014|Gritos.

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Y caí en cuenta de algo tonto, otra vez.

Después de que haya aceptado ver la maraton —de la serie o película que no sé aún—, noto que sigo en pijama. Qué vergüenza.

—Y-yo ya bajo, me voy a cambiar.

Le iba a decir "siéntete como en casa" pero está de más.

Subo como un rayo y abro uno de mis cajones, la ropa sale volando por montones mientras pienso qué ponerme, siempre debo usar algo holgado para ocultar más mi talla, de verdad me incomoda mucho mi apariencia.

Y no es de menos, tengo el abdomen flácido y unas ojeras increíblemente enormes.

Me tomo un segundo para cerrar los ojos y tratar de alejar los pensamientos autodestructivos de mí, pero he estado haciendo daño a mí mismo de esa manera hace tanto... que me cuesta evitar pensarlo.

Tomo mi celular y le escribo a Luisa las actualizaciones de mi novela barata llamada vida y no tarda en responderme.

Luisa bestie: ¡Necesito detalles de ese chico! a mí nunca me pasan esas cosas. ¿Comida porque se preocupó por ti? yo le iría poniendo ya un anillo.

Río con sus ocurrencias y no le quito la ilusión porque mi mejor amiga es así. Un día ve a un chico en el metro y al siguiente ya cree que es el amor de su vida. Pero no importa, así la quiero mucho.

Cuando por fin encuentro lo que a mi parecer era lo más adecuado, escucho unos gritos que vienen de la sala. Me preocupo y corro escaleras abajo a pesar de tener la camisa desabotonada, intentaría abrocharla pero eso provocaría mi caída así que me tapo con las manos.

La voz de Logan retumba las paredes. Mierda.

—¿Qué haces tú acá? —se quejaba. —Es la casa de MÍ novio, y no debes estar acá. Lárgate.

—No lo haré, ari-él me invitó a quedarme así que me te aguantas. —me quedé en media escalera sin saber qué hacer, cuando intento abrochar con más calma, Logan aprece delante de mí.

Parece estar enojado por la manera en la que aprieta sus puños, su respiración es irregular. Joder.

—Me das asco, tenemos una pelea y ya te vas el primer imbécil que te habla.

¿En serio lo dijo? Ni siquiera se ha preocupado por mi falta a clases, ha venido y me reclama porqué lo tengo en mi casa, me hace sentir mal cada que lanza un comentario sobre mí. Su rostro está peor que ayer y todo su aspecto desaliñado me dice que ha estado en algún bar o qué se yo. Parece mareado.

Recuerdo los primeros meses de noviazgo, cuando era todo un amor conmigo. Habíamos atravesado muchas cosas juntos, le había contado tantas cosas de mí. Lloré cuando mencioné mis pesadillas del pasado... y le fui siempre sincero.

Confiaba en él. Tanto que la primera vez que intimamos me sentía la persona más amada del mundo, nos tomamos fotos, nos reímos, fue... perfecto. Hasta que la burbuja reventó y horas después se hizo indiferente y era así desde entonces cada vez que estábamos juntos.

—Lo que haga o deje de hacer no te importa. —habla el rubio.

—Tú cállate, rubia.

Es muy notable que le molesta ser llamado así, sabía que querría golpearlo como la última vez por lo que me puse en medio de ambos, dándole la espalda a Logan y viendo al chico de ojos grises.

Formulo con mis labios un "cálmate", asiente con algo de enojo y desconfianza pero noto como relaja un poco su postura.

—Creo que deberías irt-Logan no me deja terminar y me interrumpe.

—Ya lo oíste rubia, fuera.

Pero estaba equivocado.

—Te lo decía a tí, Logan. Largo de mi casa.

Jayden y Aiden | ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora