06

82 14 2
                                    



El despertador sonó haciendo su trabajo, como cada mañana, el pelinegro que recién había podido conciliar el sueño gruño mientra aparecía debajo de las sabanas para apagar aquel ruido tan molesto, se levantó con menos ganas que un perezoso y abrió las cortinas de su habitación, suspiró e intentando ser positivo se dijo a sí mismo que iba a ser un gran día. Después de lo ocurrido el día anterior, pocas fuerzas le quedaban para hacer lo que hacía usualmente, los espacios que antes utilizaba para pensar en su pareja hoy tenía que llenarlos con algo más, así que fue al salón puso un poco de música y empezó a desvestirse dejando regada prenda por prenda en su largo camino al cuarto de baño. Abrió el grifo de la ducha y con su mano tanteó el agua para no llevarse una sorpresa y esperar a que esta estuviera un poco más caliente. el frío usual de mitades de noviembre se hacia presente y él en su inútil intento por no odiarlo, lo acepto, aunque no le quedaba más remedio.

entró en la ducha ya desnudo y suspiro por - Ya había perdido la cuenta de los supiros que llevaba- una pequeña lagrima salió de sus ojos confundiéndose con la cálida agua que acaricia su piel, sintiendo escalofríos porque nadie en sus 24 años le había tomado en serio, porque para los demás HoSeok simplemente era un juguete.

Sus manos quemaban, el frío ya era insoportable para él. Entró en la cafetería, se escuchó la pequeña campanita que colgaba en la pared avisando que alguien entraba al establecimiento, siempre que entraba, el ruido tan insignificante lograba robarle una sonrisa, llegó hasta el almacén dejando su mochila, saludando a su amigo, más bajo pero siempre tierno, el frío causaba que las mejillas del pelirosa se volvieran del mismo tono que su cabello y esto lo hacía ver más malditamente adorable ante los ojos del más alto. — ¡Buenos días Jiminnie~! —saludó HoSeok a su mejor amigo. —¡Buenos días HoSeokie! — dijo animado el mas bajito, haciendo sonreir a HoSeok por segunda vez en el día. —Hoy hay mucho trabajo, hay que reponer producto que falta en la tienda y después el jefe vendrá con mucha gente porque hay una reunión, así que se llenará mucho, estoy nervioso. — El pelirosa se volteó hacia el mas alto y observó lo callado que estaba, siendo éste el más hablador de los dos usualmente — ¿Sucede algo HoSeokie? — El mencionado solo negó y se metió en el baño para poder cambiarse. Jimin que ya estaba vestido, se encontraba nuevamente sacando latas de las cajas de almacén y colocándolas en las estanterías, aún pensando en la rara actitud que su mejor amigo había tomado.

—¿Hola? — escuchó una voz fuera de la tienda y se asustó haciendo que una de las latas de fruta cayera al suelo, salió del almacén y se encontró con quien menos lo esperaba, era Agust D, si, el genio de las rimas apareció frente a él, sin darle tanta importancia y fingir ninguna emoción habló — ¿Deseaba algo? — El peli blanco hizo su orden por fin y Jimin le atendió con amabilidad, sintiéndose nervioso a la vez —¡Vaya, hace tiempo que nadie me trataba con tanta amabilidad!  — esas palabras tan simples hicieron que Jimin se ruborizara. El mayor fue a sentarse y la tienda empezó a llenarse quedando abarrotada de personas, HoSeok, salió del almacén y empezó a ayudar a Jimin a atender la barra haciendo sonreír a la mayoría de personas por la gran sonrisa con la que éste los atendía, incluso al mas serio éste sabía como hacerlos sonreír, era un don el que tenía y el aún no lo sabía. 

----------------------------

Espero que les esté gustando la historia <3 

How can an angel brake my heart? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora