Capitulo 2- ¡¿Que?! ¡No de eso nada!

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Eli
Ayer me pasé todo el día con Brais para ayudarle a que no pasará en su estúpido padre.
Y os preguntaréis "¿Que ha pasado para que lo odies tanto?"
Bien, os lo contaré. El muy hijo de la fruta le abandono cuando el tenía apenas 5 años, el día de su cumpleaños. Brais lo tenía en un pedestal, era como un héroe para él y le abandono como a la mismísima mierda. Por suerte siempre estuve yo con él. Soy la única persona, aparte de su madre y su hermano, que conoce la historia. Pero lo que Brais no sabe es que cuando cumplí los 15 fui a buscar a su padre y la sorpresa fue que lo encontré.
Le solté todo, le grité le dije que como podía haberle echo eso a su propio hijo...
*FLASHBACK*
Me acerco a la puerta de la casa y tocó el timbre. Al momento me abre un Cameron vestido con un pantalón de traje y una camisa blanca, y el pelo despeinado.
-Eli...- dice en un susurro apenas audible pero que yo sí he sido capaz de escuchar.
Le miró a los ojos sin expresión alguna en mi cara y él abre más la puerta para que entre.
Me adentro en la casa con paso firme.
-¿Que te tra...-empieza a decir pero lo interrumpo
-Vamos no te hagas el tonto Cameron- digo mirándolo fría-¿Porque le hiciste eso a Brais? ¡Eres un cabronazo! ¡No tienes excusa!-grite enfurecida-Debería despedazarte ahora mismo- murmuré entre dientes.
Él me miró y juraría que vi un brillo de miedo en sus ojos. Él mejor que nadie sabía lo que era capaz de hacer. Dió un par de pasos hacia atrás alejándose de mi. Esbocé una sonrisa traviesa al ver lo que era capaz de causar en el.
-E-ey re-relax ¿s-si?- tartamudeó intentando ponerse firme. Su intento de no tenerme miedo hizo que mi sonrisa se ensanchara.
Me acerqué a él y lo agarré del cuello de la camisa levantándolo del suelo. Raro pero soy más alta que él. Lo miré a los ojos, haciendo desaparecer mi sonrisa, y lo miré fría.
-No te lo repetiré, Cameron. No vuelvas a acercarte a ninguno de ellos. Ya no son tu familia, así que no vuelvas. Cómo me enteré de que vuelves te las verás conmigo.- solté fulminandolo con los ojos.
Lo bajé y me marché a paso rápido de la casa dejándolo con la palabra en la boca. Una sonrisa apareció en mi cara. Sabía que no volvería a molestarlos.
*FIN FLASHBACK*
Parece que el muy imbécil no le quedó muy clara mi advertencia.
Tendremos que hacerle una visita *insertar cara malvada*
Una sonrisa traviesa se escapa de mi boca con ese pensamiento. Por una vez estoy de acuerdo contigo, conciencia.
Me levantó de mi cama para ver el reloj de la mesilla. Marca las 12:37 pm. Menos mal que hoy es domingo. Solo pensar que mañana es lunes me da ganas de volverme a dormir.
Pero el recuerdo de que hoy vendría Brais a buscarme para pasar el día con el y su familia hizo que me levantara de un salto.
Me dirigí a mi armario y escogí la ropa, nada del otro mundo, y me fui al baño para darme una corta y rápida ducha. Brais estaría aquí a las 13:00 pm lo cual no me daba mucho tiempo para prepararme. Sequé mi pelo con el secador, me eché mi colonia favorita Generations-PlayBoy la cual me había regalado Brais por mi cumpleaños. Me hago la línea de agua con el lápiz negro y me aliso un poco el pelo. No soy de maquillarme mucho.
Salgo del baño y voy a mi habitación. Cojo mis inseparables Superstar negras y la sudadera negra de Reckless dos tallas más que la mía.
Cuando desenchufo mi teléfono del cargador oigo el sonido del timbre.
Debe ser Brais
Quién iba a ser si no? Lerda
Tú siempre tan amable, querida conciencia.
Cojo mis cascos y mis llaves y voy a abrirle la puerta a mejor amigo.
-Hola- digo cerrando la puerta tras de mí y dándole dos vueltas de llave.
-Hola enana- dice dándome un beso en la mejilla.
Nos encaminamos hacia su casa que está a unas cuantas calles de la mía. Vamos hablando sobre trivialidades hasta, que casi en su puerta, el semblante de Brais se vuelve serio.
-Debo decirte algo- dice mirándome a los ojos. Diría que estoy asustada pero nunca le tendría miedo a nadie, y menos a él.
-Claro, dime. ¿Qué pasa?
-Él estará hoy- dice bajando la cabeza
-¿Quién?-pregunto, y al no obtener respuesta sigo insistiendo-¿Quién estará, Brais?-al oírme levanta la cabeza y noto sus ojos cristalizados.
-M-mi pa-padre-suelta tartamudeando.
¡Rayos! Brais nunca tartamudea.
-¿¡Qué!? ¡No de eso nada! Mataré a ese maldito lo...-me callé al ver a Brais. Tan roto, tan débil.
Estiro mi brazo rodeándole por los hombros y acarició su brazo para tranquilizarlo.
-Tranquilo, sé fuerte. Yo estoy contigo- dije dándole una sonrisa tranquilizadora.
Él me miró a los ojos y asintió. Sacó las llaves del bolsillo de su pantalón y abrió la puerta.
Nada más entrar todas las miradas se dirigieron a nosotros, más concretamente a mi. Pero solo me interesaba una. La de Cameron.
Este al verme dió un paso hacia atrás y su mirada reflejó miedo.
Mal echo, querido Cameron, nunca demuestres miedo ante tu enemigo.

