Un mal rato

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Soy sólo un mal rato.

O eso es lo que dicen.

Soy sólo dos rodillas lastimadas,

una clavícula rota;

soy somnolencia

e interminables días grises.

Soy dos ojos verdes a medio abrir,

cerrados, casi siempre,

por el cansancio.

Soy jornadas de cincuenta horas al día,

quinientas noches de insomnio al año,

soy estrés, melancolía y hastío.

Soy una mirada rota,

perdida,

que disfruta ver a los coches pasar,

ver las luces de los edificios

desde lo alto de algún puente;

soy tres tazas de café antes de dormir,

quejas por todo a todo el mundo,

soy un amargado,

dolores de cabeza constantes.

Soy escritor

sólo a las tres de la mañana.

Cero romántico,

nada lindo,

malo hablando,

un mal amante.

Me entrego a la antigua,

con cartas, poemas,

con el alma,

y besos en la frente.

Soy ego, orgullo interminable

y arrogancia.

Soy ideas complicadas,

ideologías firmes,

ideales que no ceden,

crisis existenciales,

ataraxia.

Poemas de sobraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora