Capítulo 4- Emma.

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—¿Estas bien?— Me preguntó Nikki,que estaba de pie al aldo del coche,con algo de compasión en su voz.

—No— Fui directa.

—Te comprendo, yo también lo pasé mal con tu edad, pero dejemos el tema ¿Sabes conducir?

—Un poco, en realidad, casi nada— Aquí le mentí un poco, papá me había enseñado a conducir medianamente en condiciones hace unos meses, aunque aún no iba a conducir nada, a si que no vi necesario decirlo —Bueno, entonces vamos, conduciré yo.

***

Llovía bastante esa tarde, y a Nikki se la veía absorta en sus pensamientos, a si que decidí dormirme. Total, quedaba un largo camino y el sonido de la lluvia me ayudaría.

Me desperté y me incorporé al tiempo que mi tía (vaya,que raro sonaba) me decía: -Vamos Jenna, despierta, ya estamos llegando- Me fijé y vi que ya no llovía. Ya era de noche, pero salimos de La Cabaña tarde, a si que llevariamos 3 horas y media viajando mas o menos, pregunté:

—¿Que hora es?

—Son las once y media. Escucha, cuando lleguemos yo subiré tus cosas a tu habitación y te diré donde duermes, mejor te enseño la casa mañana por la mañana, hoy las dos ya estamos demasiado cansadas... Ah, y no hagas mucho ruido, creo que Emma estara durmiendo.

—¿Emma?

—Sí,es mi hija, bueno, tu prima. Seguro que estará encantada de enseñarte la ciudad mañana, es muy alegre, creo que te llevarás bien con ella.

—Si, estará bien conocer a alguien más aqui, supongo.— Mentí.

—Esa es la actitud— Y me sonrió. 

Llegamos a la casa y me sorprendí. La fachada estaba casi totalmente cubierta de enredaderas verdes con grandes flores. Era preciosa, no demasiado grande, pero muy acojedora, o lo parecía, al menos el salón, porque después de verlo me fuí a la cama y me dormí de inmediato.

***

Después de despertarme y arreglarme un poco fui a la cocina a desayunar, y, en efecto, allí estaba Emma, era una chica alta, de unos quince o dieciséis años, con el pelo largo y castaño oscuro, casi negro y los mismos ojos verdes que los míos,que los de su madre y que los de toda mi familia, suponía claro. —¡¡Hola!!— Me dijo muy sonriente. Bueno, por lo menos era simpática —¡Buenos días— Intenté responderle con mi mejor sonrisa,y parece que funcionó.

—¿Eres Jenna verdad? ¿Eres mi prima?

—Eh, si... Eso parece, tu eres Emma ¿No es cierto?

—¡Sí! Oye, ¿Que te parece si esta tarde vamos de compras y te recomiendo algo?

—Sí claro,está bien— Si que quería ir de compras, pero no necesitaba ropa precisamente. Necesitaba un saco de dormir y cosas útiles para cuando se fuera, que sería pronto, Es obvio que no se iba a quedar allí.

Aproveche esa mañana para ordenar mi armario. Pensaba en Sam y en mi padre, en donde podrían estar o si simplemente estarían en algún lado, y así pasó mi primera mañana en la ciudad.

Apenas dos horas después de que Emma llegara a casa,ya estabamos en la calle,yo buscando una tienda que pudiera serme útil y mi prima buscando un nuevo estilo para mi y unas cuantas bolsas de prendas y maquillaje después ya estabamos sentadas en un banco.

 —Y bueno, si no te molesta la pregunta ¿Que le paso a tu padre?— Me pregunto Emma, algo mas curiosa que incómoda.

—No, tranquila. En realidad no lo sé, cuando llegué ayer a mi casa ya no estaba- Me ahorré el detalle de la carta y me tragué el nudo que se me estaba haciendo en la garganta.

—Oh lo siento y, ¿Vas a hacer algo?— Esta vez la expresion de niña alegre que siempre tenía se desvaneció, estaba hablando en serio.

—¿Hacer algo? ¿Como que?— No estaba finjiendo, me habia pillado por sorpresa. 

—No se. Lo siento de verdad, desde la primera vez que te ví pense que eras una chica bastante... Es mas, demasiado madura, simpática pero seria... Bueno, pensé que quizás necesitarias saber donde están tu hermano y tu padre.

—Hmm...— No me dió tiempo a responder antes de que ella se sonrojara muchisimo y añadiera:

—Ah, de verdad que lo siento mucho, no se como he podido decir eso...

—Eh, no te preocupes, es cierto, necesito saber donde están...- Añadí, luego nos levantamos y volvimos a casa en el autobús. Pero yo aún seguía pensando en sus palabras... Necesitaba buscarlos y tenía que ser pronto, mejor dicho, ya.

Querida Jenna...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora