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En la mañana siguiente despertó con una cabeza que no paraba de palpitar, dolía como el demonio y juraba que no había bebido suficiente alcohol como para tener una resaca así de fuerte.

Su nalga dolía al igual que algunas áreas de su cuerpo pero era un dolor soportable, la cama estaba completamente hecha un desastre, con almohadas faltantes, sábanas en medio de sus piernas y calcetines tirados sobre el suelo ¿Pasó algo anoche que no recordaba?

Tenía el embriagante aroma de su hermano impregnado en la piel, había dormido con el lo cual era algo lógico ¿verdad? No recordaba mucho después de la fiesta, solo sollozar y ser acariciado en modo de consuelo... al mismo tiempo recordaba unos labios, unos labios delgados, rosados y si los comparamos con algunos tantos, eran unos lindos labios, los mismos labios que estaban estampados contra los suyos aunque eso era ridiculo, ayer solo unos labios habían sido estampados contra los suyos los cuales eran los de Kim Namjoon.

Tallándose los ojos suavemente con sus manos hechas puños se levantó de la cama, pasó su diestra a sobar su sien que no paraba de palpitar; comenzó a caminar con pesadez, la sabana aún enroscada alrededor de su estrecha cintura y entre medio de sus piernas.
Estaba sin fuerzas, eso o el pomo de la puerta estaba sumamente duro, con algunos intentos fallidos de por medio queriendo abrir la puerta bajo las escaleras, sosteniendo la sabana que cubrir la parte inferior de su cuerpo. Busco al mayor con la mirada, la casa estaba en completo silencio a excepción por la máquina de escribir siendo tecleada que delataba al mayor 

ㅡ¿Trabajando tan temprano?ㅡ su voz salió ronca, algo no propio de él.
ㅡ Veo que has despertado, bella durmiente. ㅡ soltó una suave risa y sacó la última hoja de su escrito, enarcó una ceja mientras su ojos pasaban rápidamente por los párrafos negros de la alba hoja. Lamió su seco labio inferior y junto la hoja con el montón que tenía. ㅡ Listo, mi obra maestra está finalizada.

Sus labios se curvearon levemente formando así una débil sonrisa, miro el titulo de la portada elaborada por el mismo y después su nombre, si todo marchaba bien pronto estaría siendo publicado su libro, luego en venta por todas las librerías conocidas en Seúl e incluso en todo Corea.
ㅡ ¿Puedo ver?
ㅡ Todo tuyo ㅡ extendió el escrito al chico que estaba sobre el escritorio, mirando sus cabellos despeinados mientras este analizaba el escrito del chico, arduo trabajo de un año completo, en vela y al borde de la desesperación por la  falta de inspiración o propia imaginación. ㅡ Eres la primera persona en leerlo, la única de hecho.
ㅡ Que dichoso me siento, lo leeré y te diré después si será un éxito o un rotundo fracaso. ㅡ dijo de manera burlona con una sonrisa amplia, dejando ver sus dientes de un tono ligeramente amarillo.
ㅡ Me parece perfecto, mi camino como escritor depende de tu critica.
Ambos rieron a la par, tenian el mejor de los momentos. Sus miradas se engancharon,se engancharon como las drogas enganchan a la juventud, se perdieron tanto en ese momento, como si el tiempo y todo a su alrededor se detuviera. El reloj, el sonido de los pajaron e inclusive ellos mismos, sus corazones ya no palpitaban ni su respirar andaba. Alguien debia rompertar tan enterneceedor momento, y ese, fue Taehyung.

  ㅡ Con respecto a la fiesta de ayer...¿Que tal te fue? ㅡ dejó ver sus dientes un poco, de un color blanco cuando sonreía ampliamente para disfrazar la incomodidad ante el pequeño.
Esa maldita sonrisa era la debilidad de Jeon Jungkook, le traía recuerdos, peligrosos recuerdos. Podía visualizar a sus padres, ambos bien vestidos con un elegante atuendo, peinados muy formales; ambos sentados en el sofá de terciopelo color vino mientras en sus manos izquierdas sostienen con firmeza una gran copa de champán, muy acaramelados, bebiendo de sus copas y hablando como los mejores amigos que son, contándose qué pasó durante el día en voz alta entre sonoras carcajadas, y se ve
a si mismo, mirando la televisión,
sentado en el suelo a sus pies.
Viendo lo que fuera, pero
intentando captar trozos de
conversación que involucraran a
amigos y conocidos.
La parte peligrosa era el después, donde su enfermiza madre acababa con la vida de su amado esposo, Taehyung corriendo en un fracasado intento de apartar a su pequeño hermano menor de dicha escena. ¿Cómo es que una sonrisa trae sufrimiento consigo?
ㅡ Excelente, fue muy...loca. ㅡ pequeña mentira blanca.
El mayor de ambos enarcó una ceja aún con duda plantada en el rostro, el azabache tenía un tono de voz bastante apagado pero no indagaría más, simplemente no metería más las narices en donde no le incumbía. Se levantó del cómodo banco aterciopelado y tomó al menor por las caderas desnudas, la manta resbalaba con lentitud por sus largas y extrañamente trabajadas piernas. Lo acerco a su cuerpo y se quedó mirando con decoro su rostro, las facciones, proporcionalidad y absolutamente cada minucioso detalle en el. Acercó sus labios a los opuestos, acercándose con miedo a los contrarios, miedo de ser alejado; el amor es una cosa incomprensible, el amor no entiende de tiempo. Cuando llega, llega y no importa que conozca a esa persona desde hace años, meses o días, o incluso si es de la misma sangre. Porque el amor es algo tan poderoso que escapa del control del tiempo, no podemos medirlo con nada, simplemente lo sentimos y ya. Y el que sentía Taehyung hacia Jungkook era enorme, sobrepasaba los límites establecidos, era amor cálido, como el de una madre pero también esa apasionado como el de un amante, aunque también estaba mal visto por la sociedad así que lo ocultaba aunque fuera más claro que el agua que había algo entre ellos. Desvío sus labios con rapidez a la mejilla derecha del menor, plantando un sonoro beso en ella.
ㅡ Ahora ve a ducharte, hueles a cerveza barata. ㅡ dijo en tono burlón, separándose instantáneamente de él, alejándose a paso lento.

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