Capitulo Catorce

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14 de septiembre 2015

Rose...

Todo es un caos, más o menos para ser ciertos.

Ryan a posteado la foto que ambos nos tomamos y a colocado nada más y nada menos que un simple corazón rojo que puede significar muchas a la vez pero obviamente todos lo familiarizan con una relación.

Mis conocidos también me han estado preguntando que si en verdad soy yo la de la foto a lo cual no he respondido absolutamente nada.

Hoy es el último día en el que Ryan está en la ciudad y luego se devuelve a Los Ángeles y no tengo idea cuando volveremos a vernos.

Lo bueno de esto es que ninguno de mis hermanos o mis padres a visto la imagen. Por ahora.

Me arreglo por que quede de verme con Ryan está última vez que estara en Seattle.

Me miro al espejo y me quedo sentada.
Suelto una gran bocanada de aire y paso una mano por mi cabello.

Jamás había sentido tanto en tan poco tiempo y Ryan a pesar de que el sea de otro universo por decirlo así, a pesar de eso el me gusta y tan solo mirarnos a los ojos vuelve mi vida un caos.

Ya lo que digan los demás me vale verga, se que debo decírselo a mis padres que son las personas más importantes en mi vida pero me da miedo su reacción.

Mi celular suena y Ryan está esperando en la otra cuadra.

Sonrió pero siento que estoy haciendo algo mal, siento que debo preocuparme por algo.

Me levanto y busco mi bolso para colgarlo en mi hombro derecho.
Guardo mi celular en el bolsillo delantero de mis jeans y saco un abrigo.

Bajo las escaleras y por alguna razón mis padres no están y mis hermanos también salieron siendo yo la única acá.

Llego a la puerta y salgo.

Cuando tocó el suelo de la calle los nervios comienzan a tomar presencia en mi cuerpo lo cual odio.

Camino con naturalidad hasta el auto negro el cual el conduce mientras está en la ciudad.

Me siento como en una montaña rusa por tan solo el hecho de que no estómago me hace sentir miles de cosas a la misma vez.

El me aparecer y al Indra te desbloquea las puertas del vehículo y ante la puerta del copiloto desde su asiento.

-Hola -le saludo una vez en el auto y me derrito con tan solo verlo

-Hola -me sonríe -¿Te parece si hoy comemos unas hamburguesas? Se me antojan unas, claro si no te molesta

-Claro que no me molesta -sonrió nerviosa -por comida jamás me quedaré -ahora me río nerviosa y el también ríe

-Esa fue una buena respuesta

Ambos reímos.

El conduce concentrado en la carretera y tararea un poco la música.
Yo sólo me concentro en verlo, su perfil es tan perfecto. El es, mierda no hay una sola palabra para decirlo.

-Si me sigues mirando creo que se formará un ollo en mi mejilla

-Lo siento -me río nerviosa ¡otra vez!

-Creo que deberías parar de decir lo siento, llega a ser molesto tantas veces -ríe

-Lo siento -cubro mi boca con mi mano derecha y el ríe

Estaciona el auto frente un restaurant de hamburguesas más cuales son las mejores en Seattle.

Ambos bajamos y el se coloca sus lentes de sol aún así este nublado.

Al límite.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora