Capitulo 2: El amo, los perros y la presa.

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Saliendo de la escuela, Yina le recordó a Nod, nuestro protagonista, que tenía una cita. Esta cita no era cualquier cita, era una cita necesaria, tanto para su cuerpo como para su mente puesto que era una cita con un psiquiatra, un hombre alto, delgado pero con fuerza, su cabello siempre lo peinaba hacia atrás y totalmente pegado, llevaba un puesto un traje hecho a la medida pero de un material tosco, aunque igualmente se veía elegante, siempre descalzo dentro de su consultorio, ojos aburridos y descuidados y siempre parecía estar enojado. Realmente este psiquiatra no era de los típicos que te preguntan cosas y te hacen hablar, no, este era especial y casi tan extraño como nuestro protagonista, su mente era enredada pero de alguna forma entraba en razón, siempre que nuestro protagonista llegaba al consultorio el psiquiatra lo esperaba sentado y le ordenaba hablar sin más, el sentarse o echarse no eran relevantes para el psiquiatra, él solo quería que el protagonista hable de lo que le venga primero a la mente, el psiquiatra tenía un saco de box de 2 metros de altura por si nuestro protagonista estaba estresado y al final de cada sesión el psiquiatra le daba un vaso con agua helada para que se calle; pero aunque el horario de atención era demasiado flexible, quien sabe, no todo sale como uno quiere.

Volviendo con nuestro protagonista, quien caminaba en una acera antigua y de un tono amarillento, él estaba conversando con todos sus acompañantes, trataba de decidir que haría al llegar a casa o si primero iría al consultorio. En una esquina no tan lejana se podía ver a Barriños y a su banda caminando con carcajadas acompañadas de estupideces, al voltear la mirada se dieron cuenta de la presencia de nuestro protagonista, codeándose unos a otros se preguntaban que podrían hacer con una persona tan diferente a ellos, una persona tan indefensa y a quien podrían maltratar sin preocupación, ya que nadie en toda la escuela se preocupaba de él.  Cuando nuestro protagonista se dio cuenta de que estaban planeando un ataque al instante bajó la cabeza.

-No bajes la cabeza- dijo Hank mirando furioso hacia el frente.

-¿Qué?- pregunta nuestro protagonista confundido -¿hablas en serio?-

-¿Estás sordo o qué? Dije que levantes la cabeza- repite Hank casi tratando e golpear a nuestro protagonista -Pero no lo hagas de forma... reta...dora- pero ya era muy tarde, puesto que nuestro protagonista los miraba casi con tanto odio como Hank.

Al ver esto, Barriños hizo un ademán de muerte, mientras que sus perros (o así les decía nuestro protagonista) sonreían con malicia, solo hacía falta una sola palabra para que los sirvientes de Barriños persigan a nuestro protagonista como perros de caza a un venado. La mirada de nuestro protagonista cambió de odio a nervios y preocupación delatando su indefensa intención, Barriños mientras tanto sonreía esperando a que nuestro protagonista haga el primer movimiento para que sea el final de nuestro pequeño hombre.

Se escuchaban los fuertes latidos de nuestro protagonista conforme se iba acercando a lo que sería una posible muerte o rotura de al menos 6 huesos, Hank solo le ordenaba a nuestro protagonista no cambiar el rumbo y que fuera sin titubear, ya que a la primera oportunidad Barriños daría la primera y última palabra para que nuestro pequeño protagonista no contara su historia nunca más. La distancia entre ese despreciable grupo de animales y nuestro protagonista se acortaba, haciendo cada vez más difícil una oportunidad de escape, miraba a la cara a Barriños con tanta preocupación pero solo se mordía el interior de sus labios sin cambiar la mirada en sus ojos, en su interior sentía unas ganas irresistibles de vomitar y sentía como si en cualquier momento su cuerpo le fuera a fallar. 

-Seis pasos más- menciona Hank.

-¿A-a qué te refieres?- tartamudea nuestro protagonista con voz entre cortada.

-Solo faltan seis pasos más para que tu pesadilla termine de una vez- dice Hank con total seguridad -así que, que ni se te ocurra cambiar el rumbo o detenerte a medio camino-

-Supongo que a veces puedes dar valentía ¿eh?- dice nuestro protagonista nervioso y con una sonrisa de lado.

-Nah, solo que me empiezas a caer bien- responde Hank -Prepárate... esta es la recta final-

Los dos últimos pasos antes de cruzarse con el grupo de animales y nuestro protagonista siguió el consejo de Hank, pero Barriños no se veía muy contento, la tensión aumentaba y esos cinco segundos se volvían eternos y parecía como si un criminal se acercara a la silla eléctrica, su pena de muerte.



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Notas bellas:

Bueno esta parte se me hizo más difícil de escribir y probablemente no sea tan buena como la primera, pero me esforcé ¿ok?, no me juzguen por mi pobre imaginación. Bueno, cambiando de tema, espero que hayan disfrutado esta parte tanto como yo, porque me pareció un gran reto ya que no se me ocurría nada o bueno, a decir verdad tenía planeada una escena diferente, pero esta también es buena (auto-halago al 900%). Finalmente, espero que lo hayan disfrutado a lo grande, muchas gracias por leer y por votar, espero no estar siendo el típico escritor, hasta lueguito mis niños. ;3




Locura cuerdaWhere stories live. Discover now