Cameron
No puede ser. Ella estaba ahí. No pude evitar dar un paso atrás y sentir miedo cuando se me quedó mirando fijamente. Un brillo de diversión cruzó sus ojos y una sonrisa traviesa se escapó de sus labios.
Hacía ya 3 años que no la había vuelto a ver desde que vino a mi casa a amenazarme.
¿Cómo puedes tenerle miedo a una niñita de 18 años?
Tú bien sabes lo que es capaz de hacernos. Cuando dijo que quería despedazar me allí mismo ¡Sabía perfectamente que podía haberlo hecho!
Desvíe la mirada de aquellos ojos azules que desprendían odio y rencor. Me fijé en su acompañante.
-Vaya vaya. Nada más y nada menos que mi hijo-digo acercándome a él con una sonrisa arrogante, sabía que a él si podía intimidarlo.
Este me fulminó con los ojos y me miró amenazante. Cando estaba casi delante de él, algo se interpone en mi camino...o más bien alguien.
-Eli...-digo casi en un susurro. Ella me mira fría y sin expresión.
-Cameron-dice cortante- Creí haberte dejado claro que te alejaras de ellos-murmura entre dientes mirándome con furia. Yo solo me dedico a ensanchar mi sonrisa a pesar del miedo que sentía.
-Si bueno, ya sabes. Negocios-digo encogiéndome de hombros aún sonriendo. Eso sólo hace que su furia aumente y se perfectamente que está luchando por contenerse.
De repente un brazo rodea su cintura haciendo que se relaje un poco pero no del todo. Miró a la persona que ahora la abraza de forma tranquilizadora. Es Brais. Le susurra algo al oído a lo que ella sonríe y asiente. Me mira una última vez, echándome una mirada de advertencia, y se aleja junto a mi hijo a saludar a Asunción, mi ex-mujer.
Algo me dice que la comida de hoy no acabará muy bien.
¿Cómo hago para meterme en este tipo de cosas?

Capitulo 2
Espero que os guste
Estos días como son festivos seguramente actualice más seguido. Todo depende de mí imaginación jajjaaj
Brais en multimedia
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Besosss
Luuu

Perdida En Su Sonrisa [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora