Capítulo 1 Un... ¿Vampiro?

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Desperté de golpe con la respiración agitada.
Otra vez había tenido una de esas pesadillas que me obligaban a menudo a pasar la noche en vela, por miedo a quedarme dormida y de nuevo tener que soportarlas.

Me levanté de la cama y me asomé al ventanal de mi habitación, donde se podía observar el bosque junto al lago bajo la luz de la luna llena.
Desde muy pequeña me había gustado mirar aquel paisaje en brazos de mi madre.
Ella solía decir que me tranquilizaba el hecho de estar frente a la ventana y contemplarlo.

Elisabeth, mi madre, había muerto una semana atrás, cuya causa todavía no se había descubierto.
Según algunos habitantes del pequeño pueblo- que la vieron por última vez- se dirigía con Tornado -su precioso caballo negro- con paso algo apresurado hacia las montañas.

Y es allí donde supuestamente murió, ya que nadie la había vuelto a ver desde entonces.

Me puse un abrigo para protegerme de la fría noche que ya había empañado parte de mi ventana.
Bajé las escaleras de caracol del viejo castillo con pasos lentos y silenciosos, porque, aunque mi padre solía tener el sueño bastante pesado, no quería correr el riesgo de despertarlo, ya que me prohibiría salir del castillo, o al menos no me dejaría ir sin compañía de alguien.
Salí al exterior por la puerta principal, saqué a Diamante- mi caballo- de los establos, y me dirigí al bosque al galope.

Quería despejarme un poco de todo lo que había pasado después de la muerte de mi madre- las presiones por querer casarme cuanto antes, el hecho de que no me dejaran ir a ninguna parte sola, el cambio de humor de mi padre etc-.

Si, mi padre quería que me casara con algún muchacho, para que juntos pudiéramos llevar a cabo el reino.
Y dirán ¿Y por qué no se casa él con otra mujer?
Mi padre sentía que la muerte de mi madre no había ocurrido porque si, él decía que había sido obra del destino, que quería decirle que estaba demasiado viejo para seguir siendo rey, por eso le había quitado a su esposa. Por lo que tampoco veía posible el reencuentro con el amor.

Pero yo no creía ni en el destino, ni en que mi madre hubiera muerto por algo semejante, yo tenía la certeza de que alguien estaba destrás de su muerte, y que eso no quería decir que mi padre estuviera demasiado viejo.
Pero... cuando a mi padre se le metía algo en la cabeza, era muy difícil hacerlo cambiar de idea.
Así que a pesar de no querer casarme, supongo que lo tenía que aceptar, ya que no me quedaba más remedio, y tarde o temprano, iba a tener que heredar el trono.

Al llegar al denso bosque, bajé del caballo y até las riendas al árbol más cercano.

Me senté a orillas del lago, cuyas aguas reflejaban la luna brillante en el cielo.
De repente, unos matorrales que se encontraban frente a mi, se movieron.
Al principio sólo me sobresalté, pero no le di mucha importancia.
Pero entonces se sacudieron por segunda vez y fue ahí cuando me levanté asustada.

-¿Hay alguien ahí?- dije temerosa.

Silencio absoluto.

Saqué la espada que colgaba de su funda enganchada a la montura de Diamante y me acerqué lentamente a los matorrales.
De nuevo estos se movieron, pero esta vez más rápido, como si hubiera algún animalito enredado con alguna rama tratando de escapar.

Pero ni mucho menos era un animal lo que había tras el matorral, porque de pronto apareció un chico un poco más alto que yo, de cabellos negros como el carbón y de estatura alta.
No lo pude apreciar muy detalladamente aquella noche, pero puedo jurar que mis piernas temblaron cuando una sonrisa curvó sus labios, dejando ver dos colmillos perfectamente blancos. Era una criatura hermosa, tenía que reconocerlo.

Pero ya no sabía si aquello fue una visión mía, que me estaba volviendo loca o si, hipotéticamente aquello había sido real, pero de pronto aquella criatura desapareció de la nada, sin más.

Era un vampiro.

kira650

La princesa que se enamoró del vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora