Nuestro protagonista era tan solo un joven en su último año de secundaria, de 1.75, pelo negro, ojos color café, cabello lacio y largo; el cual nunca peinaba. Todos los profesores le decían que deje a sus "amigos imaginarios", y que debería pensar en su futura carrera a tomar. Pero simplemente no quería saber nada acerca de las carreras sin antes haberse respondido su gran pregunta, una que planteó hace bastante tiempo, el suficiente para perder la cuenta de los días. Esa pregunta lo tenía harto, ya que siempre que respondía un nuevo suceso en sus recuerdos aparecía.
"¿Desde cuándo?"; esa era la cuestión, se lo preguntaba una y otra vez como si en algún momento la respuesta brotara en su cabeza, así que decidió preguntar a quienes nadie más veía, quienes lo hacían sentir culpable de todo lo que hiciera y orgulloso al mismo tiempo, quienes no podían estar un solo segundo sin crear duda o conspirar en conjunto para que hiciera el ridículo en medio de clase. Primero giró la cabeza hacia la derecha y veía una chica de vestido celeste, alta, con piel clara, aspecto alegre, con un lunar en la mejilla derecha y de ojos pardos al igual que su frondosa cabellera; la cual llegaba hasta los muslos de su delgada delicada figura, su nombre era Yina. Luego al ver a su izquierda veía a un chico de su tamaño, de contextura esbelta pero fornida, con el ceño fruncido, usaba lentes de medida al igual que nuestro protagonista, su cabello era tan rizado que podría hacerse un afro, en vez de eso dejaba corto los costados y atrás, por último usaba un polo 2 tallas más grande, varias pulseras, shorts y zapatillas; su nombre era Henry pero prefería ser llamado Hank. Y detrás de él venía un pequeño delgado, pálido, desliñado y muy estresado, que llevaba un pañuelo mojado en las manos, puesto a que solo sabía hacer una cosa... llorar y disculparse, ese pequeño se llamaba Billy.
-¿Desde cuando los empecé a escuchar?- pregunta nuestro protagonista con una miraba bastante paranoica hacia Yina mientras caminaba por el pasillo apresurado en llegar a clase.
-Uhmm... Desde que el perrito del vecino, Jorgy, murió ¿cierto?- responde con un dedo en los labios y la mirada perdida.
-Murió por nuestra culpa- dijo Billy con lagrimas en los ojos y tratando de secar sus lagrimas.
-Pero no te preocupes ahora está en un lugar mejor- dice Yina mientras abraza a Billy.
-¿Eres estúpida verdad? Ese animal no importaba, fue cuando empezaron a tacharte de loco- menciona Hank con una mirada fulminante y muy amenazadora.
Empieza una discusión aturdidora en la cabeza de nuestro protagonista, la cual lo marea obligandolo a apoyarse en la pared del pasillo. Llega al salón a duras penas y se sienta de golpe en un pupitre al fondo del salón, y la estruendosa discusión a gritos se intensifica.
-CULPA CULPA, NUESTRA CULPA- Billy repite una y otra vez.
-ESTÁ EN UN LUGAR MEJOR- refuta Yina con voz chillona.
-SON TODOS UNOS IMBÉCILES- grita Hank con una potente y gruesa voz.
-¡¡CÁLLENSE MALDITA SEA!!- grita nuestro protagonista mientras da un golpe tanto ruidoso como doloroso sobre su escritorio, todo el salón voltea y llega la profesora.
-Profesora creo que el loquito ahora necesita una camisa de fuerza- dice uno de los payasos del salón, acompañado de risas burlonas, juzgando la cordura del protagonista.
-Alumno Barriño, por favor deje las burlas hacia su compañero- dice la joven profesora
-Como diga, madam- responde Barriños
-Atiendan aquí estaré pasando lista- dice la profesora exhalando suavemente un suspiro de mañana.
La conversación de los únicos conocidos del protagonista sigue mientras él juega con su borrador con una mirada solitaria y despreocupada.
-Desde que papá y mamá se divorciaron- dice Hank con voz tranquila, nuestro protagonista mira con confusión, Hank suspira fuertemente -los primeros 5 meses del divorcio de tus padres no los soportaste... es por eso que estamos aquí... somos tu única compañía-
-¿Alumno Nod López?- menciona la profesora en voz alta.
-¡Presente!- responde nuestro protagonista, baja la mirada hacia Hank -creo que aún hay cosas que quiero olvidar-
-Queremos...- refuta Yina -recuerda que ya no estás solo y somos parte de ti-
-Eso es bueno, ¿verdad?- pregunta nuestro protagonista
-Yo nunca dije eso, querido- dice Yina con una cara de seriedad que no se veía desde hace 1 año.
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Notas del autor:
Creo que debería primero terminar uno y seguir el otro... naaaah, así está bien, sí puedo... espero. Bueno espero que les guste esta nueva creación mía, realmente no sé si ya habrá sido tomada la idea en otro lado (si es así detenganme, a no ser que les guste), avisen para que no me denuncien por copyright. Bueno ahora sí, a descansar se ha dicho (son las 5:38 am, estoy escribiendo desde las 4:05 am). Hasta lueguito, recuerden comentar si gusta.
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Locura cuerda
RandomUn joven de 17 en plena adolescencia empieza a tener contacto continuo con voces en su cabeza, las cuales sin un nombre les llama "Conciencia". Y trata de averiguar con terapias, pastillas y otros métodos; para poder calmar su locura que de cierta f...