Capitulo 3: Wow

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Sentía el palpitar de mi corazón a mil por hora, Barriños lo sabía, lo podía ver en su rostro de satisfacción al saber que si yo huía o daba un paso en falso él solo tendría que decir una frase o siquiera una palabra y si eso pasaba, nada ni nadie salvaría mi cuello, pero después de las palabras de Hank no podía detenerme, ya que si lo hacía Hank pelearía y no quiero ver huesos rotos ni sangre otra vez. Entonces, solo había una solución factible, esa solución era cruzar entre ellos y arriesgarme a un callejón de golpes, insultos, escupitajos y quién sabe que más pasaría por la cabeza de esos animales. En ese momento, en ese crucial y muy crítico momento de mi vida mi cuerpo se detuvo justo en frente de ellos.

-¿¡Por qué demonios te detuviste!? ¡Ya estabas cerca!- gritó Hank, mientras que Yina se tapaba los ojos y los de Billy al mismo tiempo -¿¡Quieres morir maldito imbécil?!-

-¿Pasa algo marica?- comentó Barriños con la risa de sus perros acompañándolo -Te hice una pregunta-

No me podía mover, estaba totalmente congelado, mi mente no podía procesar lo que estaba sucediendo, no escuchaba nada más que gritos y risas, no podía entender nada; en ese momento solo esperaba los golpes de los perros de Barriños y de milagro alguien que hacía las cosas casi como un mercenario apareció. Esa persona vino en un auto color negro mate, deportivo, con llantas de carreras, un motor que rugía como los leones del zoológico, a esa le debo la vida; y ante mis ojos era como ver a un caballero negro en un corcel de guerra salvando a una indefensa princesa por dinero y por el trono. 

-¿Quién es esa bruja?- preguntó Barriños de manera altanera.

-Vuelve a decir eso y te arrollo idiota- respondió la mujer -Oye, idiota número dos, tus padres me dijeron que pase por ti pero no estabas, tienes suerte de que te haya encontrado, así que sube al auto antes de que baje y te suba por mi cuenta-

-Es...- suspiré fuertemente con alivio y pesadez - Martha, mi prima-

-¿Esa cosa es tu prima?- dijo Barriños con extrañez mientra que Martha se subía al auto lista para arrollarlo.

-Oye Nod, ahora todo depende de ti, si no subes en 10 segundos los arrollo, a todos- dijo Martha con una sonrisa en su rostro -Pero si subes vivirán un día más- dijo muy seria y desanimada.

-Prefiero subir... no quiero tener más cargos mentales, y tampoco quiero volver al hospital- dije mientras muy apurado corrí a subir al auto.

-Eres un aburrido, te pareces a tu madre- dijo Martha con molestia -Cambiando de tema, próxima parada; el consultorio del hijo de perra de tu psiquiatra-

Con todo lo sucedido y Martha acelerando me dí cuenta de una cosa, algo que era casi imposible que pasara, eso era que Yina, Hank y Billy hayan desaparecido de mi vista. No podía creerlo en ese momento y entré en pánico acompañado con taquicardia, empecé a respirar con dificultad, se nublaba mi vista, sin darme cuenta estiré el brazo golpeando a Martha y logrando salvar mi vida. Luego desperté en un hospital, con gran ironía, viendo a mis tres acompañantes y a Martha en la habitación.

-Estás bien- dijo Yina con mucho alivio con Billy a llorando a mares a su lado y Hank dando una vuelta con sus ojos.

-Ay, pero que dramáticos son- criticó Hank, con un rebuzno muy malhumorado.

-¿Te sientes bien?- le pregunté a Martha.

-¿Por qué lo dices?- me contestó.

-Pensé que dejarías que muera- dije mientras me levantaba.

-No iba a dejar que ensucies mi auto con tu cuerpo inmundo y muerto- dijo con una expresión de asco -larguémonos de aquí... los hospitales me dan escalofríos, además tus padres no me pagarán si no te llevo al consultorio-

-Te llevarías muy bien con Hank, incluso podrían hacer pareja- susurré ya sentado en el asiento del copiloto.

-¿Qué dijiste?- me preguntó mientras prendía el motor.

-Nop, nada de nada- dije mientras miraba los asientos de atrás confirmando que los tres que conformaban mi conciencia estuvieran ahí.

-Qué raro eres- comentó mientras pisaba el acelerador -Bueno, es normal viniendo de alguien como tú.

-Eso es cruel- reclamé.

-Sí sí, todos sufrimos- pasándose un semáforo en rojo.

Al momento de llegar al consultorio, ya sabía lo que iba a decir, claro que lo haría mientras me desquitaba con el saco. Pero en ese momento la típica orden firmen de hablar no se dirigió a mi, si no se dirigió a quienes menos me esperaba que señalara; al pequeño grupo de tres personas que conformaban mi conciencia, quienes pensaba que solo yo podía ver, habían sido señalados por quien con su mirada atravesaba todos mis pensamientos e idea y aparentemente también podía verlos.


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Notas bellas: 

Wow, literalmente me sorprendí a mi mismo con todo este super diálogo y final sorpresa. Para explicar de forma más resumida, no estaba consiente al escribir todo de la mitad para abajo... creo. Acabo de leerlo y me sorprendí a mi mismo con un poco de humor de familia y sentimentalismo (no volverá a pasar o trataré de que no pase de nuevo), fuera de eso, me sorprende que haya escrito dos partes en un día, claro que una con mayor dificultad que la otra. Es posible (no muy posible pero es posible) que escriba esta noche, lo digo porque de alguna manera me vuelvo loco, literalmente, al momento de escribir con sueño porque puedo sentir la presión mental de Nod al describir las cosas y tiendo a tener alucinaciones (no pregunten). Por último y como siempre espero que disfruten esta parte (se me acaba de ocurrir algo para la siguiente parte literalmente en este instante que lo estoy subiendo), si estoy perdiendo el rumbo o algo díganlo en los comentarios, eso me ayuda a volver a la locura que es la vida y mente de Nod. Espero que me sigan leyendo y descansen mañana los necesito con energías para que lean y entiendan la siguiente parte.

Psdt.: Voy a poner historias nuevas (esta noche), serán pequeñas historias de terror así que no me denuncien por quitarles el sueño por favor. 

Hasta pronto mis niños, se los digo con palabras desde el limbo.




Locura cuerdaWhere stories live. Discover now