Los demonios de la oscuridad han vuelto. Después de días rondándome finalmente se han instalado a mi lado.
Han llegado atraídos por el olor a sangre, como bestias hambrientas que acuden a un macabro festín. Y ahora esperan tranquilas mi final para llevarme con ellas, no tienen prisa saben que falta poco y se alimentan de mi dolor.
Yo lloro y lloro amargas lágrimas que en lugar de ser un desahogo para mi corazón herido se convierten en ácido que abre mis cicatrices, esas que nunca curaron.
Miles de sentimientos olvidados vuelven a mi y me inundan como un torrente, sin control, arrastrando con todo, llevándose la poca luz que quedaba en mi ser.
La ira, la rabia, la pena, la culpa, el odio, todas ellas se mezclan en mi interior, invaden cada rincón de mi ser y destruyen todo a su paso.
Vuelven a mi todos los recuerdos, todas esas memorias adquiridas durante años. Asesinos de ilusiones, ladrones de sueños, almas vacías que me robaron la mía, magos de las palabras huecas y sentimientos falsos... todos están aquí conmigo a mi lado, todos han vuelto para mi despedida para ver su obra terminada.
Retuercen mis entrañas, exprimen mis sentimientos vacíandolos, dejando un gran desierto en mi interior, seco, yermo, en el cual ya no puede crecer nada.
Sus palabras resuenan en mi cabeza me golpean como puñales que matan lentamente las esperanzas, una y otra vez veo la película de mi vida, imágenes de dolor y tristeza que no me abandonan, ellas son las únicas que se han quedado siempre a mi lado.
El sufrimiento es un fiel compañero, las mentiras un amigo inseparable, el amor un enemigo letal, la vida un gran engaño...el infierno es el único destino posible, allí no hay caretas ni disfraces solo nuestros demonios nuestros miedos al descubierto.
Cada vez las sombras son más, ha llegado el momento de dejarlo todo e irme con ellas, ahora estoy seguro, no tengo miedo. ¿Qué podría ser peor que esto...?
