Amo a mis padres...

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Volví a mi cuarto como pude ya que me temblaban las piernas, cuando entré el muchacho había desaparecido.

- ¿David? -Susurré buscando bajo la cama.- David... -Repetí varias veces, hasta que del armario salió de golpe el susodicho, grité de tal susto.

- ¡Pero tú eres gilipollas! -Se empezó a burlar de mí, me le tiré encima y caímos en la moqueta morada, intenté ahogarlo con mis pequeñas manos pero lo máximo que conseguí fue agarrarlo de las muñecas

- ¡Raquel! -Abrió la puerta de golpe Lucas, y nos encontró en una posición comprometedora, quedando con mala cara al vernos. ¡Que cojones hacéis!

- ¡Nada! -Gritamos al unísono y separandonos de golpe, Lucas me apartó de encima de David y me colocó a su lado.

- ¡No se suponía que estabais estudiando!

-Dijo de mala manera mirando a mi amigo.

- Venga, ¡A estudiar abajo!

¿Qué puedo decir? Es Joel, típico hermano celoso y posesivo, lo que menos soporta es verme cerca de cualquier humano que tenga un pene entre las piernas, pero tampoco me puedo quejar, aún así lo quiero con locura.

- Es la segunda vez que nos cortan el royo esta semana... -Me susurró Chris mientras bajabamos las escaleras.

- Ya...

- ¿Qué murmurais? -Preguntó el mayor girando la cabeza, yo rodé los ojos, siempre haciendome quedar en evidencia.

- ¡Que pesado eres Joel!

- ¡Pesado no TN! Estabas encerrada con un chico en tu cuarto.

- ¡Pero si ya sabes quien es! Además, ¡Dejate de paranoias! Es de confianza, nos conocemos desde que tenemos cinco años, y tú tenías ocho.

- ¡Por supuesto que me acuerdo! Y yo te recuerdo que hoy en día tienes dieciséis, por eso sé como acaban este tipo de juegos.

- ¿Así? ¿Cómo? -Pregunté sarcástica, él me miró mal.

- Déjalo, voy a decírselo a papá y a mamá.- Amenazó, yo reí.

- ¡Huy, que miedo!

Nos sentamos en la mesa del comedor a "estudiar" en realidad nos pusimos a jugar al tres en raya y los barquitos en silencio, vigilando con cuidado que Lucas no note que estamos jugando.Rato después Chris decidió marcharse, lo acompañé a la entrada y abrí.

- Hasta mañana.- Despedí apoyándome en la puerta, sin contestar me atrajo hacia él y besó con ganas.

- Te espero en el sueño húmedo de siempre, no llegues tarde.- Me susurró al oído, un escalofrío me subió de pies a cabeza

Al cerrar la puerta intenté volver a mi habitación, pero la mirada dura de mi hermano se apoderó de mí, haciendome girar la cabeza hasta conectar miradas.

- ¿Qué miras? -Pregunté rompiendo el silencio, el susodicho rechistó.

- Nada, dejame. -Subió a su habitación echo una furia, como no entendí que pasó me tire en el sofá a ver la tele, a las diez y media llegaron mis padres del trabajo, sólo entonces Joel bajó.

- Papá, mamá, tenemos que hablar de TN.

- ¿Qué pasa con tu hermana, cielo? -Le preguntó mi madre.

- Hoy, cuando he llegado de la universidad, estaba con Christopher en su cuarto.

- Ah ¿A venido Chris? -Preguntó papá sonriendo.- Que bien me cae ese chico.

- Sí, pero ya se ha ido papá.- Contesté riendo, le ha salido el tiro por la culata.

- Le hubieras dicho que se quedara a cenar. -Comentó mi madre

- ¡Mamá me estás escuchando! -Gritó Joel enfadado.

- ¿Pretendes que regañe a tu hermana por que estaba con su mejor amigo en su habitación? ¡Que tontería! -Saltó mi madre abrazando por la espalda a mi padre.

- Conozco a Chris, él jamás se propasaría con TN, ¿Verdad cariño?

- Claro que no mamá, él nunca se ha pasado de la raya.

- Lo sé.- Le tocó el brazo a mi padre e hizo señas para ir a su dormitorio.

- Bueno, la próxima vez le dices que se quede, ¿nos vamos a dormir cariño? - Mi padre asentió.

- Buenas noches niños.

- Hasta mañana. -Nos despedimos los hijos al unísono

- Mentiroso de mierda, cotilla, aqueroso. -Le dije en cuanto mi madre desapareció.

- ¡Vete a la mierda niñata malcriada! -Se levantó dando un golpe.

- ¡Hey! ¡Ven aquí! ¡Tú y yo llegamos a un acuerdo Joel!

- ¡Sí! ¡y también quedamos en que dejarías de traer chicos en semana exactamente por esto!

- Joel, digimos que nos encubriríamos y me has traicionado, así que me las vas a pagar. -Salí corriendo escaleras arriba hacia mi cuarto, Lucas se quedó en el marco de la puerta, pero al verme correr vino detrás.

- ¡A qué te refieres!

- OLVÍDAME. -Le cerré la puerta en las narices y puse el pestillo para que no entrara.

- ¡TN! ¡Abre la puerta!

- ¡Obligame!

- ¡TN! -Siguió gritando un rato, pero al final no consiguió nada aparte de un regaño de mi padre, este no sabe a quien acaba de traicionar...

Prohibido Enamorarse - Christopher VelezWhere stories live. Discover now