Capítulo 16: Paradise Problems

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-¡Hola Jenn! ¡Ethan!- Ayleen ya estaba allí con su mejor sonrisa, como siempre. Ethan le respondió:

-Buenas Ayleen, esta todo perfecto, voy a verlo mejor, si no os importa, os dejo solas.- Y se alejó caminando tranquilamente.

-¡Adios!- Mi amiga se dio la vuelta bruscamente y adquirió un tono confidente, se acerco a mi y me dijo nerviosa:

-¿Como es que venias con él?

-Solo vino a mi casa para recordarme los entrenamientos y luego, como estábamos juntos, vinimos los dos.

-Hmm- Entrecerro los ojos -Lo dejare pasar por hoy...- Después ambas reimos y nos sentamos en nuestra mesa, que compartíamos con Dylan.

-Hey, por fin ¿Que ocurria?

-Bah, nada importante ¿Que haces?

-Nada también, esperando a ¿Como era? ¿Keith? Si, a Keith.

-¿Keith?

-Si, es el nuevo jefe de aldea, después de lo que paso... Ya sabéis, lo he visto algunas veces antes pero no he hablado con el, se supone que debería de abrir la cena con un discurso, pero no está. La gente se esta inquietando.- Miré a mi alrededor. Era cierto, la gente estaba murmurando y mirando al pequeño espacio donde debería de estar hablando ese Keith. Al pasar cinco minutos llego una mujer de mediana edad, alta, con la piel morena y el pelo tan negro como sus ojos, Serena Hart, la madre de Ayleen "y Dylan". A pesar de tener casi unos 40 años parecía una muchacha de poco mas de veinte, su cara desprendía vigor y a la vez mucha sabiduría, me sorprendió admirar en ese momento lo mucho que se parecía a mi amiga. Serena caminó hacia el espacio y esperó con una calma casi inaudita para la situación que hacía que todos la miraran.

-Buenas noches a todos.- Hizo una pausa y observo el lugar, parecía saber dar un discurso que seria la envidia que cualquier político. -Se que en este lugar debería de encontrarse nuestro nuevo jefe, Keith, pero estamos teniendo unos problemas en la frontera y se retrasara unos minutos. No os preocupeis, no es grave. Esperamos que vuelva dentro de unos instantes.- Sin decir mas se retiró, la gente se tranquilizó un poco pero yo me puse mas nerviosa, pasaba algo raro. Ethan también lo noto, tenia cara de extrañeza, pensativo, en su mesa a unos metros de la nuestra. Me di la vuelta y justo cuando iba a hablar, Dylan me interrumpió:

-Aqui pasa algo raro.- Mi amiga se enderezó

-Yo también lo noto.

-Y yo, ¿Deberiamos de...- En este instante un grito aterrador corto el aire y a mi enmedio de la frase. Era serena. Parecía que a Ayleen se le había congelado la sangre y Dylan fue el primero que se levantó, Ethan y el corrieron hacia la entrada, donde había dicho que estaban teniendo "problemas" me levante y sacudí a mi amiga.

-¡Vamos Ayleen!

Ambas corrimos detras de los chicos con la mirada extraña y atónita de los presentes clavada en nuestras nucas, corrimos, giramos hacia todos los lados hasta llegar a la entrada,y ahí todos paramos en seco cuando vimos a Serena tirada en el suelo junto con un charco rojo que no pintaba nada bien. Ayleen se tapo la boca y se podia notar que iba a hechar a llorar en cualquier momento. Corrimos hacia su madre y Ethan le preguntó:

-Serena ¡Serena!- La mujer soltó algo parecido a un bufido y se sacudió, estaba intentando hablar.

-... an... tras... aron...- Paró un segundo y tomó aliento -Ellos... Llevaron a... A Keith.- Ethan continuó:

-Shhh... Esta consciente, parece que toda esa sangre es de su pierna, tienen que llevársela rápido.

-Ya voy.- Corrí a pedir ayuda, un medico o al menos algo para llevarla a la enfermeria. No estaba llorando, pero quería hacerlo. Serena era lo mas cercano a una madre que he tenido en las semanas que llevo aquí, me acogió casi sin saber quien era y la quería muchísimo. No se quien esta detrás de esto pero se esta llevando a todas las personas que quiero. Me esta destrozando. Yo tengo toda la culpa, todo esto pasa por . Cuando me di cuenta había llegado al recinto de la cena en apenas dos minutos. Casi me caí de rodillas al parar. Jordan se acerco a mi.

-Eh Jenna, ¿Que tal vas? ¿Que te pasa?

-Jordan... Tienes que ir a la entrada de la aldea...- Me costaba hablar teniendo la respiración tan agitada.

-¿Que? ¿Que ha pasado?

-Es... Serena... Esta mal, tiene... Tiene la pierna mal, esta en la entrada... Con Ayleen y los chicos, necesitamos tu ayuda.

-Claro, voy corriendo, pero tu deberías de sentarte un rato, te cuesta bastante respirar.

-No yo... Ya te alcanzo, no te preocupes.

Cinco minutos después veíamos como se llevaban a Serena en una camilla. Nos dijeron que se iba a poner bien. Me senté en el borde de la valla y fue cuando me di cuenta de como estaba el lugar, varias antorchas de las que alumbraban la valla de la entrada estaban caídas, al igual que algunos tramos de valla, y los arboles de cerca tenian las ramas partidas como si algo o alguien muy grande hubiera pasado por allí. De repente un hedor dulzón inundo mis fosas nasales. Olía como a rosas mustias y a muerte. Me sumió en una tristeza muy profunda, como un sueño. Dylan giró su cabeza hacia mí.

-Oleis es...- Y no le dio tiempo a acabar la frase. Algo lo cogió por atrás y lo tiro hacia el suelo. Vi a Ethan darse la vuelta y poner una cara de asombro y sobre todo terror, que me heló. Nunca había visto así a Ethan. Me di la vuelta y... No había nadie. Dylan se estaba revolviendo solo en el suelo y agarrandose el cuello como si algo lo estuviera ahorcando. Se oyó una risa malévola, que parecía venir do todas partes. Ayleen cayó al suelo igual que Dylan y Ethan seguía como antes, como si estuviera congelado en esa terrorífica expresión. Se oyeron unos pasos detrás nuestra, en el bosque. Un chasquido de dedos. De repente aparecieron dos "seres" por llamarlos de alguna manera, y estaban agarrando a mis amigos. Parecían haberse vuelto visibles de pronto. Pararon y andaron detrás de mi. Los pasos pararon. Me di la vuelta. Esos dos extraños seres tapados completamente con capuchas negras estaban a los lados de un hombre rubio. Si te fijabas mejor, un chico, apenas parecía tener 20 años e iba vestido de un modo extraño. Llevaba un traje negro que lo hacia parecer unos diez años mas mayor y nos miraba con una sonrisa cruel. Ethan lo miraba con ¿Incredulidad? Bajo la cabeza hacia el suelo y apretó los puños con rabia.

-¿Que haces aquí?

-Oh, ¿No te alegras de verme? Has crecido mucho, hermanito...

Y después todo ocurrió tan rápido como si fuera un sueño.

Querida Jenna...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora