Manía por los viajes.

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Muchas veces nos hemos pronunciado contra la manía de los viajes.—Siendo muchos los aforismos que hemos deducido con este motivo y entre otros, que:

No se viaja por viajar, sino por haber viajado. Un viaje indica aun menos anhelo por el país a donde se va, que fastidio por aquel otro que se abandona, etc.

No ha muchos días nos entreteníamos en hojear un álbum, traído de Italia por nuestro amigo A. D.—Merced a una idea a lo sumo ingeniosa, ha tomado una flor o una planta de cada paraje que ha visitado. Sin embargo creemos que lo hemos dejado poco satisfecho al expresarse que quizá no haya una sola de entre todas ellas que no se críe y la poseamos al natural en nuestros jardines, sin necesidad de haber ido a buscarlas a tan remotas tierras. Desconfiamos haberle hecho justicia.

Entre otras recordamos que contiene el expresado álbum de nuestro amigo por haberlas hallado y copiado o cogido por sí mismo:

En la gruta de la Sibila, — trébol blanco.
En el Cabo Mysena, — salvia azul.
En los Campos-Elíseos, —vincapervinca.
En Pompeya, — Casa de la Felicidad, —un botón de oro.
En Pompeya,—Casa de las Vestales, — una mata de garbanzos.
En el templo de Venus, —un ababol.
En la isla de Ischia,—perejil.
En el palacio de Nerón, — en Roma, —una ortiga.
En los baños de Caracalla,—una lenteja.
En el Vaticano, —una estatice.
En el jardín Quirinal, —una rosa..
En los termos de Tito, — una bellorita, etc. etc.

El álbum de nuestro amigo ofrece por lo menos un paralelo histórico asaz extraño!!...

Madrid, 1849

Cosas y anécdotas curiosasWhere stories live. Discover now