veinte

1.9K 132 0
                                    

Punto de vista Anahi
Octubre del 2012
Italia

Había visto a Paulo dormir en el sillón y recordé cuanto amaba verlo así, cuando amaba tenerlo durmiendo pero a mi lado. Por más que quisiera alejarme de él, el amor siempre me haría perdonarlo una y mil veces.

Somos jóvenes y cometemos errores, él había cometido un grave error que quizás era imperdonable, pero para mi era algo que podía pasar. Yo estaba muy lejos y me negaba a viajar a Italia por lo de mi embarazo. Quizás era el karma que había actuado por haberle ocultado durante dos meses que sería papá.

Yo también me había equivocado y no podía ser caradura, tenía que aceptar que él también cometía errores como todo humano. De los mismos se aprenden.

Tenía hambre porque nos habíamos dormido antes del almuerzo al igual que el día anterior, así que busque lo que necesitaría para cocinar. Batalle muchísimo para poder encontrar lo que necesitaba e hice mucho ruido cuando las ollas cayeron al piso.

Estaba tan frustrada levantando todo que no noté que Paulo se había despertado y estaba acercándose hasta mi. Cuando lo vi recién despierto me di cuenta de que no tenía sentido seguir haciéndome la dura con él.

Me lancé a sus brazos para comenzar a llorar y él me frotaba la espalda mientras apoyaba su mentón en mi cabeza. Cuando le dije lo que me pasaba él quiso llevarme hasta el sillón para poder hablar mejor y eso es lo que hicimos.

Me aclaró lo que había pasado con esa chica y me contó lo insignificante que había sido para él lo que ellos habían tenido esa noche. Le crei, le crei porque sabía que estaba siendo sincero conmigo después de haberme enterado de su engaño.

- Te amo. -susurró mientras tomaba mi mano antes de besarla.

Escuchar aquello de él me hacía sentir demasiado bien, era lo único que quería oír en ese momento, que él me amaba como yo lo hacía.

Nos besamos y él quiso llegar a otro nivel con ese beso, pero yo no lo deje porque me levanté para comenzar a cocinar, dejándolo como siempre.

- No se cuando vas a dejar de hacer eso. -murmuró mientras veía detrás mío.

- Cuando seas más romántico.

Se hizo el ofendido mirándome impresionado y con la mano en el pecho, para después comenzar a reír. Se acercó hasta dónde yo estaba moviendo la salsa que estaba en la olla y me abrazó por detrás, dejando un beso en mi hombro.

- Creo que me voy a teñir de colorada ¿que decís? -pregunté mirándolo de costado.

- A vos todo te queda bien amor.

- Sos un bombón.

- Y me derrito cuando te veo.

Sonreí sonrojada y él besó mi mejilla para después alejarse de mi, ayudándome a cocinar. Estuvimos un buen rato en la cocina hasta que por fin termimamos y Paulo se encargó de poner la mesa.

Almorzamos tranquilos entre sonrisas y miradas tiernas, eso era lo que yo quería tener toda mi vida. Su sonrisa y su ternura.

♡♡♡♡♡

La ansiedad no me deja dormir y aproveché para escribir esto, medio choto pero bueno.

"Mi Gloria" Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora