un mundo más allá

capitulo 4:

  Sentado encima de un árbol observando la cuesta de sol. Pensando en ¿"que fui en el mundo real."? Desde que tengo memoria estoy aquí. No recuerdo casi nada de mi vida. No recuerdo el rostro de mi madre o el de mi padre. Jamás he descubierto quien quiero ser en realidad, supongo que es lo que me hace estar aquí. Quisiera saber algún día para que sea bueno ¿Cuál es mi sueño? Y salir de aquí. Conocer a mamá y papá, quizás hasta hermanos tengo. Todas estas dudas habitan en mi cabeza mientras veo como el tiempo pasa lentamente ante mí. Tic-tac, tic-tac. Es lo que escucho cuando el sonido de mis oídos se vuelve violento. De lejos observe una silueta en el suelo, me llamo mucho la atención que baje del árbol para ir a inspeccionarlo. Cuando llegue me di cuenta que era el cuerpo de una chica inconsciente en medio de la calle. Con mi poca fuerza. Pues solo soy un chico de trece años. Logre poner la en un costa para que no le pasara nada. Igual se veía de mi edad, pero un poco más alta...y pesada. Era hermosa con su melena castaña y su piel blanca que brillaba con la cuesta del sol. De ese momento, me enamore de ella. Despertó y le pregunte: ¿estás bien? Ella estaba completamente confundida ¿¡quién eres tú!? ¿Dónde estoy? Preguntaba mientras miraba confusa a su alrededor. Relájate. Le respondí con absoluta tranquilidad. La calme y la senté en el pasto junto a un rio que estaba cerca del árbol donde andaba. Le explique el por qué esta aquí y como funciona todo aquí en este mundo. Ella lo tomo con absoluta calma. Cosa raro, creí que se pondría a gritar como loca y me pregunto: ¿entonces aquí es donde habitan las personas que están en coma? ¿Y para salir tengo que cumplir mi sueño? Exacto. Le conteste. Bueno yo siempre quise ser cantante. No, no, mejor doctora...tal vez veterinaria o incluso maestra. Yo solo me le quede observando mientras ella me contaba todo eso. Me tenía completamente enamorado, y al igual que yo no tenía en cuenta lo que quería ser en la vida. Le pregunte su nombre y me dijo que se llamaba Claudia. Después me pregunto mi nombre y le dije que me llamaba Uriel. Ya era de moche y estábamos observando las estrellas aun sentados en el césped, le dije: "te llevare con mi gente, ahí estaremos bien." Ella se recostó su cabeza en mi hombro y me dijo: Uriel creo que tú y yo nos llevaremos demasiado bien.