2. El lado gris

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You're now a beautiful living dead

(Ahora eres un hermoso muerto vivo)

Ready tonight to take a cruel revenge

(Listo para tomar una cruel venganza esta noche)

That's because...

(Por lo que...)

Your pureness is gone

(Tu inocencia se ha ido)

You've turned into black snow, baby

(Te has convertido en nieve negra, bebé)

Life is too dark for an angel

(La vida es demasiado oscura para un ángel)

Medianoche // Black Snow

( ... )

A mediados de Junio, Harry fue a Londres. No tenía idea de qué había soñado, pero había despertado con unas extrañas ganas de ir a Londres, caminar, gastar un poco de dinero. Había cambiado unos cuantos galeones por libras el año anterior y no había gastado ese dinero en casi nada. Así que se armó con su varita —de la cual nunca se separaba— las ropas muggles que Sirius le había comprado —que le sentaban mucho mejor que las de su primo— y su bolsita con libras y galeones. Bien separados, claro.

Llamó al autobús noctámbulo y le dijo que lo llevara hasta alguna zona comercial de Londres. Stan asintió, feliz de tener a Harry Potter de nuevo en su autobús, y le dijo al conductor que fueran a Londres como siguiente parada.

Si bien a Harry no le gustaba mucho viajar por ese medio no tenía otra opción, así que viajó, conteniendo las náuseas y agradecido de no haber desayunado. Sabía, también, que ir solo a Londres supondría un gran peligro pero, ¿qué más daba? Dumbledore no tendría el maldito control de su jodida vida.

Observó algunas tiendas pensando en comprar algo para Ron o Hermione, cuando su estómago gruñó inesperadamente. Comenzó a caminar sin rumbo, buscando algún lugar para comer algo —después de todo, eran casi las once y seguía sin desayunar— cuando un café bastante apagado y solitario llamó su atención. La gente pasaba sin verlo, pero había gente en su interior, y podía ver justamente a una extraña pareja sentada junto a una de las grandes ventanas.

Pensando que pasaría desapercibido entró al café. El nombre que se marcaba en el anuncio era "Factótum" y si bien Harry desconocía la palabra, el ambiente bohemio y ciertamente oscuro que envolvía el lugar lo dejaba mal parado con su camiseta roja con un león y sus pantalones jeans. Estaba a punto de darse la vuelta cuando lo vio. Era imposible no reconocerlo.

Estaba sentado en una esquina lejos de las ventanas, bajo una lámpara, y si de pronto no hubiera visto hacia allí seguramente se habría marchado sin verlo. Pero allí estaba. Tenía un libro en sus manos, un libro de tapas de cuero oscuro y hojas amarillentas, y leía con verdadero interés en sus ojos oscuros. Harry se planteó verdaderamente marcharse de allí por estar teniendo alucinaciones, pero de pronto Voldemort en una forma que Harry nunca había visto, con cabello, ojos oscuros, piel clara y rasgos altivos, atractivos, alzó la vista y le sonrió.

Su cicatriz ardió, pero no hizo nada. No hubo un dolor desesperado y desgarrador como cuando lo había observado con furia; no, nada se comparaba a aquel dolor, pero ese ardor había sido como... como un reconocimiento.

On the way outDonde viven las historias. Descúbrelo ahora