Soy fan de ti

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Soy fan de ti, cariño;

aunque no me lo creerías,

aunque a mí también me asombre.

Soy fan de la fuerza con la que muerdes,

del modo tan infantil

con el que me llamas por mi primer nombre.

Soy fan de tus besos,

tus abrazos, tus caricias;

de tu pésimo sentido del humor,

de tus chistes que sólo a ti te causan risa.

De esas caminatas,

tomados de la mano,

siempre sin rumbo;

y de que apoyes mi idea absurda

de ser presidente

y conquistar el mundo.

Soy fan de tus anécdotas raras,

tus historias a veces sin sentido;

de tu poca cordura

y de que tu locura la compartas conmigo.

Soy fan de tu ternura,

de tu modo de ser tan empalagosa.

Y aunque lo dudes, amor,

soy fan de ti

también cuando estás insoportable,

cuando te pones de odiosa.

Cuando dices «porque yo lo digo»

para responder a todas mis preguntas.

Y aunque nadie lo sepa,

soy fan de ti

y de que planeemos nuestra vida junta.

Soy fan de tus consejos, tus reclamos,

de todos tus berrinches,

de que no te importe lo que la gente piensa;

y que en la calle corras, saltes y grites.

Soy fan de tu modo de odiar

y maldecir a las personas;

de lo hermosa que te ves cuando ríes,

te enojas e incluso cuando lloras.

Soy fan de la infinidad de mensajes

que me envías cuando estás desesperada;

de tu belleza con maquillaje,

aunque me gustas más sin nada y despeinada.

Soy fan de tus ojos oscuros,

aunque a veces parezcan claros;

de tu cabello corto,

aunque me gustaba más largo.

Soy fan de tus piernas delgadas,

tu cintura perfecta,

del tenue color rosa

que toman tus mejillas en los días fríos;

de que me soportes cuando nadie más lo hace,

y que, aunque difícil, seas paciente conmigo.

Soy fan de tu lado maternal,

de que te preocupes por lo que me pasa.

Extrañamente soy fan

de tu maldita impuntualidad

incluso cuando voy a verte hasta tu casa.

Soy fan de cada día, cada hora,

de cada momento que paso contigo.

Y aunque soy fanático de ti

por un millón de razones más,

en estas líneas jamás podría decirlo.

Y sin que lo sepas, de todo esto,

lo que más me encanta es cuando

inocentemente

te recuestas en mi pecho;

y verte ahí, sabiendo que te amo...

como nunca lo había hecho.

Poemas de sobraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora