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Las fiestas cada vez estaban más cerca, era 17 de diciembre y cada vez hacía más y más frío, pero a él le encantaba, tu piel se tornaba más blanca, como si hubiese sido bañado el leche... YoonGi sacó su cámara por primera vez desde que la compró, la encendió después de haberse estudiado todo el manual entero para saber para qué servia cada botón que se encontraba en ésta. La puso sobre su rostro mientras observaba los objetos a través del lente, sus manos dolían pero no le importaba, había estado ya un rato así, observado y esperando el momento justo para hacer unas cuantas fotos, porque él no era espontáneo, estudiaba las cosas con detenimiento y muy de vez en cuando conseguía el resultado que buscaba.

Veía las pequeñas luces y bombitas que colgaban de las puertas de los comercios, la gente entrando y saliendo de éstos pero el bullicio había desaparecido. Hizo una foto y alejó la cámara de si para observar el resultado, le agradó. Otra vez, otra vez y otra vez hasta que en medio de toda esa gente vio dos cabezas en color opuesto, una totalmente rosa y otra totalmente negra, se detuvieron en un comercio donde había todo tipo de dulces navideños, Min, siguió con la cámara al más alto, haciendo fotos, pareciendo un acosador, la sonrisa de aquellos dos chicos era de las más sinceras que había visto en muchos años. Aquellos dos chicos de aquella cafetería que había visitado todos los días durante más de un mes estaban ahí y no se habían percatado que un acosador no paraba de hacerles fotos. Los chicos reían y la gente volvía a verlos, sus carcajadas podían ser escuchadas a cuadras de donde se encontraban y eso no los detenía. Su cámara de nuevo sobre su cara hizo unas cuantas fotos más a estos dos, siguiendolos desde la lejanía hasta que se detuvieron y entraron en un pequeño mercado mientras Min los perdía de su campo de visión. Miró las cientos de fotos que había hecho haciendo *zoom* en las dos caras de aquellos chicos que parecían tan felices con tan poco. Una pequeña sonrisa escapó de sí, porque el quería algo así, el quería ser feliz con poco, teniéndolo todo era la persona más infeliz del mundo, porque sabía que para él, el tener dinero y poder comprar miles de cosas no lo haría más feliz, el quería algo más, él...

El quería ser amado.

How can an angel brake my heart? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora