La nada se apodera de mi vida, invade mis entrañas y las vacía. No quedan ilusiones ni deseos, no queda más que un gran agujero que va creciendo dentro de mi, que cada vez es más grande.La vida nos golpea, es dura y cruel, a veces demasiado, y nos deja sin fuerzas. Caemos y nos levantamos pero hay veces en las que ya perdemos la razón por la que hacerlo. Quiero dejarme llevar por esta inercia que me empuja a desaparecer, quiero dejar de pensar, de sufrir.
Ojalá esta nada traiga con ella el olvido, que sea una anestesia para mi corazón que ya no puede con tanto dolor. Me siento desbordado por el sufrimiento que me acompaña, y odio esta soledad que me rodea, me hace daño, demasiado daño...
Ha llegado un momento en el cual ya ni las palabras brotan de mi alma, no puedo escribir, no puedo llorar, no puedo sentir, estoy muerto en vida y me siento cansado, agotado de esta lucha diaria.Ya no puedo seguir caminando, el suelo desaparece bajo mi pies y me acerco al precipicio que me está engullendo. Quiero volar, cerrar la mente y borrar lo poco que queda de mi, dejar que la nada por fin invada mi cuerpo y transformarme en energía, volver a ser luz después de tanta oscuridad.