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El teléfono empezó a sonar encima de la mesa de la cocina, se apresuró rápidamente para tomar la llamada. Las cosas últimamente no iban nada bien, todo iba de mal en peor y él trataba por todos los medios que la situación mejorara, pero no lo hizo.
Miró el nombre en la pantalla y dudo un momento si cogerlo o no, no tenía ganas de discutir y sabía que eso era lo primero que pasaría si contestaba el teléfono.

— ¡Hola amor! — dijo intentado fingir emoción, con la misma emoción con la que contestaba sus llamadas meses atrás, con esa que con el paso del tiempo desapareció aunque quería volver a recuperarla y no lo consiguió. La persona del otro lado del teléfono quedó seria, su voz era tranquila, pero lo suficiente para asustarlo y darse cuenta que esta iba a ser la última llamada que recibiría así. — Mira, realmente me siento un cobarde pero no puedo más, de verdad. — Sintió un nudo acomodarse en su garganta y se sentó en el sofá, aportando su cabeza en el respaldo de este. — ¿Qué sucede? — intentó qué su voz no sonara rota. — Debemos terminar... — lo que más temía desde hace meses se había cumplido, esas palabras que tenía tanto miedo que el mayor pronunciará se hicieron realidad, y ahí estaba, sintiéndose una mierda por no sentirse lo suficientemente bueno para estar con una persona como él.

Lo siento HoSeok, me gustas pero no para una relación más seria, creo que es atracción para un rato nada más— HoSeok sintió sus ojos inundarse.

Un rato que duró siete meses.

Sabía que esto terminaría por pasar, pero no creía que sería tan pronto. Se imaginaba mil y un escenarios en los que el mayor daba por terminaba su relación con él, pero jamás una como en la que se encontraba ésta vez.      Mañana cumplirían siete meses, ni él creía que duraría tanto tiempo juntos, al menos por parte del mayor, que sabia sus intenciones reales, que en realidad quería a alguien para no tener que soportar la soledad. Había reservado un restaurante en el que se había dejado todos sus ahorros, quería que el mayor se sintiese querido y arregló miles de cosas para que todo fuera perfecto. Sabía con exactitud —Y aunque le dolía— que él contrario no tenía los mismo sentimientos. Quería hacerse creer con cada acción que HoSeok hacia para el mayor, que éste último terminaría por enamorarse y devolverle todos esos sentimientos que HoSeok tenía por el desde hace más de un año, pero no, nunca lo hizo.  —¿Hola? — la voz del otro lado del teléfono lo sacó de sus pensamientos. —Si... Sigo aquí.— Su voz sonaba más cansada que triste, casada porque a pesar de haber intentado todo con todas su fuerzas, todo fue en vano. — Está bien... — hablo HoSeok serio esta vez.  —¿Está bien? ¿En serio?, ¿Es lo único que dirás? — HoSeok se extraño, al escuchar el tono de voz del mayor pasó de ser indiferente a un tono de verdadera molestia. —¿Que pretendes que diga? ¿Que me duele? Me acabas de decir que soy solo una atracción momentánea... ¿Crees que después de eso estaré bien? — HoSeok soltó aire por la nariz, estaba molesto pero su voz era serena y eso havia molestar al mayor. —Cómo sea,! Adiós! — El mayor colgó y solo de escuchaba silencio, apagó el teléfono no queriendo recibir otra llamaba. Apoyó su cabeza en el extremo del sofá, acostándose y cubriendo sus ojos con sus manos, aparentando éstas, las lágrimas amenazando con salir y el con él corazón partido en dos.

How can an angel brake my heart? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora