que el tiempo ya había pasado para cuando lo pudimos atender de verdad, y el lugar en donde fue el corte, sumado al mal estado en el que se encontraba la chapa... bueno, nos vimos obligados a amputar, o terminar de hacerlo, mejor dicho, su pierna derecha por lo tanto tendrá que ser reemplazada por una artificial.

Gakuen Alice MangaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora