-Charles cariño no corras tan rapido- suplico una rubia a un chiquillo que se encontraba corriendo como un vil loco desquiciado a los ojos de esta.
La risa del castaño resonaba por todos los alrededores mientras este corría como loco entre todas las flores del huerto, amaba el viento sobre sus suaves cabellos castaños y adoraba el olor en conjunto de todas las flores, aunque aveces estas le hacían estornudar. La primavera era su época favorita del año, aunque esta información habia sido olvidad con el paso de los años.
Unas fuertes y callosas manos detuvieron al menor, alzándolo y colocandolo como un costal de papas sobre el hombro de un hombre.
El chiquillo en vez de enojarse empezó a reír aun mas, imaginando que volaba alzo las manos y empezó a crear ruidos extraños con su boca.
-¡Raven! ¿Por que rayos esta Charles afuera?- riño un moreno al ver a la rubia acercarse con la respiración algo irregular.
-Lo siento mucho Logan, pero se escapo ni bien se dio cuenta que estaba la puerta abierta- explico la mujer, alzando los brazos para que el moreno le entregara al pequeño, este se lo dio sin ninguna delicadeza.
El pequeño de ojos azules mostró un puchero en señal de que iba a llorar al ver como la rubia lo acercaba a la casa y lo alejaba de las flores, de los brazos de Logan y de su día feliz en el campo. Suaves sollozos se empezaron a escuchar desde el cuello de la rubia. A la chica se le rompió el corazón, odiaba escuchar los sollozos del menor.
-Charles tu ganas, pero solo podrás estar con las flores, no puedes ir mas allá, ¿entiendes?- el menor asintió aun con el puchero en sus labios, la rubia le revolvió el cabello antes de bajar al menor en la puerta de su casa y darle una pelota de lanapara que jugara.
El moreno a lo lejos la miro de una manera acusadora, ella solo se encogió los hombros y se sentó al ver que el hombre se acercaba a ella.
-No deberías consentirlo- la chica rodó los ojos al ver el rostro molesto de Logan.
-Vamos Logan es solo un niño... algún día esos placeres se le terminaran- dijo mientras levantaba su cabeza al cielo para evitar la mirada del otro.
-¡Por lo mismo es que no debería salir!... ¡Raven tu mas que nadie lo sabe!- la chica siguió con la mirada al cielo suspirando con algo de tristeza, no le gustaba los regaños de Logan, eran muy ciertos, pero igualmente molestos.
-Logan... es un día muy lindo, seria una lastima que Charles se lo perdiera- la mirada molesta del hombre se suavizo un poco.
Logan chasqueo la lengua al ver la sonrisa el los labios de Raven, la chica sabia que habia ganado y estaba seguro que lo festejaba. Segundos después fijo su mirada en el niño, el cual se encontraba regando las flores con la manguera que antes el habia tenido en sus manos.
Un sentimiento de tristeza y rencor se instalo en su pecho y mirada, la cual no paso desapercibida por Raven que solo se encogió en su lugar, sabiendo que pensaba su compañero y entendiéndolo a la perfección.
El menor al sentirse observado volteo a verlos con interés antes de correr hacia su dirección
-Nana, nana, mira- la rubia bajo la vista del cielo al escuchar y sentir como el castaño tiraba de su blusa.
Sonrió al verlo con un ramo de flores en sus manos y removió sus cabellos con ternura.
-Son muy lindas Charlie- dijo sosteniendo las flores ahora en sus manos- las iré a poner en el florero, mientras puedes ayudar a Logan a cortar manzanas- el castaño asintió sonriendo y corrió en dirección al hombre de barba.
El huerto de manzanas no quedaba muy lejos del de flores, el pequeño iba agarrando la mano de Logan y cantando una agradable canción, el mayor sonreía un poco, tarareando la melodía, contagiado de la alegría del menor.
Cuando llegaron al huerto, el menor soltó la mano del mayor y empezó a recoger las manzanas que estaban en el suelo, depositandolas en una de las canastas que el mayor había puesto con anticipación. Mientras el castaño recogía las del suelo, el mayor cortaba la de los árboles y de igual manera las dejaba en la canasta.
-Logan- el mayor hizo una mueca en señal de que lo escuchaba- ¿cuando me llevaran al mercado?- pregunto con curiosidad el menor, desde que tenía memoria recordaba que los mayores iban una vez a la semana a comprar, pero nunca lo llevaban.
-Ya hablamos de eso Charles- el menor mostró un puchero en sus labios, señal de que haría un berrinche- al mercado solo va gente grande-
-Pero yo soy grande- esa expresión hizo reír al mayor, en otras circunstancias tal vez ya hasta estaría en proceso de descomposición
-Cuando tengas mi estatura te prometo que yo mismo te llevare y después podrás ir tu solo- el menor sonrió ilusionado.
-Entonces hay que apurarnos a recoger las manzanas para ir a dormir- el hombre lo miro confundido- todos sabemos que con cada día que pasa crecemos, o eso decía tu libro- era algo asombroso que tal información fuera hablada con esa voz tan aniñada.
El mayor asintió orgulloso, como premio lo subió a sus hombros para que fuera cortando las manzanas mas altas, a lo lejos Raven los veía con una hermosa sonrisa, era esos momentos los que realmente valían en su vida y los que jamás querría olvidar con el pasar de los tiempos.
...
Cayendo la noche la rubia arropo al menor y lo acostó en su cama. Leyéndole, como todas las noches, un libro de pasta antigua que narraba las aventuras de un pequeño León que algún día se convertiría un rey. En la puerta de la habitación Logan cantaba una canción de cuna, esperando que con el cuento y la canción el menor se durmiera mas rápido.
Cuando cumplieron su cometido se quedaron un buen rato parados en la puerta de la habitación del menor, velando su sueño.
Había pasado cinco mil años desde que se convirtieron en inmortales y si no fuera porque llevaba la cuenta estaban seguros que lo habría olvidado como todos los demás humanos, en parte Logan se alegraba de nunca olvidar su trabajo de investigador, ya que esto lo mantenía a flote y lo ayudaba a recordar como era antes el mundo, los años lo habían vuelto mas sensato, calmado y sabio.
Por esa misma razón sabia que algo no iba bien con Charles, no era inmortal como el o Raven, pero tampoco envejecía como un simple mortal, Charles era muy raro, el pequeño castaño tenia aproximadamente cinco mil años y seguía pareciendo un infante. Envejecía pero poco a poco, sospechaba que en algún momento el pequeño niño dejaría de ser tan pequeño y con el tiempo moriría, eso en cierta manera le preocupaba y mucho, sobre todo por la rubia.
Charles en algún momento moriría, un día el niño se iría y ellos se quedarían en la tierra por la eternidad, Raven no quería eso, no se imaginaba una vida sin el menor. La sola idea de que el menor se iría le hacía pensar que ella quería irse en el instante en el que Charles diera su último respiro.
Con esos pensamientos decidieron quedarse en el mismo cuarto del pequeño, acostándose lo mas cerca del menor, sintiéndose vulnerables cada que escuchaban un respiro del menor, temerosos de que tal vez ese fuera el ultimo que escucharan.
...
Espero que el capitulo les guste, dudas, sugerencias, comentarios me los pueden decir. Hace tiempo que he querido escribir este fic, se que aun tengo varios que actualizar, pero no pienso abandonarlos, eso es seguro.