tentacles {C-137cest} [Terminada]

🔶🔸Confrontación🔸🔶

En el pasillo, escucho a los adultos hablar abajo y a su nieta llorando como loca, pero lo único que le preocupaba escuchar era la tranquila respiración del menor.

Abrió la puerta para encontrarlo dormido abrazando la almohada de Rick. Cerró tras él y se acostó a su lado.

Narra Rick.

Tan lindo y tan frágil.
No puedo prometerte que me quedaré, pero puedo prometerte que no me alejaré de ti.

Mi dulce bebé...

Quizá te he hecho sentir que solo me sirves como escudo o como juguete sexual, pero siempre has sido más que eso. Siempre lo serás.

Puedo vivir como si nada me interesara.
Puedo vivir dejando todo a medias.
Puedo vivir rompiendo cada mísera regla de cada maldito universo.
Pero ya no puedo vivir sin ti.

¡Narrador supremo!

Poco a poco, las fuerzas del mayor se desvanecieron para caer dormido al lado de su castaño.

Dentro de su cabeza se pintó un escenario similar al pórtico de su casa, las luces estaban apagadas y la puerta del garaje cerrada. Camino hasta la entrada y rozó con las llemas de sus dedos el pedazo de madera y este se abrió haciendo un tétrico chillido. Rick no tenía ganas de entrar en un ambiente de terror y cerró los ojos.

- Es mi sueño, estoy en mi cabeza y yo mando que pasa aquí.

Cuando los volvió a abrir, miro las luces encendidas y escuchó las risas de su familia en la sala. Dió pasos seguros hacia esta, sin embargo se detuvo, puesto que sintió a alguien detrás de él recargado en el marco de la puerta.

- Denada. - Dijo el trajeado.

- No puedo agradecerte aún,- Dijo Rick volviendose a él. - todavía no me han pedido que me vaya.

- Ya lo harán...

Nuevamente, el lugar se tornó oscuro, el hombre malo estaba volviendo a tomar el control y apagó todas las luces excepto la de la sala que tomó un color rojo; por ser la única encendida, Rick la siguió ciegamente.

En el centro de la habitación, estaba Beth llorando de rodillas con su rostro tapado por sus manos. El mayor se acercó a ella y sintió la presión en su corazón. Intento levantarla pero está se abalanzó sobre él haciéndolos caer mientras daba horribles gritos y le lanzaba golpes. Rick le dió una patada en el estómago y la quitó sobre de él para reincorporarse y esquivar sus paradas y puñetazos.

- ¡Beth! ¡Tranquila, cielo!

- ¡TE ODIO! ¡NUNCA TE PERDONARÉ! ¡TE VOY A MATAR! ¡MALDITO!

Su voz se escuchaba distorsionada y el peli azul sabía que no era su hija, así que sacó un arma y le apuntó. La rubia se detuvo y levantó las manos para después reír desquiciadamente.

Una misma figura demoníaca de su yerno y nieta lo atacaron por la espalda, haciéndolo perder el arma y caer. Ahora tenía que pelear con Jerry, Beth y Summer.

Jerry le dió un golpe en el estómago, mientras que su hija y nieta arañaban su rostro y brazos. Con habilidosos movimientos, lanzó al desempleado contra su hija tumbandolos contra la mesita del centro y a su nieta la pateó para que terminará en el mismo sitio.

Corrió y recogió el arma. Se volvió a ellos, solo que, ahora se encontraban de rodillas llorando al mismo tiempo.
Rick recobró el aliento y el trajeado se paró detrás de sus familiares acariciando cada cabellera.

- Bien hecho, Rick, al parecer lo único que te falta es... Matarlos.

- Si... Lo único que falta...

- ¡Házlo, anciano! Deshazte de ellos.

Las palabras de su subconsciente entraron a su cabeza dando vueltas y vueltas, sentía como la oscuridad crecía en su interior.

Sentia adrenalina. Poder. Un poder que había dejado de lado. Que le recordaba como era ser el amo del universo y no necesitar a nadie más.

Rozó el gatillo. Infló sus pulmones y antes de soltarlo, recordó.

Recordó porque ya no quería ese poder. Por que lo cambio por algo mejor.

Volteo y vio una luz en la entrada de la habitación. Bajó el arma y camino hacia ella.

- ¡¿A dónde vas?! ¡Maldito pedazo de mierda! ¡Ven aqui! - Gritó el trajeado sintiendo como su fuerza disminuía.

En la luz, Rick recordó. Las aventuras con Morty y Summer, las veces que hablaba con Beth, incluso cuando comía junto con Jerry. Todos los recuerdos más gratos de su familia que lo hicieron renunciar al poder por amor.

- El único que va a morir, eres tú.

Apunto a la cabeza de su igual y disparó firmando con su sangre la libertad de la oscuridad.

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