CAPÍTULO 1

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Después de aquel suceso el señor Agreste decidió mejor dormir, pues pensó que todo lo que le sucedió fue por el trabajo extra que hacia con tal de mantener de pie su empresa; el reloj sono indicando la media noche, un brillo rojo se hizo presente y cuando este desapareció una silueta con una capa roja apareció en la habitación, con pasos ligeros y cortos se acerco a la orilla de la cama donde descansaba Gabriel, paso sus manos cerca del rostro del Agreste mientras decía.

-"Despierte... despierte señor Agreste..."- El mencionado se movió de incomodidad.

-"Despierte... despierte..."- Seguía diciendo aquella silueta.

Al ver que no había reacción alguna paso de nueva cuenta su mano mientras esta emitia una una luz calida y brillante, la luz molesto al señor Agreste y decidió abrir los ojos para saber que era esa luz, al abrirlos se asusto al ver la silueta que por poco se caia de su cama, temeroso pregunto.

-¿Qui-qui-quien eres tu?-

-"Soy el espíritu de las Navidades Pasadas, he venido a iluminar tu pasado."- Contesto.

Gabriel supo por su voz, o almenos supuso por la misma, que se trataba de una mujer, pero no podía decirlo con certeza ya que la figura encapuchada no dejaba ver su rostro y su capa cubría todo su cuerpo.

-¿Mi-mi pasado?-

-"Si, sigame por aquí señor Agreste."- Solo se limito a decir.

Al momento que se movía parecía mas bien como si estuviera flotando, se acerco a la ventana y la abrió dejando ver lo que había detrás de aquella ventana, al ver que Gabriel no se movía regreso a su lado, lo agarro de la mano y con sutileza empezó a jalar para que se moviera, como si estuviera hipnotizado se movió todavía sorprendido por aquella figura que apareció ante el, cuando se dio cuenta que lo llevaba hacia la ventana reacciono, con un movimiento quito su mano y contesto.

-¿No pensaras ir por la ventana? Estamos muy alto y yo no vuelo.-

-"Claro que puede volar señor, la clave para ello esta aquí."- Con sutileza puso su mano a la altura del corazón de roca de Gabriel.

A tal acción, Gabriel sintió una calidez en su pecho que le ayudo por unos instantes relajarse, cuando el espíritu agarro de nueva cuenta su mano, poco a poco ambos se elevaron y por arte de magia toda la habitación se convirtió en un pasillo largó dejando como única salida la ventana, ya con eso el espíritu voló muy rápido a la dirección de la ventana, Gabriel por su parte solo empezó a gritar mientras se aferraba del brazo del espíritu. Hasta que se dio cuenta que ya no estaban en una ciudad sino mas bien en el campo, empezó a sorprenderse de como ante sus ojos todo era diferente a la vez de muy conocido; ya estando cerca de llegar a un pequeño pueblo de no mas de 10 cabañas, el Espíritu de las Navidades Pasadas se detuvo a las afueras de este, justo enfrente de ellos se acercaba una carroza y en ella se podía ver a varios niños riendo y jugando.

-No puede ser, todos ellos fueron mis compañeros en el colegio ¿Pero que hiciste?- El espíritu no contesto, solo avanzo hacia una de las cabañas.

-¡Oye! Esperame.- Dijo Gabriel mientras alcanzaba al espíritu.

Al ver a donde se dirigía el espíritu se sorprendió al darse cuenta que la cabaña a donde se aproximaban no era una cualquiera, sino era el colegio donde paso la mayor parte de su infancia. Ya estando en ella el espíritu atravesó la pared.

LOS FANTASMAS DE AGRESTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora