Capítulo 1-Dissapearance.

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Sam jugaba en el lago mientras Jenna recogía algunas fresas para el desayuno, aunque a veces la pusiera nerviosa, tenía que reconocer que le encantaba ver a Sam tan contento en el lago, escuchando su risa... Y entonces su risa se esfumó para dejar paso a un grito aterrador. Se dio la vuelta rápidamente para que apenas le diera tiempo a ver como uno extraños encapuchados se llevaban a su hermano, forcejeaban con el, y Sam chillaba, pero Jenna se quedó paralizada. Quería gritar, pedir ayuda, pero no podía, con el temblor de sus manos la cesta cayo al suelo, esparciendo todos los frutos que habia recogido y los extraños se dieron la vuelta, justo un segundo despues de que la chica se escondiera tras un árbol cercano... Jenna estuvo alli mucho tiempo, aturdida, con los gritos de Sam resonando en la cabeza. Acababa de ver como se llevaban a su hermano pequeño, a Sam, y ella no había podido hacer nada. Se le empañaron los ojos y rompió a llorar, la impotencia la consumía...

Al fin se decidió,tenía que ir a buscar a su padre y contarle lo ocurrido, si, seguramente el sabria que hacer —Si,si,si...Tranquila, tranquila— Se repetia Jenna a si misma, quizas su padre incluso conociera a los hombres que se llevaron a Sam.

Corrió hasta que sus piernas temblaron y llegó a La Cabaña, solía ser un lugar precioso, aunque solo fuera una cabaña enmedio de aquel bosque de pinos, enmedio de la nada... Siempre le habia atraido el encanto de aquella solida figura de madera que se erguía en el claro pero, ultimamente se respiraba un aire tormentoso y todo se encontraba sombrío. 

Espero un segundo frente a la puerta,tomó aire y entró,aún pensaba en las palabras que iba a pronunciar delante de su padre cuando noto un silencio extraño... La radio no estaba dando las noticias matinales, el café no hervía en el fogón y la lavadora no emitía ese espantoso ruido que tanto odiaba Jenna. —Hum...— Sam y ella habían salido temprano, como de costumbre pero no era posible que su padre aun no estuviera despierto.

El silencio nervioso la invadió como un frío helado, y, casi como un acto reflejo, corrió a la habitacion de su padre...-No,papá...¡PAPÁ!- No estaba, su padre no estaba en ninguna parte, no dormia en su cama, ni leia el periodico en el porche, ni el ninguna de las otras habitaciones de la casa. Jenna estaba frustrada, comenzó a llorar, pero unos minutos despues se levantó, se lavó la cara y decidió lo que tenia que hacer.

Iba a ir a bucarlos. No tenia sentido quedarse sola en esta casa, sabiendo que en algún lugar del bosque alguien tenia a su hermano, y puede que a su padre. A Jenna se le daba bien sobrevivir en el bosque, ya se habia perdido algunas veces varios años atrás, y ademas de todo esto, ella vivía en el bosque. Habia aprendido muchisimas cosas. Cogió la mochila que solía utilizar cuando iba de excursion con su padre y con Sam y la cargó con comida para varios días y algunas cosas que podían serle útiles.

Se dirigió a la puerta y al pasar por delante, se paró en el espejo... Vio a una chica pelirroja de 17 años, aunque su padre solía decirle que era la viva imagen de su madre.  Habia sido una mujer guapa, esbelta, pelirroja y con los ojos verdes, igual que ella, con un caracter muy parecido, o al menos eso decia su padre,ya que ella nunca habia conocido a su madre. Su padre, su padre...Otra vez volvio la furia,estaba a punto de cargarse una lámpara de mesilla cuando reparó en un detalle, si, de unas de las revistas de la mesita sobresalía un papel en el que Jenna podía entrever 'Querida Je...' Rápidamente arranco el papel de la vieja revista y lo leyo,dificultada por las lágrimas y albergando alguna esperanza, quizas su padre estuviera cerca, esperándola... Se atrevió y empezó a leer: 'Querida Jenna... '

Querida Jenna...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora