Capítulo 4: Un punto para la crueldad

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Con mil preguntas en la cabeza, atónito y una confusión que enredaba sus cuerdas vocales, lo único que podía hacer era ver como su psiquiatra se sentaba en su escritorio con acecho. Nod giró la cabeza hacia el trío que también se quedó sin habla, al volver su mirada hacia el psiquiatra se encontró en el escritorio del consultorio con un papel y un lápiz en frente de él, su psiquiatra estaba a su lado, con las manos hacia atrás, con mirada fija en Nod casi atravesando su frágil alma; para luego mirar al trío sentado en el gran sillón y decir:

-Nod, quiero que tomes el lápiz y anotes todo lo que digan, no tiene que ser todo, solo quiero que escribas- Nod bastante confundido tomó el lápiz y se preparó.

-Ahora ustedes...- 

El psiquiatra dirigió su gran y única palabra que sería el detonante para que nuestro protagonista, sufriera totalmente; y tal vez, sólo tal vez, sabía lo que sucedería. Sin embargo, decidió correr el riesgo.

-Hablen- dijo frunciendo el ceño.

Los 3 fundadores de la conciencia de Nod no tomaron turnos, simplemente empezaron a vocalizar todos al mismo tiempo. En ese momento, nuestro protagonista sin siquiera poner atención empezó a escribir de forma impulsiva, no se fijaba en lo que escribía solo movía su mano derecha mientras que su izquierda rayaba y golpeaba el escritorio del consultorio con fuerza y desesperación. Los gritos en su mente se volvía intensos, incluso abrumadores y sofocantes, Nod empezaba a arquear su espalda hacia atrás y su cabeza seguía el movimiento, sus ojos se quedaron blancos mientras que el único sonido que salía de su boca era el de un dolor intenso, el psiquiatra sólo se encargó de colocar más hojas cerca de su paciente en colapso para que continúe haciendo legibles las palabras de sufrimiento y odio que el trío articulaba sin parar.

Pasaron 5 minutos desde que empezó el colapso, el brazo de nuestro empezaba tener calambres y entumecerse. El psiquiatra al ver esto gritó imponente:

-¡¡SOLO TRES PALABRAS!!- el trío sin pensarlo dos veces también gritó.

-¡¡SÁCANOS DE AQUÍ!!- justo al término de esas tres palabras el brazo de Nod sufrió un espasmo tirando al suelo los archivos y papeles en su lado derecho.

El psiquiatra se sorprendió al escuchar el fuerte sonido, al voltear a ver si Nod estaba consciente puesto a que las tres siluetas que conformaban la mente de nuestro protagonista desaparecieron quedó horrorizado. Lagrimas en unos ojos a los que casi no se les veía la iris, la boca de Nod estaba abierta enseñando sus dientes al igual que casi se podía ver un último aliento saliendo él,  su brazo derecho estaba petrificado y entumecido, se podía ver como los músculos y sus venas eran aún notorias, el brazo izquierdo no estaba mejor, sus dedos ensangrentados su mano totalmente raspada y golpeada, sus uñas rotas y la mesa totalmente deshecha y con sangre en todo el desastre. En esa imagen lo único que podía verse era una sola cosa, AGONÍA.

-Dr. Bullok, la paciente Sara ha llega...- se detuvo al ver al psiquiatra cargando un cuerpo hacia el sillón.

-Dijiste que llegó Sara ¿cierto?- preguntó para asegurarse.

-S-sí.... eso mismo- dijo la secretaria aún asustada.

-Bueno, dile que tendrá que esperar unos 40 minutos, luego dile a Karen que tome tu puesto en ese lapso de tiempo aunque esté en su almuerzo porque me ayudarás con el chico- esas fueron las instrucciones de el doctor mientras le mostraba un intento de sonrisa a la secretaria -quita esa cara, aún respira- se escucha un suspiro de alivio.

-Claro, ya vuelvo- pronunció la secretaria cerrando suavemente la puerta.

-Oh, y señorita Liz- llamó la atención el doctor - se ve radiante hoy-

Antes de salir del consultorio Bullok sacó frente a Liz morfina, alcohol y vendas para relajar los músculos y curar el cuerpo de su paciente más interesante. Después de 20 minutos de camino a casa de Nod, Bullok le pidió a Liz que abriera las puertas siguientes hacia el departamento en el Nod vivía. Y al llegar al lugar.

-¿Está seguro de dejarlo acostado así sin más?- preguntó Liz bastante preocupada y nerviosa.

-Hmmm... tienes razón, deberíamos golpearlo un poco para que parezca bullying- dijo el psiquiatra con su poco sentido común y alzando el brazo hacia Nod.

-¡Ni se le ocurra!- gritó Liz tirando con mucha fuerza del brazo del psiquiatra.

-Solo bromeo y a decir verdad, no creo que a sus padres les importe mucho lo que le sucedió, realmente no creo que les importe mucho incluso si muere- las palabras crueles pero ciertas que el psiquiatra pronunció al dejar a Nod en su cuarto, solo otra vez.

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Notitas bellas:

Baia baia, adivinen quien volvió después de su mudanza. Sí, este bebé. Bueno bueno, fuera de bromas, me disculpo por mi repentina desaparición, aunque igual ni tengo tantos seguidores. Mis muy buenas razones son: mudanza, no tenía inspiración, clases + flojera y mi abuelita falleció hace unas semanas.

Fuera de eso, estoy de vuelta y ya puedo continuar con lo que dejé pendiente, osea esto. Y estoy tratando de hacerle la tapita a esos dos, próximos tres, libritos que estoy escribiendo. Es hora de continuar.

Pdt.: No me maten, tengo libro que continuar. :"T 

Buenas noches mis niños.



Locura cuerdaWhere stories live. Discover now